En la corriente de la vida

Como suced¨ªa en Compa?eras de viaje (2010), tambi¨¦n en este nuevo libro de cuentos de Soledad Pu¨¦rtolas encontramos un haz de asuntos y motivos recurrentes que agavillan las historias aqu¨ª reunidas (con la excepci¨®n de un par, que son sendos homenajes a Henry James y a Ch¨¦jov). Por ello, no me parece casual que la autora haya elegido el ¨²ltimo de los relatos para titular el conjunto del libro, El fin, ya que la mayor¨ªa de ellos gravita sobre la perspectiva del tiempo, que recorre estas p¨¢ginas a veces a partir de un reencuentro fortuito que propicia el retorno del pasado, y en otras fluye inclemente en un mundo que se escapa y acaba, como le sucede a los ancianos de El fin. La sensaci¨®n que todos estos cuentos nos dejan es que Pu¨¦rtolas descorre un tel¨®n y, m¨¢s all¨¢ de la escena que se representa en el primer plano, nos ofrece tambi¨¦n una incursi¨®n por debajo de la superficie de las aguas de la vida, donde se halla el verdadero germen del relato, porque esa corriente que se ha detenido unos instantes es lo que seguir¨¢ vibrando en el lector, aunque la historia acabe.

Es una impresi¨®n especialmente intensa en el primero de ellos, Pel¨ªculas, que ocupa apenas unas horas de un domingo por la noche, cuando el solitario y desocupado Ernesto sale de casa con la esperanza de encontrar algo ¡°para que el d¨ªa que viene retrase la llegada¡±. El balance de su vagabundeo es magro: ¡°Una sombra, un hombre, una mujer y un borracho. As¨ª ha sido la noche, como si fuera el guion de una de esas pel¨ªculas en las que parece que no pasa nada, las ¨²nicas pel¨ªculas que yo ser¨ªa capaz de hacer¡±. Similar impresi¨®n nos produce Lord, en que las conflictivas diferencias que muestran entre s¨ª los respectivos perros de una pareja amenaza sus relaciones. Es un cuento donde el humor ¡ªe incluso la comicidad¡ª tiene cierto protagonismo. Como en Laureles, donde esa nota se disuelve en franca parodia al enfocar las relaciones entre pol¨ªtica y poes¨ªa: si mediocres y falsos son los organizadores de un evento cultural en una ciudad de provincias, mezquino es tambi¨¦n el poeta laureado con el joven admirador que se le aproxima.

Vagabundear para escapar e ir hacia otro mundo es el argumento que sustenta la mayor¨ªa de estos cuentos, especialmente los que se centran en los a?os del desconcierto y la incertidumbre y tratan de los sue?os turbados, y de la confusi¨®n y la fantas¨ªa que agitaron la adolescencia: un tiempo de carencias y tanteos que desencadenan la dolorosa revisi¨®n de uno mismo, medida a veces por la crueldad de quienes tienen un fuerte carisma y la capacidad de atraer y dominar (El caballero oscuro, El dandi, Los viejos amigos), y otras pulsada a partir de la extra?eza que producen las vidas ajenas. Destaco Las tres Gracias porque se centra en un momento clave de esa etapa, el descubrimiento de la sexualidad. Cuando el t¨ªo Felipe ¡ªconsiderado un par¨¢sito y un in¨²til por su familia¡ª lleva a su sobrina de 12 a?os al Museo del Prado, ante el cuadro de Rubens y el universo desconocido que se le muestra, s¨®lo es capaz de experimentar una perturbadora angustia. Desde el tiempo emerge, sin embargo, aquel recuerdo, y aflora su verdadero fondo, que no es otro que una lecci¨®n de arte y tambi¨¦n de vida, por lo que la obra tiene de alegor¨ªa.

El fin. Soledad Pu¨¦rtolas. Anagrama. Barcelona, 2015. 165 p¨¢ginas. 14,90 euros (digital, 9,99).