Dibujando m¨²sica y cantando vi?etas
El m¨²sico Kevin Johansen y el dibujante Liniers comienzan una gira para presentar su disco '(Bi)Vo' en M¨¦xico
Ricardo Liniers Siri (Buenos Aires, 1973) se autorretrata como un conejo. Kevin Johansen (Alaska, 1964) pos¨® como un yogui sobre el techo de un autob¨²s. El dibujante us¨® una vi?eta para pedir matrimonio a su pareja ¡ª¡°Angie, ?qu¨¦ tal si nos casamos?¡±¡ª y el m¨²sico, en honor a Albert Pla, escribe cosas as¨ª: ¡°Desde que te perd¨ª se est¨¢n enamorando todas de m¨ª¡±. Puede que no sean dos almas gemelas, pero se r¨ªen juntos. Puede que parezcan una cosa, pero quieren decir otra. ¡°Hemos reconocido al otro como un par. La tira de Macanudo ¨CReservoir Books acaba de publicar un libro con una antolog¨ªa de la serie¨C? tiene muchos puntos de humor. A Kevin le pasa tambi¨¦n con su m¨²sica¡±, sostiene el dibujante. ¡°Tiene algo que me gusta: aparenta una cosa que no es, hace dobles lecturas, no busca el remate ni el chiste, es un poeta que dibuja¡±, afirma el m¨²sico.
Cuando Liniers rememora los d¨ªas que quiso ser Freddie Mercury y Boy George (¡°Pero Ricardo, ?esto es un hombre o una mujer?¡±, inquiri¨® su madre en un tiempo poco amigo de ambig¨¹edades sexuales), Johansen apostilla raudo: ¡°Y los m¨²sicos queremos dibujar¡±. Liniers hizo la traves¨ªa del fan al amigo, a fuerza de coincidencias, asados con hijos mediante y conversaciones. As¨ª que cuando un tercero en discordia, colega com¨²n, les dijo: ¡°Si vos ten¨¦s el escenario vac¨ªo, vos dibuj¨¢s en el escenario¡±, lo vieron tan natural como sumar uno y uno, por m¨¢s que el dominio del asunto musical de Liniers no vaya m¨¢s all¨¢ de unos acordes de Knockin' on heaven's door y Johansen no cambie la guitarra por el pincel. Cada uno a lo suyo. Hoy comienzan su gira espa?ola con un concierto en Madrid, en la sala But, y que continuar¨¢ por Bilbao (9 de mayo), Barcelona (13 de mayo), Valencia (14 de mayo) y Cartagena (15 de mayo) para presentar el disco (Bi)Vo en M¨¦xico, un directo grabado con The Nada, la banda que desde el a?o 2000 arropa todos los experimentos musicales de Johansen, capaz de procesar funk, folclore, rock, tango o ecos de spaguetti-western como los que rodean My name is peligro, inspirada en la constante provocaci¨®n al desastre de su hijo de 18 meses. Cuando compuso el tema, ya hab¨ªa triunfado. Hacerlo no fue tan sencillo. Si Liniers despach¨® pantufas antes de poder vivir del dibujo, Johansen trabaj¨® en un hotel de Nueva York (aunque se desquitase de noche tocando en el templo del punk CBGB). ¡°M¨¢s que un artista de culto, era un artista oculto, pero fue una experiencia vital fruct¨ªfera. A m¨ª me sirvi¨®. Si hubiera llegado a vivir de la m¨²sica con 19 a?os seguramente ser¨ªa... es un c¨®ctel muy peligroso. Los m¨²sicos nos recuperamos de todas las adicciones excepto de la adicci¨®n a nosotros mismos¡±.
Finalmente triunf¨® con ese estilo tan al¨¦rgico a la etiqueta y ha convertido en se?a de identidad la pluralidad de ritmos, idiomas (canta en ingl¨¦s y espa?ol desde su primer disco, al que ha incorporado el portugu¨¦s en Bi) y gui?os (de Leonard Cohen a Atahualpa Yupanqui; de James Brown a Serge Gainsbourg). ¡°Hay influencias tan ineludibles que es inevitable hacer homenajes, pero a la vez uno intenta poner su personalidad. Somos una generaci¨®n que acepta las influencias¡±.
En el origen de todo est¨¢ la biograf¨ªa del m¨²sico: medio argentino, medio estadounidense, a ratos vecinos de Nueva York, a ratos de Buenos Aires, con una madre hippy que cantaba a lo Joan Baez y un padre gringo con algo de Homer Simpson. ¡°Es lo que me toc¨®. Ahora lo disfruto. Ser casi bipolar literalmente. Tener lo mejor y lo peor de los dos mundos... mitad omnipotente como los estadounidenses, mitad pretencioso como los argentinos¡±. Pese a ironizar sobre ellas, Johansen defiende las ra¨ªces. ¡°No son ning¨²n lastre. Es una mochila que me acompa?ar¨¢ siempre que no pesa. Se trata de encontrar lo compatible en la incompatibilidad y romper los prejuicios que pueda tener. Uno est¨¢ lleno de prejuicios aunque no quiera. Uno es bruto todo el rato¡±.
Aunque sin las mudanzas de su colega, Liniers tambi¨¦n dio algunos tumbos existenciales antes de convertirse en el dibujante que los argentinos han bendecido como otro de los grandes en un pa¨ªs con nombres como Quino o Maitena, casi un hada madrina de los macanudos, que entraron en La Naci¨®n de su mano en 2002 (ahora tambi¨¦n en El Pa¨ªs Semanal). Quino le parece palabras mayores. Le incluye en la categor¨ªa de Chaplin o Lennon. ¡°Nos entretienen y nos han hecho mejores personas¡±. Y Liniers, que habla y divierte a un tiempo, se corta cuando se encuentra al padre de Mafalda. ¡°Con Quino me vuelve la timidez. Y como ¨¦l tambi¨¦n es t¨ªmido, no hablamos mucho. Quedamos sin tema r¨¢pido. Como paleteando¡±.
Babelia
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