?vole: ¡°Nunca he sentido con nadie menos empat¨ªa que con Rekarte¡±
El responsable de ¡®Salvados¡¯ habla sobre su entrevista con el exterrorista
Jordi ?vole lanz¨® una orden de par¨¢lisis a su cuerpo a la hora de rodar el ¨²ltimo programa de Salvados de esta temporada. No quer¨ªa arriesgarse a mostrar el m¨¢s m¨ªnimo gesto de complicidad con su entrevistado. M¨¢s all¨¢ de los silencios ¡ª¡°ha sido la entrevista en que menos preguntas he hecho¡±, comenta¡ª se cercior¨® de no emitir ning¨²n gesto que pudiera interpretarse como de aprobaci¨®n con el relato del exetarra I?aki Rekarte.
A¨²n as¨ª, el aluvi¨®n de reacciones encontradas no ces¨® a lo largo de la hora en que este periodista, adepto al fen¨®meno y la controversia, conversaba el pasado domingo a trav¨¦s de La Sexta con el antiguo terrorista. Se trataba del autor, entre otros, del atentado que acab¨® con la vida de tres personas? en Santander el 19 de febrero de 1992.
Durante cuatro a?os ha estado el equipo de Salvados detr¨¢s de alg¨²n etarra o exmiembro de la banda, arrepentidos o no. ¡°Las respuestas siempre fueron las mismas: o no quer¨ªan y no sab¨ªan o vuelve a llamar en unos meses¡±. As¨ª que cuando el pasado abril se les present¨® la oportunidad de conversar con este antiguo activista, que acaba de sacar un libro de confesiones en la editorial Pen¨ªnsula, no lo dudaron. El testimonio crudo, autocr¨ªtico, plagado de exigencia de cuentas consigo mismo, ha dado lugar a una tempestad nada modulada en las redes sociales y en los medios de comunicaci¨®n.
Muchos han acusado a los responsables del programa de no haber dado voz a las v¨ªctimas: ¡°En otras ocasiones me hubiese parecido fundamental, pero en este caso, adem¨¢s de tratarse de una confesi¨®n, contra quien m¨¢s duro resulta el testimonio, es contra la propia ETA. Aparte que no todas las v¨ªctimas han reclamado eso, muchas lo han aplaudido¡±.
Frente al estilo espont¨¢neo y de cierta ingenuidad, entre kamikaze y mal intencionada, que ejerce a veces, Jordi ?vole escogi¨® en esta ocasi¨®n una contundente sobriedad: ¡°Yo, a menudo, tengo un problema, que es la empat¨ªa con el entrevistado. Puedo decir que en este caso no exist¨ªa ni un ¨¢pice de ese rasgo por mi parte. Me concentr¨¦ mucho en permanecer fr¨ªo y distante para que fuera ante todo el espectador quien juzgara los hechos y lo que all¨ª se planteaba¡±.
Se empe?¨® en dar un espacio, casi estelar, al silencio: ¡°Dicen que el silencio habla, aqu¨ª no; aqu¨ª, grita¡±. Ese horror vacui lo supl¨ªa Rekarte con reflexiones m¨¢s que enjundiosas. En la c¨¢rcel fue donde m¨¢s tiempo tuvo para pensar. Donde m¨¢s noches qued¨® en vela para el remordimiento y la certeza de un error de juventud que le cost¨® el resto de, lo que podr¨ªamos llamar, su primera vida.
?vole ha aprendido alguna lecci¨®n con esta entrega: ¡°Algo que a lo mejor no gusta a muchos, y es que todo el mundo merece una segunda oportunidad, incluso una tercera¡±. No pactaron ninguna pregunta. ¡°Como nunca hacemos en este programa. De todas formas, mi posesi¨®n de la pelota en este caso ha sido baj¨ªsima. Apenas intervine m¨¢s que para dar paso a un relato, que era lo interesante. El mismo Rekarte se asombraba a veces de lo que dec¨ªa, consciente de que todo aquello fue una barbaridad¡±.
Aun as¨ª, el antiguo etarra, con sus gestos, con las miradas fijas y perdidas, buscaba a menudo una aprobaci¨®n por parte de ?vole: ¡°No s¨¦ si la encontr¨® o no, pero yo me esforc¨¦ en no asentir nunca a lo que dec¨ªa¡±. La temperatura de esa atm¨®sfera se fue transformando entre las redes a medida que avanzaba el programa: ¡°Comenzaron con ataques y comentarios muy en contra que fueron cambiando radicalmente de tono a medida que avanzaba¡±, comenta el periodista.
La franqueza en las respuestas de quien ingres¨® en ETA con 18 a?os, construy¨® su primer explosivo con 19, mat¨® poco despu¨¦s, a los 20, y pag¨® por ello con dos d¨¦cadas de condena fue alimentando un debate abierto y que supura por la herida de a?os de violencia enconados.
Era la ¨²ltima entrega de otra proverbial temporada de Salvados. El programa que ha demostrado la vigencia de lo urgente y lo trascendental en nuestro tiempo para la televisi¨®n, que conecta, como muy pocos, con una ola de estado de ¨¢nimo colectivo, ha fomentado todo tipo de reacciones en esta etapa tras sus encuentros con plant¨®n sorpresa de Esperanza Aguirre, su acercamiento al ministro de finanzas griego Varoufakis o su tratamiento del terrorismo isl¨¢mico tras los atentados a Charlie Hebdo, entre otras entregas. ¡°La voluntad ha sido no estar pendiente de la agenda que nos quieren marcar, sino provocarla t¨² mismo yendo hacia el l¨ªmite y arriesgando¡±, comenta ?vole. De nuevo, dieron en el clavo. Y en este caso, ardiendo.
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