PhotoEspa?a: disparos desde dentro
?Qui¨¦nes somos? La necesidad de encontrarse y explicarse, individual y colectivamente, marca el trabajo de los nuevos fot¨®grafos latinoamericanos protagonistas del festival
Cuando Mariela Sancari y su hermana gemela ten¨ªan 14 a?os, su padre se suicid¨®. Fue en Buenos Aires. No se les permiti¨® ver el cuerpo. La religi¨®n jud¨ªa de su padre oblig¨® a hacer el velatorio con el ata¨²d cerrado. ¡°A lo mejor ten¨ªamos que haber insistido¡±, reflexiona hoy, con 38 a?os, en Madrid, donde, dentro del marco de PhotoEspa?a, ha presentado el libro y la exposici¨®n Mois¨¦s, el nombre de su padre. ¡°Pero fueron circunstancias tan tr¨¢gicas y ca¨®ticas¡¡±, se disculpa. La familia decidi¨® poner tierra de por medio y huyeron a M¨¦xico. Sancari utiliza este t¨¦rmino, ¡°huida¡±, para definir el viaje. Fue all¨ª en M¨¦xico donde las dos hermanas comenzaron una investigaci¨®n en torno a ese duelo inconcluso que se parece, dice, al que sufren los hijos de los desaparecidos de las dictaduras y que tiene que ver con el hecho de no haber visto el cuerpo muerto. ¡°Tengo esa fantas¨ªa que puede resultar infantil, pero es cien por cien real, de que un d¨ªa nos lo vamos a encontrar en la calle doblando la esquina o de que tiene otra familia o de que es un vagabundo¡±. Con esa idea comenz¨® Mois¨¦s, su alabado y premiado proyecto fotogr¨¢fico. El a?o pasado volvi¨® a Buenos Aires y puso anuncios en prensa y carteles por la calle, buscando hombres que tuvieran la edad que hubiera tenido su padre (71 a?os). Solo puso como requisito la edad (un rango entre 68 y 72) y que tuvieran ojos muy claros, como los de su padre. As¨ª, en un estudio callejero instalado en la plaza del barrio de su infancia, fue tomando im¨¢genes a cientos de hombres, de perfil, de frente y con un abrigo de lana, la ¨²nica pieza de ropa que conservan de ¨¦l. El proyecto Mois¨¦s se ha desvelado para Sancari no solo como una terapia personal, sino como una poderosa reflexi¨®n en torno a la identidad y la memoria colectiva a trav¨¦s de la fotograf¨ªa y la imagen.
Es esa misma necesidad de buscarse, entenderse y explicarse, como individuos y como grupo, la que marca no solo el trabajo de esta artista argentina, sino la de un colectivo de fot¨®grafos latinoamericanos, a cuyos trabajos est¨¢ dedicada la edici¨®n de este a?o de PhotoEspa?a (con 101 exposiciones de 395 artistas). Se trata de disparos desde la intimidad que alcanzan de lleno al coraz¨®n de un gran colectivo. Una pulsi¨®n com¨²n para retratar un continente convulso m¨¢s all¨¢ de la violencia y las im¨¢genes sangrientas tan presentes en los ¨²ltimos a?os.
Como mestizos estamos siempre en una crisis de identidad. La fotograf¨ªa nos permite conectarnos¡±, dice Luis Enrique P¨¦rez
?Qui¨¦n soy? ?Qui¨¦nes somos? Las preguntas rondan tras las inquietas c¨¢maras de estos fot¨®grafos, reunidos por Babelia una ma?ana en la Casa de Am¨¦rica. Ana Casas parte de su propio cuerpo. ?scar Fernando G¨®mez dispara desde el interior de un taxi hacia la calle y tambi¨¦n hacia el asiento trasero. Y en las edificaciones rotundas construidas en las ¨¢reas rurales m¨¢s pobres de Guatemala con el dinero de los emigrantes ilegales en Estados Unidos centra su mirada Andr¨¦s Asturias. Luis Enrique P¨¦rez, con sus autorretratos, hurga en su vida, en su vida, en su extrema delgadez o en sus altibajos emocionales, y la argentina Cecilia Lutufyan, obsesionada con la muerte, busca a trav¨¦s de las im¨¢genes los misterios y silencios de la memoria y de la historia de quienes somos.
La fotograf¨ªa de Ana Casas (50 a?os, nacida en Granada de padre espa?ol y madre austriaca y afincada de manera casi permanente en M¨¦xico desde los 9 a?os) est¨¢ claramente ligada a la memoria. Ya su primer foto-libro estaba dedicado a su abuela y a cuatro generaciones de mujeres de su familia. ¡°La foto como medio ha generado una manera del ser humano de contemplarse a s¨ª mismo y de preguntarse sobre una serie de temas. Me interesa retratar situaciones simb¨®licas y universales¡±. As¨ª ha hecho en su ¨²ltimo proyecto, que ha presentado en PhotoEspa?a, titulado Kinderwunsch (t¨¦rmino alem¨¢n que hace referencia al deseo y los ni?os, pero que tambi¨¦n alude a la infertilidad), y que nace del tratamiento de fertilidad al que se someti¨® la propia Casas para abordar la maternidad como una experiencia llena de contradicciones. La desnudez de su cuerpo, las performances y juegos realizados con sus dos hijos, la lactancia, el simbolismo de la leche materna. A trav¨¦s de su experiencia personal, Casas busca transmitir el deseo de la memoria y el cuerpo. ¡°Me interesa trabajar a partir de historias, desde una narraci¨®n poder tocar temas en relaci¨®n con la identidad, al papel que juega la fotograf¨ªa en el proceso de exploraci¨®n de la propia identidad. La foto como medio, pero siempre a trav¨¦s de una acci¨®n¡±, explica esta fot¨®grafa, que coordina el Centro de la Imagen de M¨¦xico.
?scar Fernando G¨®mez, 44 a?os, conoce bien la calle. Este mexicano nacido en Monterrey (Nuevo Le¨®n) vivi¨® en la calle dos a?os (desde los 18 hasta los 20), y fue all¨ª donde aprendi¨® a identificar a las personas, a conocer el alma de la gente, a buscar fantasmas en los grupos sociales. Con una camarita de 200 pesos y una bicicleta, comenz¨® su andadura profesional para hacer fotos de recuerdo. El encargo para retratar una boda de un conocido le fue abriendo la posibilidad de dedicarse de lleno a este oficio, que aprendi¨® ¨¦l solo y sin ayudas. Sin saber conducir alquil¨® un taxi para poder acudir a los eventos sociales que le iban surgiendo y fue all¨ª, ante el volante, cuando ide¨® la serie La Mirada del Taxista, y fue tomando distintos ¨¢ngulos de la ciudad. Desde su ventana y a trav¨¦s del espejo retrovisor fue apareciendo la vida en las calles y rostros enigm¨¢ticos y poderosos sentados en la parte trasera del autom¨®vil. Fernando G¨®mez participa en PhotoEspa?a en la exposici¨®n Trasatl¨¢ntica. Latinoam¨¦rica es un pueblo al sur de Estados Unidos, en Casa de Am¨¦rica.
Al guatemalteco Andr¨¦s Asturias lo que le interesa de la fotograf¨ªa es el di¨¢logo de ideas y, m¨¢s particularmente, la b¨²squeda de la identidad y, en especial, la de la identidad guatemalteca, ¡°ese revuelto de pa¨ªs que viene de hace 500 a?os, con 26 diferentes pueblos ind¨ªgenas y una gran influencia americana, la nueva colonizaci¨®n¡±. De 37 a?os y autodidacta, Asturias utiliza la foto como medio para investigar. ¡°Mis fotos no son especialmente lindas, tampoco son im¨¢genes en las que haya ido a buscar un momento o un estilo espec¨ªfico, ha sido un proceso investigativo realizado con antrop¨®logos, soci¨®logos y arquitectos. En Arquitectura de remesas, Asturias investiga c¨®mo el dinero de los emigrantes ilegales guatemaltecos en Estados Unidos est¨¢ cambiando el panorama de las ¨¢reas rurales a base de construir viviendas y edificios que rompen con el paisaje. Atr¨¢s ha quedado la simbolog¨ªa maya que aparec¨ªa en las fachadas de algunas casas particulares para dar paso a estrellas y barras, con una arquitectura moderna, siguiendo el ejemplo de Miami o Nueva York, en la que no falta el vidrio polarizado o las ¨¢guilas. ¡°Hemos retratado la evoluci¨®n de los pueblos a trav¨¦s de una arquitectura que nosotros llamamos de remesa, de esas remesas de dinero que env¨ªan los emigrantes que se encuentran en situaci¨®n ilegal en Estados Unidos. Ir¨®nicamente, la remesa de la emigraci¨®n se ha convertido en el n¨²mero uno de los ¨ªndices del producto interior bruto de Guatemala, desplazando al caf¨¦ o al az¨²car¡±.
¡°Somos mucho y no somos nada. Como mestizos estamos todo el tiempo en una crisis de identidad. La fotograf¨ªa nos permite conectarnos o construirnos la identidad desde la imagen¡±. Quien as¨ª habla es Luis Enrique P¨¦rez, un mexicano de 30 a?os que apenas lleva desde 2012 en el mundo de la fotograf¨ªa, pero ya est¨¢ en PhotoEspa?a participando en Develar y detonar. Fotograf¨ªa en M¨¦xico. ¡°Regresar al origen, eso es lo que me marca. Todo el tiempo estoy tratando de saber qui¨¦n soy, de d¨®nde vengo, desde lo m¨¢s literal a lo m¨¢s simb¨®lico. De qu¨¦ estoy hecho, por qu¨¦ soy como soy, por qu¨¦ tengo esta forma de ver el mundo, por qu¨¦ tienes que ser bueno o malo, santa o puta, hombre o mujer. Qu¨¦ diablos soy si no me encuentro ni hombre ni mujer. La fotograf¨ªa me acompa?a en este proceso de autoconocimiento. Lo incre¨ªble es ver c¨®mo de algo tan personal y anecd¨®tico uno apela y conmueve a otras personas¡±, asegura P¨¦rez para explicar sus autorretratos y ahora a las im¨¢genes realizadas con su madre.
Hace poco, Cecilia Lutufyan, argentina de 42 a?os, ley¨® una frase que le calza como anillo al dedo: ¡°Las im¨¢genes vienen a llenar la ausencia insoportable de la muerte¡±. Es tambi¨¦n una reflexi¨®n que tiene que ver con hacerse muchas preguntas, las que se hace esta fot¨®grafa que busca en el arte la manera de sobrevivir ante la falta de respuestas. ¡°Leer a trav¨¦s de las im¨¢genes secretos enraizados que uno tiene, relacionados con temores y fantas¨ªas¡±. Lutufyan se ha acercado ahora a esta obsesi¨®n de la muerte ¡ªsufri¨® un suceso traum¨¢tico en su vida¡ª con Horizonte de sucesos, una muestra en la que ha buscado la esfera invisible que envuelve a los agujeros negros, esos centros oscuros, esos huecos sin fondo donde ni siquiera entra la luz. ¡°Me he dado cuenta con el tiempo de que lo que me une a la fotograf¨ªa es como conectar con lo que ya no est¨¢. La fotograf¨ªa como huella que se?ala la presencia en el pasado y la ausencia en el presente¡±.
El rastro, la huella de todos estos fot¨®grafos estar¨¢ este verano en Madrid.
La convivencia entre figuraci¨®n y abstracci¨®n
Las ¨²nicas im¨¢genes que este hombre conoc¨ªa de su pa¨ªs eran de un contraste radical. La violencia y la guerra frente al colorido de un paisaje esplendoroso y bello, de la selva maya. Cuando Luis Gonz¨¢lez Palma cumpli¨® tres a?os, comenz¨® en su pa¨ªs, Guatemala, una guerra que dur¨® 30. "Pensaba que deb¨ªa de haber otra forma de reflexionar sobre lo que era este pa¨ªs sin caer en esos dos extremos, explorar de alguna manera el mundo interno en ese conflicto que es el mundo externo". Luis Gonz¨¢lez Palma (57 a?os), uno de los grandes referentes de la fotograf¨ªa latinoamericana, presenta en la Fundaci¨®n Telef¨®nica de Madrid, dentro de los actos de PhotoEspa?a, una exposici¨®n retrospectiva que, bajo el t¨ªtulo de Constelaciones de lo intangible, recoge el universo ¨ªntimo y enigm¨¢tico de este artista que dej¨® la arquitectura para encontrar sentido a sus inquietudes a trav¨¦s de 70 obras que van de 1988 a 2015.
¡°Mi trabajo, el hilo conductor de mi trabajo es el miedo y sigue siendo el miedo. El miedo que pas¨¦ en mi infancia. El arte cura algunas heridas, no tengo la menor duda, pero ciertas experiencias como la infancia no se superan. Hay una frase que dice que la infancia dura m¨¢s que la vida y es esa experiencia infantil la que se trabaja a lo largo de la vida¡±.
Gonz¨¢lez Palma, que se traslad¨® a vivir a Argentina hace 15 a?os, ha ido desbrozando el camino, apuntando vestigios de hacia d¨®nde quiere ir con su arte, explorando en el universo de la imagen de una forma escult¨®rica. Su ¨²ltimo proyecto, Mobius, es el perfecto ejemplo de por d¨®nde transcurre el viaje de este artista. Ha cogido los retratos que tom¨® a finales de los ochenta y los ha intervenido con pintura, bas¨¢ndose en la abstracci¨®n geom¨¦trica, movimiento art¨ªstico que se impuso en Am¨¦rica Latina tras la Segunda Guerra Mundial. Gonz¨¢lez Palma ha buscado en este trabajo la convivencia, aunque sea de una manera simb¨®lica, entre las dos formas de representaci¨®n imperantes en Am¨¦rica Latina: la figuraci¨®n, con una gran tradici¨®n en el mundo ind¨ªgena, principalmente en M¨¦xico, y la abstracci¨®n, m¨¢s propia de pa¨ªses como Uruguay, Argentina y tambi¨¦n Brasil o Venezuela. Figuraci¨®n frente a abstracci¨®n, melancol¨ªa frente a lo racional y matem¨¢tico. ¡°Fueron dos movimientos muy enfrentados que yo he querido hacer que convivan. Mis retratos figurativos, de un gran lirismo, frente a la abstracci¨®n m¨¢s ut¨®pica. La esencia de la b¨²squeda de la figuraci¨®n y la de la abstracci¨®n es la misma: dar sentido a estar en el mundo¡±.
Luis Gonz¨¢lez Palma. Constelaciones de lo intangible.?Fundaci¨®n Telef¨®nica. Madrid. Hasta el 18 de octubre.
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