El circo de Jeff Koons llega a Bilbao
El Guggenheim acoge la primera retrospectiva del artista en Espa?a
Con sonrisa perenne, mirada met¨¢lica que apenas parpadea y traje a medida, Jeff Koons posa para la legi¨®n de fot¨®grafos que le retratan con sus obras en el museo Guggenheim de Bilbao. La escultura de Plut¨®n y Prosepina es imponente, de un dorado met¨¢lico, pero queda eclipsada por el propio aura del artista. Incansable, repite poses una y otra vez sin alterar el rictus, se adue?a del espacio, finge enroscarse unos bigotes que no tiene delante de su langosta hinchable, homenaje a Dal¨ª. Todo para la c¨¢mara. Si le da por desaparecer moment¨¢neamente detr¨¢s de un panel, llama a la prensa y los ordena a su alrededor. Los clics de las c¨¢maras no paran de sonar; est¨¢ encantado. Desde ma?ana y hasta el 27 de septiembre, el Museo Guggenheim de Bilbao acoge la primera retrospectiva de Koons en Espa?a, uno de los artistas contempor¨¢neos m¨¢s importantes y, tambi¨¦n, uno de los m¨¢s medi¨¢ticos y con m¨¢s peso en el mercado del arte.
"Es un artista ¨²nico, incombustible e hiperactivo", comenta Scott Rothkopf, uno de los comisarios de la exposici¨®n y director asociado del Whitney Museum de Nueva York, primer lugar donde pudo verse la retrospectiva (luego pasar¨ªa por el Pompidou, antes de acabar aqu¨ª en Espa?a). "Aqu¨ª vemos su trabajo a lo largo de 40 a?os, y en ¨¦l hay metales, maderas, cuadros, vemos desde Luis XV a Popeye, la sexualidad, la muerte y animales de compa?¨ªa. Si no supi¨¦ramos que es suya pensar¨ªamos que es la obra de cinco o seis artistas".
"Busco un di¨¢logo de la gente con la trascendencia, lejos de cr¨ªticas. Busco la aceptaci¨®n de mis instintos, creo que siguiendo la propia intuici¨®n se puede conectar con el universo", se?ala Koons ante un auditorio abarrotado. Hay en el discurso de Koons algo metaf¨ªsico, algo casi zen, que casa mal con todo el ruido y la furia que le rodea. "El mercado del arte es algo bastante abstracto de lo que intento alejarme", cuenta. "Cuando leo todo lo que hay alrededor de mi obra lo veo como si le pasara a otro", confiesa.
La retrospectiva sigue un recorrido cronol¨®gico, desde que en 1977 dejara Chicago y se fuera a Nueva York, guiado por la canci¨®n 'Wild horses' de Patty Smith que, seg¨²n cuenta, le revel¨® que all¨ª es donde suceden las cosas importantes. Fue en esa ciudad en la que empez¨® a comprar juguetes hinchables que luego ser¨ªan base de su trabajo. La muestra recoge gran parte de esas obras hechas con objetos pasando por los balones suspendidos en agua en perfecto equilibrio, los ¨®leos de gran formato que el ojo se empe?a en adjudicar a un trabajo digital, hasta las copias de figuras cl¨¢sicas reproducidas con yeso que adorna con esferas met¨¢licas y espejadas.
Vida y obra de un creador cotizado
Koons naci¨® en York, en EE.UU, en 1975. En 1977 se instal¨® en Nueva York; desde entonces vive entre ambas ciudades.
Es el artista vivo m¨¢s cotizado. Su obra Balloon dog es la pieza m¨¢s cara de un creador vivo adjudicada en subasta: 52,3 millones de euros.
El creador es c¨¦lebre por sus obras que aprovechan juguetes hinchables, acero y su gusto 'kitsch'. Cuenta con fans entregados y cr¨ªticos feroces que le acusan de ser tan solo un experto en marketing.
El Guggenheim acoge su primera retrospectiva en Espa?a, tras ser la muestra m¨¢s vista de un artista vivo en el Pompidou de Par¨ªs.
Es tambi¨¦n m¨¢s completa que las de Nueva York y Par¨ªs, pues se muestran m¨¢s obras debido a los "1.000 metros cuadrados que se han a?adido (hasta llegar a los 3.500), que permite que la exposici¨®n respire m¨¢s y se ampl¨ªe", en palabras de Luc¨ªa Aguirre, otra de las comisarias de esta exposici¨®n patrocinada por la Fundaci¨®n BBVA. En realidad, es la ¨²nica completa, porque en esta puede verse una pieza fundamental en la obra de Koons: Puppy, el gigantesco perro floreado que desde 1997 da la bienvenida al museo. Una escultura que le reconcili¨® con la cr¨ªtica tras la pol¨¦mica de su exposici¨®n 'Made in heaven', demasiado expl¨ªcita en sus fotos con su entonces pareja, Cicciolina. El perro termin¨® de darle el empuj¨®n definitivo a una carrera mete¨®rica que desde entonces no ha parado de ganar en peso art¨ªstico y en ruido medi¨¢tico.
"El observador siempre acaba la obra de arte, mi trabajo solo es aportar mi punto de vista", dice, mientras gu¨ªa a la prensa alrededor de su famoso 'Ballon dog' magenta, el gigante y met¨¢lico globo con forma de perro, haciendo hincapi¨¦ en el mensaje detr¨¢s de la obra, como ajeno a toda la mercadotecnia que le rodea. A que La versi¨®n naranja de esta obra fue subastada por 58 millones de d¨®lares.
Mientras los fot¨®grafos siguen retratando al artista, a la entrada del Gugenheinn Puppy est¨¢ siendo regado por los aspersores que recorren su estructura met¨¢lica interna, y de su cara chorrea agua, como si fuera un cachorro babeando porque su due?o a vuelto a casa. Tras ¨¦l, seis patrullas de la Ertzainza recorren el puente que cruza la r¨ªa de Bilbao. No por alg¨²n tipo de dispositivo de seguridad, sino porque Greenpeace ha desplegado una enorme pancarta sobre el agua y el museo. "Los oc¨¦anos importan", reza. Tambi¨¦n los perros hinchables. Pasen y vean.
Babelia
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