Invent¨¢ndose el mundo

Gonzalo Su¨¢rez naci¨® en plena revoluci¨®n de Asturias. Dos a?os despu¨¦s la Guerra Civil le pill¨® en Madrid y luego en Valencia, adonde su padre hab¨ªa sido destinado como catedr¨¢tico de franc¨¦s. De modo que, seg¨²n dice ¨¦l mismo, creci¨® entre bombas. ¡°La dictadura era para m¨ª la vivencia de una guerra y una posguerra. En realidad, casi de dos guerras por cuanto la primera fue lo de Oviedo y Asturias, despu¨¦s la Guerra Civil y luego la guerra internacional, y la otra, m¨¢s tarde, la guerra de mis padres, cuando se separaron. En toda esa confluencia de guerras era l¨®gico que yo quisiera huir y recurrir a inventarme el mundo, aunque el mundo no se deja inventar as¨ª como as¨ª, ni siquiera el cine espa?ol¡±.

Le entusiasm¨® la pintura, escribi¨® obras de teatro, incluso fue eventualmente actor, hizo cr¨®nicas deportivas con el seud¨®nimo Martin Girard, y entrevistas. Ha escrito novelas ¡ª17 libros ya¡ª y ha dirigido 27 pel¨ªculas: Ditirambo, Aoom, Morbo, Remando al viento, La Regenta, Ep¨ªlogo, Mi nombre es sombra, Don Juan en los infiernos, Oviedo Express, que en 2007 anunci¨® ¡°en un acto de coqueter¨ªa¡± como su ¨²ltima pel¨ªcula, y de momento lo es¡­ En televisi¨®n hab¨ªa triunfado en 1985 con la serie Los pazos de Ulloa. Por todo ello ha recibido numerosos premios, entre otros el Nacional de Cinematograf¨ªa en 1991. Julio Cort¨¢zar elogi¨® de ¨¦l su ¡°inteligencia ir¨®nica y la marginalidad deliberada¡± porque ¡°transita desde hace a?os por los registros m¨¢s variados de la vida intelectual espa?ola¡±, con una actitud ¡°tr¨¢nsfuga y casi de fantasma¡±. As¨ª es Gonzalo Su¨¢rez, un emblema de libertad. ¡°He transitado por diversas ¨¢reas profesionales pero siempre he tenido la impresi¨®n de ser alguien que pasaba por all¨ª. Nunca he sido gremial, o al menos sinceramente gremial, porque el grupo condiciona, presupone una mentalidad y por lo tanto te cierra posibilidades de ir a perderte por ti mismo. En este aspecto no me he sentido af¨ªn con un cine espa?ol ni con la literatura espa?ola, todav¨ªa no me he apuntado, sigo averiguando qu¨¦ es lo m¨¢s propicio para hacer¡±.

Y ahora, a sus 81 a?os, cuando se mira en el espejo y se pregunta qui¨¦n es ese de la barba blanca, dice verse en situaci¨®n circunspecta, ¡°asomado al balc¨®n, viendo si me subo al tejado o si salto sin red¡±, y mientras lo decide queda recuperar el juego porque si no, se aburre. Acaba de publicar una novela policial y alocada, Con el cielo a cuestas, y tiene varios guiones preparados, uno de los cuales, El hombre colgado, estuvo a punto de hacerse: todo acab¨® como el rosario de la aurora. ¡°Echo de menos m¨¢s pasi¨®n por el cine por parte de los productores¡±, m¨¢s riesgo, porque por su parte ¨¦l contin¨²a en sus trece con no hacer lo que ya hacen otros muy bien y con encontrar su propio camino.

Con esa premisa y una pose provocadora declar¨® en sus a?os mozos, en la d¨¦cada de los sesenta, que iba a rodar ¡°las 10 pel¨ªculas de hierro del cine espa?ol¡±, aunque como ahora confiesa, entonces no sab¨ªa hacer cine. ¡°Te lanzabas al agua con una visi¨®n del mundo que quer¨ªas transmitir pero sin saber realmente de cine, ni siquiera como espectador, porque yo no he sido un gran film¨®filo¡±. Rod¨® 10 pel¨ªculas, efectivamente, cuando no de hierro de aleaciones cercanas, y a la und¨¦cima, en 1984, la titul¨® Ep¨ªlogo, quiz¨¢s como un gui?o privado. ¡°En realidad era un pr¨®logo. Quise que confluyera la literatura con el cine. Me obsesionaba poder hacer un cine que se pareciera a la escritura, y a la pintura de los impresionistas donde la pincelada dominaba sobre el tema. Fue asombroso el ¨¦xito que tuvo Epilogo, hoy no se podr¨ªa hacer¡±. Previamente Su¨¢rez hab¨ªa tenido otro gran ¨¦xito con Morbo, en 1971, interpretada por la pareja Ana Bel¨¦n y V¨ªctor Manuel, que se casaron por entonces: ¡°Me avergonz¨® mucho aquel ¨¦xito porque en aquel tiempo significaba que hab¨ªa hecho algo malo. Lo que ahora es garant¨ªa de calidad, en aquel momento estaba re?ido con el ¨¦xito comercial. Dentro del cine espa?ol mi camino era el de encontrar otra v¨ªa. Para m¨ª el vecino del quinto era el horror, lo que hab¨ªa que evitar. Ahora los pruritos y los impulsos no son especialmente culturales, al menos prioritariamente¡±.

Retru¨¦canos y juegos

A Gonzalo Su¨¢rez le gusta hablar, sorprender con retru¨¦canos o aparentes contradicciones, jugar con las palabras. Juan Jos¨¦ Mill¨¢s dijo de ¨¦l que es un adelantado y que cuando cualquiera llega a un lugar, Gonzalo est¨¢ esperando all¨ª desde hace un cuarto de hora ?l lo niega: ¡°Llegamos al sitio donde nos llevan. Lo de la genialidad est¨¢ muy devaluado. En el f¨²tbol cualquiera que de unas patadas acertadas se puede comparar a Shakespeare. Nosotros, con un l¨¢piz y un papel podr¨ªamos tambi¨¦n ser Shakespeare, no tenemos m¨¢s l¨ªmite que nuestro talento¡±.

?Y apurando el ¨²ltimo vino de nuestro encuentro, desboca su esp¨ªritu literario y tambi¨¦n cierta nostalgia: ¡°Me encanta recordar que a los 90 a?os Picasso pintaba con la libertad y la alegr¨ªa de un ni?o; pero no es verdad lo que dec¨ªa Bergam¨ªn de que el ni?o que has sido te persigue toda la vida y a la vejez te alcanza, el ni?o no lo recuperas jam¨¢s¡±. A¨²n queda un chupito: ¡°La verdad es que no se puede pontificar y yo no tengo ni puta idea¡±.