La gran rebeli¨®n de las griegas
Lolita Flores y una ¡®troupe¡¯ de c¨®micos triunfan en M¨¦rida con su levantamiento contra el sistema en ¡®La asamblea de las mujeres¡¯, bajo la direcci¨®n de Juan Echanove
Todo escritor desea pasar a la posteridad por sus textos, seguro que Arist¨®fanes, so?aba con ello. Lo que parece menos probable es que imaginase que el tema que abord¨® en el 392 a. C. en su obra La asamblea de las mujeres fuese de rabiosa actualidad en el siglo XXI y que, adem¨¢s, esta se exhibiera en el majestuoso escenario del teatro de M¨¦rida. Enga?o y farsa, todo vale para hacerse con el poder en una ¨¦poca en que la econom¨ªa es precaria y la pol¨ªtica inestable.
En el estreno de la obra,?Lolita Flores (Prax¨¢gora) levant¨® a un p¨²blico sorprendido y entusiasmado por su interpretaci¨®n. Las cr¨ªticas teatrales durante toda la temporada por su papel de La Colometa en La plaza del diamante, de Merc¨¨ Rodoreda, han sido satisfactorias para un mujer que ha descubierto el arte de la interpretaci¨®n m¨¢s por intuici¨®n que por escuela. Despu¨¦s de pronunciar un discurso que convence a mujeres y hombres en una Atenas en decadencia tras la derrota frente a Esparta en la Guerra del Peloponeso, sale al escenario para cantar y bailar. En su intervenci¨®n, un gui?o a su madre, Lola Flores, que hizo famosa la frase: ¡°Si me quer¨¦is, irse¡±, cuando en 1983 un tumulto de gente imped¨ªa que su hija llegase al altar y se casase con Guillermo Furiase. Lolita termina su alegato para convencer a las mujeres diciendo: ¡°Si me quer¨¦is, seguidme¡±.
La actriz lidera en escena la rebeli¨®n de un grupo de mujeres con fuerza, con una intervenci¨®n contundente que no deja argumentos a los hombres para quitarle la raz¨®n, pasi¨®n y picard¨ªa. La obra es una s¨¢tira a la realidad de todos los tiempos, emula una gran fiesta al optimismo. La pieza arranca con la llegada a M¨¦rida de un carro empujado por un grupo de c¨®micos que representa La asamblea de las mujeres. El actor? Juan Echanove ha cogido la vara de mando para dirigir esta pieza versionada por Bernardo S¨¢nchez en la que todo se torna del rev¨¦s y pasa de la utop¨ªa al cabaret. Lolita Flores est¨¢ acompa?ada, entre otros, por Mar¨ªa Galiana, Pastora Vega y Pedro Mari S¨¢nchez.
Un autor descre¨ªdo
?Qu¨¦ maldades tiene el poder? ?Por qu¨¦ qui¨¦n lo ostenta no quiere renunciar a ¨¦l? Son algunas de las preguntas que el espectador se plantea. ?Qu¨¦ queda cuando los pol¨ªticos han arrasado con todo? El escritor griego no es que fuese un idealista, m¨¢s bien, seg¨²n el autor de esta versi¨®n, cre¨ªa que el mundo no ten¨ªa soluci¨®n. El mensaje final es una reivindicaci¨®n por parte de los c¨®micos reclamando a los pol¨ªticos que arrasan con todo que al menos dejen las ruinas de la moralidad o del respeto al individuo.
?Juan Echanove se pone al frente de una obra que ¨¦l considera ¡°espejo de la surrealidad, en la que se habla de corrupci¨®n o de la inferioridad salarial de las mujeres frente a los hombres¡±. El director plantea la funci¨®n como un juego de espejos que permite hacer una farsa de la realidad hasta llegar al esperpento para iluminar al ciudadano que no encuentra respuestas. La Grecia de Arist¨®fanes tiene algunos puntos en com¨²n con la que dirige actualmente Alexis Tsipras e incluso similitudes con otros pa¨ªses donde la corrupci¨®n ha llevado a los ciudadanos a dudar de la clase pol¨ªtica.
Las mujeres que acompa?an a Prax¨¢gora en su loca aventura son Pastora Vega (Clytia), Mar¨ªa Galiana (Althea) y Concha Delgado (Lavinia). Galiana, la m¨¢s veterana de todas ellas, transmite al espectador su capacidad para divertirse con una obra que ella define como ¡°jocosa, incisiva, atrevida y trasgresora¡±.
Lolita Flores plantea a su marido Bl¨ªpero (Pedro Mari S¨¢nchez) un programa de gobierno que desde el mundo real es imposible de poner en pr¨¢ctica. Un plan de reparto y ahorro en el que los bienes de los ciudadanos estar¨ªan en un fondo com¨²n, un programa de pleno empleo e igualdad de oportunidades y un plan de protecci¨®n a la tercera edad. Las mujeres dar¨¢n prioridad a la experiencia y madurez frente a la belleza y juventud. ?Qui¨¦n da m¨¢s?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.