¡°El equilibrio entre ¨¦tica y est¨¦tica es lo m¨¢s dif¨ªcil¡±
Los Chikos del Ma¨ªz llenan salas con su contestatario y politizado hip hop. Pablo Iglesias y Alberto Garz¨®n han colaborado en su segundo disco
La infamia pol¨ªtica ha convertido a Valencia en un tema de perpetua pero triste actualidad. La realidad se ha abierto paso a golpe de titular, exponiendo un escenario desolador. El d¨²o de hip hop valenciano Los Chikos del Ma¨ªz es, en buena medida, una reacci¨®n a eso. ¡°La gente de nuestra generaci¨®n no ha conocido otra cosa en esta ciudad: caciquismo, corrupci¨®n, aeropuertos sin aviones, trajes sin facturas, comisiones y todo tipo de pelotazos y esc¨¢ndalos urban¨ªsticos¡±, comenta Nega. Su compa?ero Toni el Sucio, apostilla: ¡°Tantas d¨¦cadas de saqueo e impunidad han generado una escena musical de lo m¨¢s variopinta y especialmente contestataria. Tambi¨¦n est¨¢ La Ra¨ªz, Obrint Pas, Aspencat, Zoo¡ Valencia ha exportado mucha verg¨¹enza e impunidad, pero a su vez, y como consecuencia de ello, una escena de m¨²sica combativa de las m¨¢s saludables y activas del Estado¡±.
Los Chikos del Ma¨ªz operan al margen de lo establecido. Se manejan a trav¨¦s de la autogesti¨®n y las redes sociales, d¨¢ndole a su m¨²sica una visibilidad que les hace llenar salas aqu¨ª y actuar tambi¨¦n en Colombia, Venezuela y Londres, ciudad a la que pronto volver¨¢n. ¡°Hay una escena que parece que no existe porque no se refleja en los grandes medios, pero que ya es masiva. Cuando se celebra el FIB aparece en todos los telediarios. Venimos de actuar en el Vi?a Rock; han ido 72.000 personas y yo no he visto eso en ning¨²n informativo. Si juntas a grupos con letras comprometidas o pol¨¦micas, el discurso oficial los ignora¡±, afirma Nega. En el caso de este d¨²o, el perfil contestatario es inherente a su realidad. Entre los 16 y los 25 a?os, Toni trabaj¨® en diferentes f¨¢bricas; Nega era soldador de calefacciones. Se conocieron en la facultad, estudiando periodismo y comunicaci¨®n audiovisual. A principios de 2000 montaron el grupo y casi de inmediato empez¨® a funcionar (¡°gracias a eso pudimos terminar la carrera¡±), espoleado por la rabia del que sabe al lado de los desfavorecidos. ¡°Antes de la crisis¡±, apunta Toni, ¡°el asunto laboral no estaba bien, hab¨ªa m¨¢s trabajo pero ?qu¨¦ tipo de trabajos y en qu¨¦ condiciones? Yo trabajaba de un modo precario, haciendo horas en negro bajo amenaza de despido¡±. Nega es tajante: "El problema viene cuando la clase media se precariza y sufre lo mismo que la clase obrera. Me hace mucha gracia lo de la generaci¨®n m¨¢s preparada, que con dos carreras se tiene que ir a Londres a fregar platos. T¨ªo, tus aspiraciones eran ser el amo del mundo desde un despacho y te has dado de bruces con la realidad que est¨¢ viviendo la clase obrera desde el siglo XVIII".
Indignaci¨®n
La estanquera de Saig¨®n (Boa, 2014), segundo ¨¢lbum del grupo, resume sensaciones, ideas y proclamas que no dan tregua. Se public¨® en un cuidado formato CD-libro, con textos, entre otros, de Alberto Garz¨®n, Shangay Lily, Javier Couso, I?igo Errej¨®n y Pablo Iglesias, que en el pasado tambi¨¦n realiz¨® un clip para el grupo. ¡°Pienso que actualmente Podemos se est¨¢ peleando por un espacio que va a ser ocupado por el se?orito [Alebert] Rivera y su cohorte de empresas del Ibex 35¡±, dice Nega. ¡°En mi opini¨®n hay que volver al esp¨ªritu del 15M y ser el partido de la indignaci¨®n¡±. Adscritos a una escena en la que el compromiso pol¨ªtico es esencial, Los Chikos del Ma¨ªz no olvidan lo que son. "Por mucho que nuestras letras est¨¦n politizadas, no dejamos de ser un grupo de m¨²sica y nuestra funci¨®n b¨¢sica es la de entretener", dice Nega. ¡°Encontrar el equilibrio entre ¨¦tica y est¨¦tica es lo m¨¢s dif¨ªcil. Hay un mont¨®n de grupos de hip hop extremadamente politizados, pero salvo contadas excepciones, no cuidan las formas. Para que un mensaje cale, tiene que tener un envoltorio atractivo, hay que cuidar la m¨²sica, el estilo, el flow¡±. As¨ª discurre la m¨²sica del d¨²o "Como dec¨ªa el fil¨®sofo, el a?o rico en hambre es rico tambi¨¦n en poes¨ªa¡±, apostilla Nega.
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