Dos caras de la nostalgia en el Azkena Rock Festival
Television y ZZ Top detacan en la primera jornada del evento rockero por excelencia
Su reputaci¨®n le precede. El Azkena Rock Festival es el campe¨®n de los pesos medios, un festival para gente a la que, ante todo, le gusta la m¨²sica. El evento rockero por excelencia: peque?o, en comparaci¨®n con otros, pero con una fiel legi¨®n de incondicionales. Tras un par de a?os con un perfil m¨¢s bajo, y quiz¨¢ un tanto descuidado, el cartel de este a?o nos devuelve al Azkena m¨¢s emblem¨¢tico, con nombres muy jugosos y estilos que, sin salirse de la l¨ªnea general del festival, tocan muchos y diferentes palos. Dos nombres destacaban en su primera jornada, tan atractivos como antag¨®nicos: por un lado, Television, una de las bandas m¨¢s influyentes de su generaci¨®n, y buque insignia del proto-punk neoyorquino; por otro, los legendarios ZZ Top, un grupo con 45 a?os de historia que ha sabido, a partir de premisas muy sencillas, reunir entre sus seguidores a aficionados al blues, al hard rock y a su caracter¨ªstico boogie rock tejano.
La nostalgia es un plato que se sirve caliente. Si se enfr¨ªa, no sabe igual. Para una banda como Television tambi¨¦n es un elemento peliagudo, como ocurre siempre que la obra maestra de un grupo es m¨¢s grande que el propio grupo. Marquee Moon y Television son dos nombres indivisibles dentro de la historia del rock, por muy bueno que sean el segundo ¨¢lbum de la formaci¨®n ¡ªque lo es¡ª y su ¨¢lbum hom¨®nimo grabado al calor de su reuni¨®n en 1992. As¨ª, la uni¨®n de ambos nombres en directo provoca un efecto m¨¢s estimulante en el espectador, que no tiene que preguntarse qu¨¦ van a tocar, ni en qu¨¦ forma est¨¢n, porque el rollo es que van a tocar Marquee Moon.
Tom Verlaine y los suyos ya pasaron por el Azkena Rock Festival hace diez a?os con su formaci¨®n original, en un concierto que se recuerda con menos efusividad de la que cabr¨ªa esperar. Richard Lloyd saldr¨ªa de la banda poco despu¨¦s, en 2007, dejando el mito un poco cojo. Cualquier fan sabe que Television sin Richard Lloyd no es lo mismo. Afortunadamente, su reemplazo, Jimmy Rip, lleva tocando con Verlaine desde primeros de los 80, lo que le da todas las credenciales que uno puede tener, sin ser el propio Lloyd.
Tal y como rezaban los carteles, el set de Television en el Azkena se compuso por los ocho temas incluidos en Marquee Moon, tocados de forma aleatoria a partir de un See No Evil que con sus primeros acordes apret¨® el gatillo de la memoria. La bater¨ªa de Billy Ficca tambi¨¦n apret¨® un gatillo en ese momento, cuando una caja tocada fuera de tiempo nos hizo darnos cuenta de que no est¨¢bamos ante los Television que grabaron aquel m¨¢gico disco en 1976, sino a unos se?ores mayores que lo tocaban para nosotros en 2015. Ah, la nostalgia, esa perra traicionera.
Todos menos Rip, curiosamente, empezaron el concierto desganados, tocando de forma mec¨¢nica y desapasionada. Elevation, con otro par de garrafales fallos de tiempo de Ficca, y un Prove It tocado de forma incre¨ªblemente an¨¦mica, nos empujaron a buscar constantemente los referentes originales en nuestra memoria. Olvidar la interpretaci¨®n y refugiarnos en las canciones ¡ªen nuestro recuerdo de ellas¡ª para que el concierto no se viniese abajo.
Con Torn Curntain la cosa cambi¨®, afortunadamente: Verlaine comenz¨® a implicarse m¨¢s y la banda empez¨® a sonar en condiciones, abrigando dignamente al l¨ªder, que improvis¨® algunas l¨ªneas memorables con la guitarra tirando de su caracter¨ªstico vibrato, sus violentos ligados y su instinto a la hora de frasear. Las guitarras de Verlaine y Rip fueron salvando el concierto y brindando los ¨²nicos momentos realmente brillantes, m¨¢s all¨¢ de las innegables cualidades de las propias composiciones. Friction y Venus sonaron razonablemente bien (no tanto Guiding Light), y con un excelente Marquee Moon los neoyorquinos dieron por finiquitado el recital. Era lo que hab¨ªan anunciado, despu¨¦s de todo.
Si el concierto de Television fue todo contenido y nada de continente (se nos ofrecieron las canciones tocadas sin florituras ni miramientos, con poca ambici¨®n, incluso), el de ZZ Top promet¨ªa ser lo contrario: todo continente y poco contenido. Desde que Billy Gibbons, Dusty Hill y Frank Beard se subieron juntos a un escenario en 1970, han ido modelando su imagen hasta una sana autoparodia con parafernalia que, si bien no es muy abundante, s¨ª es muy caracter¨ªstica. Sin embargo, su directo muestra a una banda h¨¢bil que, tocando m¨²sica muy sencilla, lo hace con gracia y credibilidad. M¨¢s all¨¢ de las barbas, los sombreros y las gafas de sol, ZZ Top ofrecieron en Vitoria un s¨®lido show rockero disparado por temas como Got Me Under Pressure, Waitin¡¯ For The Bus, Jesus Just Left Chicago o el deliciosamente ochentero Gimme All Your Lovin'. A pesar de un sonido extremadamente pobre y un volumen injustificablemente bajo para un festival, el power tr¨ªo m¨¢s longevo del rock mantuvo un buen pulso todo el bolo.
Gibbons tiene la misma edad de Verlaine, y nadie lo dir¨ªa vi¨¦ndole moverse con sus piernecitas de alambre y los dedos huesudos con los que aporrea su guitarra. Pero, aparte de sus lentos movimientos y su aspecto envejecido, sigue sac¨¢ndole mucho rollo a la guitarra, haciendo suyos varios licks de blues cl¨¢sicos a base de estirar las cuerdas y retrasar ligeramente el tiempo, d¨¢ndole ese caracter¨ªstico car¨¢cter tejano.
Entre gritos por parte de la audiencia como ¡°vaya volumen de mierda¡± o el ya cl¨¢sico en discursos y m¨ªtines, ¡°que no se oye¡±, Gibbons y los suyos tiraron de temas menos populares como Pincushion y los m¨¢s recientes I Gotsa Get Paid y Flyin¡¯ High, que con su estribillo casi AOR desemboc¨® en dos versiones habituales de la banda: Foxy Lady y un Catfish Blues cantado por Dusty Hill en el que Gibbons demostr¨® que, 40 a?os despu¨¦s de su antol¨®gico Blue Jean Blues, a¨²n puede tocar blues como en los viejos tiempos. Otros dos cl¨¢sicos del grupo, Top Dressed Man y Legs, dieron paso a los bises de rigor con La Grange y Tush cerrando un concierto que ofreci¨® lo que uno podr¨ªa esperar de ZZ Top: barbas, coreograf¨ªas y buen rollo, por supuesto, pero tambi¨¦n algunos peque?os cl¨¢sicos tocados de forma tan llana como genuina. Nunca grabaron un ¨¢lbum tan apabullante como Marquee Moon, pero tampoco parece que les preocupe demasiado.
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