Despu¨¦s de la inundaci¨®n
Inici¨® este relato la escritora Pilar Ad¨®n (Madrid, 1971), poeta, novelista y cuentista. En noviembre, Galaxia Gutenberg publicar¨¢ su pr¨®xima novela
Revis¨® su casa minuciosamente antes de salir. Cerr¨® la puerta y comenz¨® a bajar las escaleras. All¨ª segu¨ªa el mismo hombre durmiendo. Ella no dijo nada; pas¨® junto a ¨¦l intentando hacer el menor ruido posible para no molestar, pero se fij¨® en sus botas. Era una masa borrosa e informe doblada sobre s¨ª misma, pero sus botas no. Sus botas parec¨ªan tener una existencia independiente. Sucias,manchadas de barro y cubiertas hasta la mitad por el abrigo gris¨¢ceo y el mont¨®n de bolsas a las que el hombre se abrazaba. Por un momento, tuvo miedo de que estuviera muerto.
Anoche ya estaba all¨ª. En la misma posici¨®n. Alguna vez se hab¨ªa colado un borracho en la finca, pero el c¨®ctel pestilente de alcohol barato y or¨ªn le abofeteaba el rostro nada m¨¢s salir al rellano provoc¨¢ndole arcadas. No pod¨ªa verle el rostro, pero no parec¨ªa ebrio. Era una larva humana con h¨²medo olor a fango y soledad. El portero del edificio no tardar¨ªa en llegar y hacerse cargo del asunto. Ella se dispuso a abrir el portal y, en ese momento, escuch¨® una voz ronca que pronunci¨® su nombre.
Lo mir¨® extra?ada y con cierta aprensi¨®n y miedo porque ese desconocido supiera qui¨¦n era ella. -No me reconoces, ?verdad? Mientras lo miraba paralizada y fijamente se dio cuenta de que esos ojos formaban parte de su pasado. Era Javi, su primer amor y tal vez el ¨²nico de verdad. El que todav¨ªa aparec¨ªa en sus sue?os m¨¢s calientes y sensibles. Se le ve¨ªa tan mayor y tan gastado que le sobrevino una pena y una ternura tal vez desajustadas. Tras una escueta puesta al d¨ªa, lo invit¨® a subir casa.
Remontar cada escal¨®n le supon¨ªa una haza?a. Un cementerio de cruces de barro se desprend¨ªa de aquellas suelas de cemento. Sac¨® las manos de los bolsillos, ajadas, oscuras, para ayudarse con la barandilla. Dijo que no sab¨ªa ad¨®nde ir, que la crecida hab¨ªa derruido muros, desplazado puentes, que los cad¨¢veres flotaban por las calles; la periferia estaba arrasada y solo La Ciudadela, sobre la colina, continuaba en pie. ?l segu¨ªa hablando, pero ella solo pod¨ªa escuchar el acuoso rumor de su mirada.
Entraron en la casa. ?l se dej¨® caer derrotado sobre el sill¨®n, en la alfombra quedaron marcadas sus huellas y el barro se extendi¨® por el sal¨®n. Estaba confundida, no entend¨ªa nada de lo que dec¨ªa. No sab¨ªa que era La Ciudadela y desconoc¨ªa de que colina hablaba. Le ofreci¨® un caf¨¦. "?No tienes Whisky?", dijo ¨¦l. Con la copa en la mano, contin¨²o el relato. Evidentemente sufr¨ªa alg¨²n delirio. Se par¨® pensativo y pregunt¨®: ?En qu¨¦ a?o estamos? Ella, extra?ada, se dio cuenta de que no lo sab¨ªa.
En el exterior llov¨ªa con fuerza, un cielo pre?ado de truenos se cern¨ªa sobre Lucas, trabajador del turno de noche que fumaba su tradicional cigarro antes de comenzar otra extra?a jornada, al abrigo de la parada de autob¨²s que hab¨ªa frente al Psiqui¨¢trico. Desde all¨ª, ve¨ªa a Sonia y Javi, dos de los internos, hablando. "?Qu¨¦ ser¨ªa hoy?", se pregunt¨®. Javi beb¨ªa de un inexistente vaso. Tir¨® el cigarro, lo pis¨® con la bota embarrada, suspir¨® y entr¨® al centro dejando sus huellas tras de s¨ª.
Los autores de los relatos m¨¢s votados son: Susi Bonilla, Javier Palanca, Juancho Plaza, Emilio V¨¢zquez y Joaqu¨ªn Lorente, respectivamente.
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Cada lunes un escritor empezar¨¢ un relato que los lectores de EL PA?S pueden continuar. Ese texto a?adido se elegir¨¢ entre los enviados por los lectores y as¨ª cada d¨ªa hasta el viernes, cuando un ¨²ltimo texto cerrar¨¢ el cuento. En la edici¨®n impresa del domingo se publicar¨¢ el relato completo, con los cr¨¦ditos respectivos de cada autor. Se trata de elaborar un relato coral, un juego literario m¨¢s conocido en el argot creativo como cad¨¢ver exquisito.
Los textos de los lectores deben tener un m¨¢ximo de 500 caracteres. Los participantes deben registrarse. Las aportaciones se recibir¨¢n hasta las 13.00 (hora peninsular espa?ola) de cada d¨ªa. Entonces, la secci¨®n de Cultura elegir¨¢ tres propuestas para que los lectores de EL PA?S voten en la web la mejor continuaci¨®n del cuento. El horario de votaciones de los lectores ser¨¢ entre las 16.00 y las 19.00 (hora peninsular espa?ola). Despu¨¦s se publicar¨¢ el p¨¢rrafo m¨¢s votado en la edici¨®n digital y volver¨¢ a comenzar el per¨ªodo de env¨ªo de propuestas.
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