Juicio a la mujer ad¨²ltera
La obra teatral ¡®Mathilde¡¯, de V¨¦ronique Olmi, tienta el l¨ªmite entre la libertad femenina y la transgresi¨®n social
Mathilde ya no es Mathilde. Hasta hace tres meses, era una escritora de ¨¦xito, protagonista de las fiestas de la burgues¨ªa parisina, felizmente casada con Pierre. Ahora es una criminal. Hace tres meses fue acusada de corrupci¨®n de menores y condenada por acostarse con un alumno de 14 a?os. Esta noche vuelve a casa, despu¨¦s de pasar tres meses en la c¨¢rcel. All¨ª le espera Pierre, all¨ª comienza otro juicio. Y Mathilde, la obra escrita en 2001 por la dramaturga francesa V¨¦ronique Olmi, estrenada ayer en Madrid bajo la direcci¨®n de Gerard Iravedra.
El sal¨®n de Mathilde y Pierre es particularmente asfixiante en el peque?o espacio subterr¨¢neo que constituye la sala madrile?a La Nao 8, abierta en un humilde s¨®tano el pasado enero. El off pronto se les quedar¨¢ peque?o: en julio pasan al Teatro Lara, donde podr¨¢ lucirse el nombre de Marina San Jos¨¦ (conocida por la serie Amar en tiempos revueltos, por sus trabajos con Miguel Narros o Gabriel Olivares, y por ser hija de Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel) y Gorka Lasaosa (Yo soy la Juani, Fuga de cerebros). Pero tambi¨¦n el de V¨¦ronique Olmi, un reclamo menor para el p¨²blico espa?ol pese a ser muy representada en Francia y haber sido traducida a una veintena de idiomas.
¡°Las hero¨ªnas de las novelas de V¨¦ronique Olmi lo son en el sentido tr¨¢gico del t¨¦rmino. Capta el instante en el que, para ellas, todo se tambalea¡±, escribi¨® sobre la autora el cr¨ªtico de Le Monde Jean-Luc Douin. En el caso de Mathilde, este punto es una transgresi¨®n doble: un adulterio que, a la vez, es un crimen. Y del que ella no se arrepiente. ¡°La hemos hecho fuerte. Su acto es algo inevitable, fundamental para comprenderla. Su fortaleza es tambi¨¦n una reivindicaci¨®n de libertad¡±, explica Iravedra. ?Hay una reflexi¨®n sobre el papel de la mujer en la sociedad? ¡°No hay un planteamiento feminista¡±. Parad¨®jicamente, la obra de Olmi es material de lectura en numerosos estudios de g¨¦nero.
Mathilde, en comparaci¨®n con otras de Olmi (Chaos debout, estrenado en el Festival de Avignon, o Point ¨¤ la ligne, en la Com¨¦die Fran?aise), tuvo poca repercusi¨®n. Ese mismo a?o, la autora public¨® su primera novela, La orilla del mar (Lengua de Trapo), la narraci¨®n en primera persona de una madre que asesina a sus dos hijos. Su Medea contempor¨¢nea, inspirada en un caso real, caus¨® tal revuelo que acab¨® eclipsando el resto de su obra del momento, e incluso la posterior. ¡°En nuestro caso, la transgresi¨®n es menor¡±, puntualiza Iravedra, ¡°Podemos tratar el crimen con naturalidad. No juzgamos al personaje porque ella no se juzga¡±.
El juez es, en realidad, el marido, sobre el que el texto plantea ciertas ambig¨¹edades. ?La protege, o la controla??La utiliza, o la salva? ¡°Nuestra interpretaci¨®n es que ¨¦l la ama¡±, asegura el director sin dudar, ¡°Ella es un alma libre, y es dif¨ªcil. Pero ser la pareja de un alma libre lo es todav¨ªa m¨¢s¡±. Sobre las grandes letras del cartel (Mathilde, en blanco) se proyecta la sombra del nombre de Pierre.
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