Nazi, traficante de arte, protegido del franquismo
Un historiador rastrea la trayectoria de Ludwig Losbichler, quien se refugi¨® en Espa?a tras la Segunda Guerra Mundial para comerciar con cuadros robados
Quienes lo conocieron en Barcelona lo describen como un tipo muy alto, algo encorvado y un charlat¨¢n que hablaba varios idiomas. El austriaco Ludwig Losbichler Gutjahr viv¨ªa solo, sin pareja, ni hijos. Nacido en 1898 en Waidhofen, lleg¨® a la capital catalana durante la Segunda Guerra Mundial. Cuando acaba el conflicto, se mueve con soltura gracias a sus relaciones con la polic¨ªa y autoridades franquistas, lo que le permite contactar con marchantes y traficantes para trapichear con obras de arte. El historiador Francisco Fern¨¢ndez Pardo (Logro?o, 1937) ¡ªautor de la monumental Dispersi¨®n y destrucci¨®n del patrimonio cultural espa?ol (seis tomos)¡ª retrata la figura de este "gran especulador" en un art¨ªculo del n¨²mero de septiembre de la revista Hispania Nostra.
Antes de pasearse por las Ramblas, Losbichler residi¨® en Casablanca, T¨¢nger y Tet¨²an en los a?os treinta. En el norte de ?frica prest¨® sus servicios a la Gestapo. Cuando en 1944 est¨¢ a punto de caer el III Reich, Losbichler figura en una lista enviada a Franco por los aliados de m¨¢s de 100 agentes nazis para ser expatriados a Alemania, se?ala Fern¨¢ndez Pardo, doctor en Filosof¨ªa y miembro de la catalana Academia de Bellas Artes de Sant Jordi. Losbichler es deportado y encarcelado unos meses, pero este gato siempre cae de pie y aparece otra vez comprando y vendiendo pinturas en Barcelona en 1948. "En esto es fundamental su relaci¨®n con el historiador Josep Gudiol i Ricart", que dirigi¨® el Institut Amatller d¡¯Art Hispanic, instituci¨®n privada.
Sin embargo, Losbichler no era el ¨²nico nazi que traficaba con obras de arte, a pesar de que era ignoto en la materia. Hab¨ªa un nutrido grupo de altos cargos nazis que, bajo el manto protector de las autoridades del r¨¦gimen, hab¨ªa trasladado a Espa?a de forma clandestina "unas 600 obras" sustra¨ªdas a marchantes y coleccionistas, sobre todo jud¨ªos, de los pa¨ªses conquistados por Hitler¡ Solo el protagonista de esta historia logr¨® reunir "entre 70 y 120 piezas", aunque muchas eran de "amigos" que quer¨ªan darles salida y le buscaban como intermediario. Encontrar comprador en un pa¨ªs que pasaba hambre y con Alemania derrotada no era f¨¢cil. Este corredor ten¨ªa que moverse entre sombras porque los vientos hab¨ªan cambiado en Europa. Losbichler hab¨ªa vivido en hoteles de lujo; con el tiempo tiene que cambiar de domicilio a menudo, incluso reside en una "modesta pensi¨®n de la calle Punxet".
La oportunidad de transformarse en un "honesto marchante" en sinton¨ªa con la dictadura lleg¨® en 1952, con motivo de la exposici¨®n Mostra dei Primitivi Mediterranei, que transit¨® por Burdeos, G¨¦nova y Barcelona, organizada por el alcalde de la ciudad francesa. Losbichler ofrece su "colecci¨®n" con la esperanza de blanquearla. Nadie se pregunta de d¨®nde han salido aquellas maravillas, como dos tablas del maestro del g¨®tico Pere Garc¨ªa de Benavarre que ¨Cluego se ha sabido- fueron del marchante jud¨ªo Hugo Helbing, v¨ªctima de la Noche de los cristales rotos, o El encuentro en la puerta dorada, tabla de Jaime Huguet "procedente de una venta ilegal de alg¨²n cl¨¦rigo"; tambi¨¦n La Virgen y el Ni?o entronizados y rodeados de ¨¢ngeles m¨²sicos, del maestro Llu¨ªs Borrass¨¢.
Fern¨¢ndez Pardo subraya que en la colecci¨®n Losbichler tambi¨¦n hubo un goya (El cojo de remolinos), un sorolla (Bueyes arrastrando una barca a la playa), incluso trafic¨® con un greco (Crucifixi¨®n) y obras de Ribera, El ap¨®stol Santiago; Murillo, La sagrada familia; Zurbar¨¢n (San Francisco y Virgen con el Ni?o) ?y un Vel¨¢zquez! (Retrato de Felipe IV). La lista completa ser¨ªa envidiada por cualquier pinacoteca: Durero, Bellini, David, Rubens, Van Dyck, Rafael y Rembrandt.
Este experto en patrimonio art¨ªstico explica que todo se ha sabido por la correspondencia que mantuvo el nazi con el marchante parisiense Germain Seligmann, que ten¨ªa galer¨ªas en su ciudad y en Nueva York. Unos documentos desclasificados en los ¨²ltimos a?os por los servicios secretos brit¨¢nicos y estadounidenses y disponibles en la web Archivos de Arte Americano. As¨ª, en una carta del 24 de febrero de 1969 le pide a Seligmann que viaje hasta Barcelona para ver sus piezas y "abordar estas cuestiones, dif¨ªciles de tratar por carta, como comprender¨¢". Losbichler exhibe una lista de n¨²meros que corresponden a obras de arte con precios que oscilan entre los 100.000 d¨®lares a los tres millones, todos con una rebaja del 20%. En su respuesta del 4 de marzo, el galerista le dice con franqueza: "Usted me envi¨® una lista de precios que me deja sin habla [¡] Por tomar un ejemplo, el n¨²mero 002, de Louis Le Nain (pintor barroco franc¨¦s), 200.000 d¨®lares. Por muy maravillosa que pueda ser esa pintura", subraya, "el precio me parece fuera de lo razonable". Y Losbichler le contesta el 13 de marzo: "Usted sabe que los precios se han incrementado en los ¨²ltimos dos a?os [¡] La oferta de obras de grandes maestros es escasa porque la demanda es alta. Louis Le Nain es uno de los m¨¢s renombrados artistas, y el precio ser¨ªa de 160.000 d¨®lares, incluido un descuento del 20%". El austriaco le transmite sus dificultades para vender: "Estoy negociando desde hace tiempo algunos objetos muy importantes sin ning¨²n resultado".
Esa escasez de compradores en Espa?a y los altos precios que ped¨ªa por sus obras empezaron a pasarle factura. El dudoso origen de sus cuadros le imped¨ªa muchas veces encontrar comprador, a pesar de las gestiones que mantuvo con galer¨ªas y museos de Suiza y EE UU y los servicios solicitados a expertos que certificaran el valor de lo que ofrec¨ªa. Quiz¨¢s demasiados gastos que le llevaron a entrar en dificultades. Losbichler es entrevistado en La Vanguardia en noviembre de 1978. Dice que su colecci¨®n vale 1.000 millones de pesetas (hoy 6 millones de euros) y que la tiene distribuida en cajas fuertes y galer¨ªas suizas y alemanas, pero que "jam¨¢s malvender¨¢ una obra para pagar una trampa". "Solitario en un gran hotel, capeando facturas y a?os", lo describe el periodista.
Sus ¨²ltimos a?os pertenecen a las brumas, aunque Fern¨¢ndez Pardo subraya la labor de Brigitte Monti, del Museo de Arte e Historia de Ginebra, para arrojar luz. Monti investig¨® el origen de cuatro cuadros conservados en los almacenes de la pinacoteca y hall¨® la pista de Losbichler como depositario de las tablas de Garc¨ªa de Benavarre desmembradas a?os atr¨¢s del retablo de la iglesia de Peralta de la Sal (Huesca).
Ludwig Losbichler Gutjahr muere en 1989, a los 91 a?os, en el Institut Frenop¨¢tic de las Corts, lo que remite a una probable enfermedad mental. En su testamento no deja herencia a familiar alguno. Unas pocas personas pagan su entierro en el cementerio de Collserola. Una despedida a los Harry Lime en El tercer hombre. Tal vez m¨¢s que para mostrar sus condolencia, iban en busca de los restos de su tesoro art¨ªstico.
Una vida dedicada a estudiar el expolio del patrimonio espa?ol
Francisco Fern¨¢ndez Pardo ha dedicado gran parte de su vida al estudio del expolio del patrimonio art¨ªstico espa?ol. Comisario de exposiciones, este logro?¨¦s licenciado en Psicolog¨ªa y doctor en Filosof¨ªa pertenece a la Real Academia de Bellas Artes de Sant Jordi. Su enciclop¨¦dica Dispersi¨®n y destrucci¨®n del patrimonio cultural espa?ol arranca en la Guerra de la Independencia y cuenta en el ¨²ltimo de sus seis tomos, 900 p¨¢ginas, los dislates cometidos en la Pen¨ªnsula desde la Guerra Civil hasta la actualidad, "un periodo desolador". Este historiador del arte dice que la Iglesia, los nobles, los dirigentes y el pueblo llano han sido part¨ªcipes de este expolio nacional. Su esperanza es que "alg¨²n d¨ªa haya una regeneraci¨®n por la cultura, para tomar conciencia del valor de lo que se tiene".
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