¡®Carol¡¯, la primera joya del certamen
Patricia Highsmith, esa escritora adictiva, maestra del desasosiego y del suspense, fatalista, poseedora de un conocimiento profundo del anverso y reverso de la condici¨®n humana, inventora de un personaje tan retorcido, complejo y legendario como Tom Ripley, escribi¨® con un seud¨®nimo su novela Carol. Creo que fue una de las primeras y se reedit¨® con su verdadero nombre muchos a?os despu¨¦s. Es una novela turbadora y en la que su pesimista autora se permite el lujo de un final feliz, de que un amor muy problem¨¢tico se afiance. Sospecho que lo que contaba Patricia Highsmith era autobiogr¨¢fico. Y que los tiempos eran tan puritanos e hip¨®critas que no se atrevi¨® a firmarla con su nombre.
Carol es una historia de amor. Pero la raz¨®n de que su creadora se refugiara en el anonimato es porque esa pasi¨®n la protagonizan dos mujeres. El director Todd Haynes, alguien con el que nunca hab¨ªa sintonizado en su breve y prestigiosa obra, ha adaptado con inteligencia y sensibilidad esa novela. Lo hace de forma admirable, describiendo con tanta intensidad como sutileza la mutua seducci¨®n entre esas dos mujeres y el conflicto que supondr¨¢ para sus infelices vidas. Haynes demuestra elegancia, poder de sugerencia, capacidad para crear matices, un romanticismo nada exhibicionista y una ambientaci¨®n primorosa. Logra engancharte de principio a fin transmiti¨¦ndote las incertidumbres, los miedos, el incontenible deseo, la seguridad de que has encontrado a la persona que durante toda tu existencia andabas buscando a ciegas y la temible factura social, familiar y sentimental que tendr¨¢ que pagar esta pareja si sigue adelante con ese amor que la sociedad condena.
Juego de miradas
Haynes reconstruye la Nueva York de principio de los cincuenta con la precisi¨®n y la est¨¦tica de un fot¨®grafo superdotado. Tambi¨¦n su atm¨®sfera. Hasta el m¨ªnimo detalle desprende realidad; nada suena a decorado o a impostura. Y el juego de miradas, el retrato de lo que va sintiendo progresivamente esa pareja, lo que expresan, y sus silencios, su necesidad de huir y de quedarse, est¨¢ descrito con belleza, sentimiento y profundidad psicol¨®gica. Una de estas mujeres est¨¢ amargamente casada con un millonario. Ella es pura clase, sofisticaci¨®n, se desenvuelve con naturalidad en el mundo de los ganadores. La otra es joven, trabaja como dependienta, se siente muy sola, aunque tenga un novio sol¨ªcito y bondadoso, hace fotograf¨ªas muy hermosas con las que pretende sobrellevar su gris¨¢cea vida. Hay mucha pureza en ella; no sabe lo que quiere hasta que encuentra a Carol. Si la narrativa de Haynes te deja con la boca abierta, las maravillosas interpretaciones de Cate Blanchett y de Rooney Mara est¨¢n al mismo nivel. Es una pel¨ªcula con tanto estilo como verosimilitud, la crees y la sientes, lo mejor de lo que he visto hasta ahora en el festival.
Un d¨ªa perfecto, presentada en la Quincena de Realizadores, es la ¨²ltima pel¨ªcula de Fernando Le¨®n de Aranoa. Ambientada en la guerra de los Balcanes, pretende ser una inmersi¨®n en el horror, en el sufrimiento de tanta v¨ªctima inocente y despose¨ªda de casi todo, a trav¨¦s de la ayuda con permanente riesgo de muerte o de mutilaci¨®n que les ofrecen un curtido grupo de cooperantes.
Est¨¢ bien contada, pero le falta algo; huye del manique¨ªsmo, pero me resulta fr¨ªa; dispone de muchos elementos y situaciones para conmover, pero la veo y la escucho distanciado. Es honrada, pero no brillante. Los personajes son cre¨ªbles, y eficientes las interpretaciones de Benicio del Toro y de Tim Robbins, pero no dejan excesiva huella en la memoria. Como siempre, hablo en primera persona. Ojal¨¢ que el p¨²blico piense de otra forma. El esfuerzo y las intenciones del autor lo merecen.
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