Lila Downs emociona hasta a los muertos con sus rancheras
James Vicent McTomorrow convence con su folk intimista en la segunda jornada de La Mar de M¨²sicas
Anunci¨® solo m¨¢s saltar al escenario que iba a tocar ¡°canciones de los difuntos¡± pero all¨ª, en el estupendo auditorio de Parque Torres de Cartagena, sonaron canciones tan vivas y plet¨®ricas que hasta los muertos hubiesen acabado bailando como bail¨® el auditorio entero con Lila Downs. La mexicana, que guarda una relaci¨®n especial con el festival La Mar de M¨²sicas, revolvi¨® cuerpos y esp¨ªritus con su ritmo maravillosamente machac¨®n, que supera la ranchera cl¨¢sica mexicana para vestirse de son, hip-hop, jazz o balada pop seg¨²n el momento.
Desde el primer minuto que se arranc¨® con Una cruz de madera, todo el concierto lo presidi¨® el carisma de esta mestiza, una mujer con un deslumbrante car¨¢cter art¨ªstico. Con su palo de micr¨®fono cubierto de flores y su impactante vestido ind¨ªgena, es puro arrebato sobre las tablas. Lo demostr¨® con Balas y chocolate, la canci¨®n que da t¨ªtulo a su ¨²ltimo disco, pero tambi¨¦n con La Burra o La Farsante, que parten de la ranchera para transformarse en un potente elemento pop. El p¨²blico, entregado con ella, bailaba, aplaud¨ªa o gritaba con cada comp¨¢s y verso acompa?ados por el acorde¨®n, el tromb¨®n o el saxo.
Downs combina los arrebatadores universos de Chavela Vargas y Jos¨¦ Alfredo Gim¨¦nez con un mundo m¨¢s moderno, consiguiendo no quedarse en el mimetismo ni en el adorno f¨¢cil. Aparte, tiene una garganta llamativamente dolida pero imponente. El mejor ejemplo fue su tremendamente emotiva versi¨®n de Paloma Negra, de la misma Vargas, o de la tradicional Cucurrucucu Paloma. No es que solamente triunfase por todo lo alto, sino que m¨¢s de una vez dej¨® con un nudo en el coraz¨®n, dif¨ªcil de deshacer en d¨ªas.
En menor medida lo consigui¨®, minutos antes, James Vicent McMomorrow, el tipo que media Espa?a ha o¨ªdo hablar de ¨¦l por poner m¨²sica al ¨²ltimo anuncio de la loter¨ªa de Navidad. El cantautor irland¨¦s demostr¨® que es m¨¢s que un m¨²sico de una canci¨®n para la televisi¨®n, pero le queda algo lejos ser un artista rompedor, llamado a algo grande. Es m¨¢s que correcto y competente con su folk ¨ªntimo, al m¨¢s puro estilo Bon Iver o Damien Rice, aunque dista del carisma esc¨¦nico y las composiciones de ambos.
En algunos pasajes se aplana con composiciones a las que les falta br¨ªo emocional, como en Down the burning ropes, pero en otros enga?a. Parece que va a volver a caer en la rigidez y, en el ¨²ltimo tramo de la canci¨®n, se revoluciona. Breaking hearts o From the Woods fueron grandes ejemplos. Ataviado con una gorra, su voz, extremadamente fr¨¢gil en falsete, est¨¢ cargada de un destacado sentimentalismo. Es el mismo que le ha dado repercusi¨®n con Glacier, el tema de la loter¨ªa de Navidad. Se meti¨® al p¨²blico en el bolsillo en la ¨²ltima canci¨®n de su repertorio cantada a capella, con el auditorio en riguroso silencio. Y en rigurosa fiesta, con efusiva m¨²sica que hace mover el esqueleto, estuvo el p¨²blico con Kuenta I Tamb¨², la banda de Cura?ao que mezclan la electr¨®nica con los ritmos ancestrales afro caribe?os. A partir de las 2.00, ofrecieron un espect¨¢culo en¨¦rgico, divertido y desbordante. El silenco sobroba con ellos.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.