¡®La Juliana¡¯ y sus misterios en la Armada Invencible
El hallazgo de un ca?¨®n del mercante en aguas irlandesas revive la historia de aquella sucesi¨®n de naufragios de 1588 que hundi¨® la flota espa?ola de 24 barcos con 5.000 hombres
La historia de la Armada Invencible y sus 24 barcos hundidos, con 5.000 hombres dentro, en aguas irlandesas en 1588 sigue saliendo a flote. El verano pasado su historia revivi¨® con el Proyecto San Marcos para recuperar los restos de dicho mercante y este verano es el turno de La Juliana. La semana pasada, en la playa de Streedagh Strand, al norte de la ciudad irlandesa de Sligo, se descubri¨® un ca?¨®n que perteneci¨® a ese gran mercante de 860 toneladas, 32 ca?ones y 355 hombres a bordo en el momento de su naufragio.
El primer hallazgo ocurri¨® el 4 de mayo de 1985 cuando un equipo de buzos principiantes se top¨® con tres anclas y tres ca?ones de bronce que fueron identificados como pertenecientes a La Juliana. Uno de esos ca?ones, un pedrero italiano, hace d¨¦cadas que dormita expuesto en una sala del National Museum of Ireland, en Dubl¨ªn. Pero eso no fue todo. Si ese barco estaba all¨ª, las dos naves que seg¨²n las cr¨®nicas compartieron su infausto destino, tambi¨¦n pertenecientes a la escuadra de Levante, no deb¨ªan estar muy lejos. A solo media milla aparecieron los restos de la Santa Mar¨ªa de Vis¨®n y, a solo 500 metros, los de La Lavia. Las tres naves protagonistas del naufragio m¨¢s tr¨¢gico de la Invencible ¡ªm¨¢s de 1.100 hombres murieron ahogados en la playa o ajusticiados por la guarnici¨®n inglesa¡ª acababan de ser descubiertas.
Sin embargo, a pesar del hallazgo del barco, un ramillete de inc¨®gnitas envolv¨ªa a La Juliana. Para empezar, su verdadero origen. La Gran Armada, el cl¨¢sico de Colin Martin y Geoffrey Parker, incluye una tabla con los barcos que configuraban la escuadra de Levante y su origen. En esa tabla, junto a La Juliana figura con interrogante el nombre de G¨¦nova. Para a?adir algo m¨¢s de misterio a su origen, en todos los libros sobre la Invencible, esa nave se identifica siempre como siciliana. ?Genovesa, siciliana? No, catalana. Para ser exactos, de la ciudad de Matar¨®, cerca de Barcelona.
Leyenda intacta
Poco pod¨ªa imaginar Lord Burghley, principal ministro de la reina Isabel I, que el ir¨®nico calificativo con el que bautiz¨® a la flota espa?ola, Invencible, iba a tener tanto ¨¦xito. Pero, sobre todo, que ese remoquete con el que quiso hacer escarnio de la armada enviada por Felipe II para invadir Inglaterra, iba a ser, m¨¢s de cuatro siglos despu¨¦s, el m¨¢s acertado de los ep¨ªtetos. Si bien es cierto que desde el septimebre de 1588 las aguas oce¨¢nicas y el olvido amortajaron su historia, en los ¨²ltimos tiempos, sobre todo en Irlanda, donde se hundieron 24 barcos y murieron 5.000 hombres, su leyenda sigue invicta.
Hiram Morgan, de la Universidad de Cork, de Irlanda. lanz¨® un SOS al gobierno ante el peligro de seguir descuidando los pecios de Streedagh: ¡°Es una carrera contra el tiempo para salvar el yacimiento antes de que se pierda para siempre¡±.
Una primera pista que emparenta este barco con esta villa de la comarca del Maresme la aporta el sobrenombre de la nave ¡ªen realidad, se llamaba La Santa Maria, Sant Jaume y Santa Clara¡ª, que bien pudiera ser un gui?o a una de las dos patronas locales, Juliana y Semproniana. ?Alguna prueba m¨¢s contundente para despejar ese misterio? El historiador mataron¨ª Antoni Mart¨ª i Coll, a sus 90 a?os y tras seguir las huellas de esa nave por inter¨¦s profesional pero tambi¨¦n emotivo ¡ª¡°mi mujer es descendiente directa del capit¨¢n y propietario de La Juliana¡±, recuerda¡ª despeja algunas de las nebulosas que a¨²n hoy la envuelven: ¡°Es l¨®gico que no se reparara en el origen real del barco porque, ?qui¨¦n iba a imaginar que una peque?a villa como esta pudiera tener una nave de ese tonelaje o que existiera un personaje como Joan Arnau Palau, su propietario y capit¨¢n, adem¨¢s de gran comerciante?¡±.
El historiador aporta un ¨²ltimo dato definitivo: el documento que se encuentra en el Archivo de la Corona de Arag¨®n y en el que consta el encargo de la construcci¨®n del barco y el nombre de su art¨ªfice: ¡°Palau promete y se obliga a pagar por la fabricaci¨®n de la nave 300 libras barcelonesas¡±. Una importante inversi¨®n que Arnau Palau financi¨® con los ahorros de otros mercaderes de Matar¨® y, probablemente, tambi¨¦n barceloneses. Ese capital de la metr¨®poli podr¨ªa justificar la imagen de la Santa Matrona ¡ªuna de las patronas de Barcelona¡ª que decora el ca?¨®n encontrado recientemente.
Poca protecci¨®n pudo ofrecer la santa cuando, como explica Ken Douglas, autor de The Dowfall of the Spanish Armada in Ireland, las tres naves se toparon con la tormenta perfecta: se desat¨® el 21 de septiembre de 1588, carambolas del destino, el d¨ªa que el duque Medina Sidonia, el almirante de la flota, entraba en el puerto de Santander con ocho galeones.
No deja de ser ir¨®nico, casi burlesco, que fueran las galernas atl¨¢nticas del pasado febrero las que sacudieran el marasmo con el que el Estado irland¨¦s ha tratado durante las tres ¨²ltimas d¨¦cadas estos pecios. ¡°Esas tormentas, sumadas a la erosi¨®n costera que el cambio clim¨¢tico est¨¢ generando han provocado que, ya desde el verano de 2013, aparezcan cada tanto restos de La Juliana en la orilla, como su tim¨®n de m¨¢s de siete metros de largo, o el ca?¨®n encontrado hace unos d¨ªas¡±, explica Hiram Morgan, historiador de la Universidad de Cork.
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