El mercadillo de la vida
La premisa es sencilla: un matrimonio empieza a ver las orejas al lobo de la vejez desde su quinto piso sin ascensor
La vida es una puja continua. Una sucesi¨®n de decisiones, desde las m¨¢s banales a las m¨¢s esenciales, en las que siempre hay que valorar el precio de cada una de ellas: el econ¨®mico, el sentimental, el moral, el emocional. Opciones de futuro que a menudo se relacionan con el pasado, en las que demasiadas veces se lucha con otros, que quieren lo mismo que t¨², que desean lo que t¨² ofreces. Una visi¨®n que, as¨ª expuesta, suena a mercantilismo existencial pero que, como base de ?tico sin ascensor, pel¨ªcula de Richard Loncraine a la medida de Diane Keaton y Morgan Freeman, quiz¨¢ se asiente m¨¢s en la ¨¦tica que en la econom¨ªa.
?tico sin ascensor
Direcci¨®n: Richard Loncraine.
Int¨¦rpretes: Morgan Freeman, Diane Keaton, Cynthia Nixon, Claire Van der Boom, Korey Jackson.
G¨¦nero: comedia. EE UU, 2014.
Duraci¨®n: 92 minutos.
La premisa es sencilla: un matrimonio empieza a ver las orejas al lobo de la vejez desde su quinto piso sin ascensor. Las escaleras como medida de supervivencia. Pero no se trata s¨®lo de vender un piso, se trata de vender una vida. Y, claro, comprar otra, donde no haya escalones f¨ªsicos pero donde puede haber cimas m¨¢s dificultosas. Freeman y Keaton despliegan carisma, control, simpat¨ªa y qu¨ªmica. Los flashbacks con los protagonistas en su juventud abren subtextos (el racismo), pero puede que ayuden al espectador perezoso tanto como molesten a los amantes de la sutileza. Y al final, entre el sentido com¨²n y la idiotez contempor¨¢nea (ser¨¢ la sensibilidad de cada espectador la que califique cada decisi¨®n), la pel¨ªcula, desplegada con sencillez y honestidad por Loncraine, se impone por algo que verdaderamente no tiene precio: el valor de las miradas.
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