Conspiraci¨®n contra el arte del toreo
Acertaron los que tras la muerte del tercero dijeron adi¨®s, y se marcharon a tomar un chocolate caliente Fracasamos los dem¨¢s
?En qu¨¦ estar¨ªa pensando el empresario de Madrid cuando dise?¨® este cartel? No se esfuercen. No tiene explicaci¨®n alguna. No, al menos, una explicaci¨®n que no responda a intereses ajenos al arte del toreo. Un cartel carente de la m¨¢s m¨ªnima ilusi¨®n, condenado al fracaso, feo, sin causa que lo justificara; un cartel para darle la espalda, sobre todo, en una tarde de viento y fr¨ªo, desapacible de principio a fin.
Y no se dice esto porque la corrida fuera un tostonazo. Es que estaba cantado que lo ser¨ªa, y que solo un milagro evitar¨ªa el desastre. Y como ayer no tocaba, el petardo estaba asegurado.
En fin, que el festejo acab¨® pasadas las nueve de la noche, con los cuerpos ateridos, los virus haciendo de las suyas y con la esperanza por los suelos. Acertaron los que tras la muerte del tercero dijeron adi¨®s, muy buenas y se marcharon a tomar un chocolate caliente y unos churros; y fracasamos todos los dem¨¢s: los toreros, con su desacierto, y el p¨²blico, que aguant¨®, sin comerlo ni beberlo, un atraco a su bolsillo y a su ¨¢nimo. Ganaron, eso s¨ª, el empresario ¡ªse supone que el cartel no ser¨ªa nada caro¡ª, y el ganadero, que lidi¨® una corrida que, en l¨ªneas generales, se dej¨® torear y se llev¨® varias orejas al desolladero.
Ovaciones y pitos
- OVACI?N. Varias reses de Alcurruc¨¦n se llevaron las orejas al desolladero.
- PITOS. Los tres diestros ofrecieron una triste imagen del toreo m¨¢s anodino.
El respeto debido no debe ocultar la verdad; el respeto a quien tiene el valor de vestirse de luces en esta plaza no debe ser motivo de ocultaci¨®n de la evidencia. Y esta dice lo siguiente: los tres toreros fracasaron estrepitosamente. Ante toros toreables, nobles, que iban y ven¨ªan, con humillaci¨®n y fijeza en distintos grados, Bautista y El Capea ofrecieron todo un recital de antitoreo. No es f¨¢cil hacerlo peor; no es f¨¢cil poner menor sentimiento, ni menos hondura, ni menos clase y m¨¢s superficialidad, tristeza y ventajismo; m¨¢s justificado ¡ªque tampoco¡ª podr¨ªa estar Ferrera, que se enfrent¨® al lote con m¨¢s presencia y menos calidad en su embestida, y con el que estuvo muy por debajo de las expectativas.
La corrida de hoy
Toros de Jandilla, para Miguel Abell¨¢n, El Fandi y Manuel Escribano.
Bautista y El Capea parec¨ªan el enemigo, dispuestos a destrozar el arte del toreo, conspicuos conspiradores de una campa?a para echar a los aficionados de la plaza. Bien es verdad que hizo viento, y eso siempre es molesto, pero lo criticable es la actitud indolente, la disposici¨®n perdida y la t¨¦cnica obsoleta para ofrecer un recital del pegapases moderno.
Bautista no despleg¨® una gota de torer¨ªa ante su noble primero; estuvo aseado, quiz¨¢, cumplidor, profesional, tal vez¡ Estuvo para que no lo anunciaran en Madrid. Y en el quinto, que desarroll¨® una muy noble embestida, acompa?¨® la codicia repetitiva del toro con cierto gusto, pero sin sentimiento ni importancia. De hecho, no cort¨® la oreja porque la petici¨®n fue minoritaria; y eso que la generosidad de este p¨²blico raya en lo pecaminoso.
El se?or Capea merece un respeto, pero no m¨¢s que ese pu?ado de j¨®venes toreros que han demostrado que merecen un lugar en esta feria, y no est¨¢n porque su padre no se llama Ni?o de la Capea. Pues El Capea no atesora m¨¦rito alguno para estar en esta feria. Y si hab¨ªa alguna duda, ayer la volvi¨® a disipar. Siendo muy generoso, se podr¨ªa destacar una ver¨®nica en el recibo al sexto. Todo lo dem¨¢s, suspenso sin paliativos de un torero que da muchos pases, como tantos otros, y no dice nada. Es un representante del antitoreo actual, y cada actuaci¨®n suya profundiza en su desprestigio profesional. Los dos toros embistieron, mejor el primero, y por m¨¢s que se repasan las notas no es posible encontrar una tanda o, siquiera, un pase que mereciera la pena. Como su compa?ero franc¨¦s, es pr¨®digo en defectos fundamentales, y el mensaje que transmite es que no siente nada de lo que est¨¢ haciendo. Abundaron los pases en la misma medida que aumentaba el friolero sufrimiento del personal.
Tampoco se salva de la quema Antonio Ferrera. Puso banderillas a toro pasado, y no se confi¨® con ninguno de sus dos toros, ambos de corto viaje y exigentes de comportamiento. Tir¨® muchas l¨ªneas, exagerado en sus precauciones, y no plant¨® la cara que la ocasi¨®n exig¨ªa.
En fin, no ser¨¢ as¨ª, pero la corrida pareci¨® una conspiraci¨®n contra el arte del toreo. Qu¨¦ desesperante y molesto puede llegar a ser un se?or dando trapazos¡
ALCURRUC?N / FERRERA, BAUTISTA, EL CAPEA
Toros de Alcurruc¨¦n, bien presentados, mansos y nobles; dificultosos, primero y cuarto.
Antonio Ferrera: estocada (
silencio
); dos pinchazos ¡ªaviso¡ª y bajonazo (
silencio
).
Juan Bautista: estocada ca¨ªda y un descabello (
silencio
); estocada ca¨ªda (petici¨®n y vuelta).
Pedro Guti¨¦rrez El Capea: dos pinchazos y estocada (
silencio
); pinchazo y estocada (
silencio
).
Plaza de las Ventas. 19 de mayo. Duod¨¦cima corrida de la Feria de San Isidro. Casi tres cuartos de entrada.
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