La providencia
La escritora colombiana Carolina San¨ªn (Bogot¨¢, 1973) da el pie a este relato para que lo contin¨²en los lectores. Acaba de publicar la novela 'Los ni?os' (Siruela)
Agradec¨ª que me asignaran a la Oficina de Planeaci¨®n, pues, como planeaci¨®n pod¨ªa significar cualquier cosa, tambi¨¦n pod¨ªa significar lo que yo ped¨ªa en secreto. Me dieron un carb¨®n y un papel, y me dijeron: ¡°P¨®ngale cosas al parque¡±. El papel era triangular, y yo no supe si representaba una esquina del futuro parque o el parque completo, que tendr¨ªa tres lados. Decid¨ª no dibujar lo que se me ocurr¨ªa sin pensar (un farol, un ¨¢rbol, una fuente), y trat¨¦ de pensar fuerte. Entonces se me ocurrieron la oscuridad, los cables y unos ceros (?o eran unos cerdos?).
No, eran cardos. Muchos carros. Montones de tarros, esos patos simp¨¢ticos que necesitar¨ªan agua dulce, un lago. Un mago, un largo camino, y de ah¨ª al canino y del perro a nuestra ¨²ltima discusi¨®n antes de que decidieras irte con ella y llev¨¢rtelo contigo. Me estaba metiendo en otro tri¨¢ngulo, pero sali¨¦ndome del parque. ?Bancos? Regres¨¦. Mejor blancos, s¨ª, enfrentados, para que las parejas puedan sentarse mir¨¢ndose a los ojos. Y alguna butaca suelta, para los solitarios.
Enfrascada en mis pensamientos, me puse a dibujar elementos decorativos, m¨¢s torpe que de costumbre. La falta de concentraci¨®n hizo que me saliera del papel y, al llegar al borde, el carb¨®n me revel¨® una peque?a esquinita levantada. La tantee con la u?a y, al tirar de ella, la verdadera forma del papel se mostr¨® ante m¨ª. Era cuadrado. "Vaya, aqu¨ª nada es lo que parece", pens¨¦. Temiendo que aquel enga?o fuera un presagio sobre el verdadero significado de planeaci¨®n, decid¨ª tomar la delantera.
Deb¨ªa convertir aquel cuadrado en un parque. Me pregunt¨¦ si aquello no era sino una met¨¢fora de la vida. Ya no era un parque, sino una prisi¨®n. Un molde para ni?os. Cabezas y corazones cuadrados. Por lo cual decid¨ª comenzar a redondear sus esquinas con mis dedos y hacer peque?os agujeros con las u?as, con tan buena suerte que una de ellas se rompi¨®. Otra met¨¢fora, me dije. Empezaba a comprender a qu¨¦ se dedicaban en la Oficina de Planeaci¨®n.
Con el hueco que hab¨ªa hecho y las esquinas superiores redondeadas entend¨ª que lo m¨¢s sensato era que el parque tuviera forma de P. Al parque prisi¨®n para peque?os se entrar¨ªa por un port¨®n a un paisaje con patos, perros, polic¨ªas y parasoles. Y en medio el lago. Me sent¨ª orgullosa de haberlo visto a tiempo. Entregu¨¦ mi dise?o al supervisor, que sin mediar palabra, procedi¨® a archivarlo en una carpeta m¨¢s bien amarilla que se afilaba en medio de la O y la Q y que ten¨ªa por nombre: La providencia.
?Y?, pregunt¨¦. Me mir¨® con desgana y me contest¨® que ya se lo mirar¨ªan. Al fin y al cabo, no ten¨ªan medios para poner en pr¨¢ctica un proyecto de tal envergadura. A ellos tambi¨¦n les obligaban a presentar un modelo. Recog¨ª mi carpeta vac¨ªa y anduve durante horas por una ciudad sedienta de zonas verdes. En un cruce dobl¨¦ una esquina, con mis dedos. Se volv¨ª¨® redonda, y frente a m¨ª, tras un port¨®n, se erig¨ªa un parque: un paisaje con patos, perros, parasoles, un lago, sin polic¨ªas.
Los lectores coautores de este relato han sido: Paloma Hidalgo, Kevin Coves, David Fern¨¢ndez, Alejandra Svarstad y Mei Mor¨¢n.
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Cada lunes un escritor empezar¨¢ un relato que los lectores de EL PA?S pueden continuar. Ese texto a?adido se elegir¨¢ entre los enviados por los lectores y as¨ª cada d¨ªa hasta el s¨¢bado, cuando un ¨²ltimo texto cerrar¨¢ el cuento. En la edici¨®n impresa del domingo se publicar¨¢ el relato completo, con los cr¨¦ditos respectivos de cada autor. Se trata de elaborar un relato coral, un juego literario m¨¢s conocido en el argot creativo como cad¨¢ver exquisito.
Los textos de los lectores deben tener un m¨¢ximo de 500 caracteres. Los participantes deben registrarse. Las aportaciones se recibir¨¢n hasta las 13.00 (hora peninsular espa?ola) de cada d¨ªa. Entonces, la secci¨®n de Cultura elegir¨¢ tres propuestas para que los lectores de EL PA?S voten en la web la mejor continuaci¨®n del cuento. El horario de votaciones de los lectores ser¨¢ entre las 16.00 y las 19.00 (hora peninsular espa?ola). Despu¨¦s se publicar¨¢ el p¨¢rrafo m¨¢s votado en la edici¨®n digital y volver¨¢ a comenzar el per¨ªodo de env¨ªo de propuestas.
Babelia
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