Celso Castro, el autor que novela su yo con min¨²sculas
El escritor gallego publica 'entre culebras y extra?os', donde relata la historia de un adolescente enfermizo, genial, lector de filosof¨ªa y enamorado de una chica
![El escritor Celso Castro, el pasado mes de agosto.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/NS3JD2TWUJL6WVCIRY6IU6U4ZI.jpg?auth=60ea0c534ca29510fc8030bcce299f422f7e2e1b9a4a5a7184cf991dbe5a6d13&width=414)
¡°No me gusta ponerle nombre al protagonista, al narrador, porque quiero que el lector se identifique con ¨¦l¡±. Esa anonimia es una de las caracter¨ªsticas formales de la obra del coru?¨¦s Celso Castro. La menos llamativa, porque el autor de entre culebras y extra?os (Destino) ¡ªno, no es una errata¡ª ha desterrado el uso de las may¨²sculas y del punto para marcar el final de los p¨¢rrafos, ausencias que compensa con un uso generoso de los guiones. Esas, por qu¨¦ no llamarlas directamente, rarezas, y el hecho de ser un escritor de vocaci¨®n y publicaci¨®n tard¨ªa (no suele decir su edad, naci¨® en 1962, dice a veces, o en 1957 seg¨²n su autobiograf¨ªa) le asegurar¨ªan todas las papeletas para ser un escritor tan an¨®nimo como sus protagonistas.
¡°Perd¨ª ocasiones de editar por eso. Me dec¨ªan algo as¨ª como ¡®?te crees diferente o qu¨¦?¡¯ Cualquier creador tiene la obligaci¨®n de ser diferente¡±, reconoce. Pero las cr¨ªticas que recibieron sus primeras obras con cierta difusi¨®n, el afinador de habitaciones (Libros del Silencio, 2010) y astillas (Libros del Silencio, 2011) le garantizaron un lugar entre los escritores de los que se espera algo. ¡°Lo de las min¨²sculas me viene de la poes¨ªa. Y lo de escribir narrativa tambi¨¦n. Yo vengo del rock. De repente empec¨¦ a leer y a escribir poes¨ªa, hasta que escrib¨ª un poema recitativo con palabras inventadas y vi que no pod¨ªa seguir por ah¨ª. Dediqu¨¦ dos a?os a leer literatura espa?ola, del Poema del m¨ªo Cid a Tiempo de silencio. Escrib¨ª una cosa muy autobiogr¨¢fica, de las cornisas y vi que se me abr¨ªa todo un mundo¡±, resume Castro su iniciaci¨®n.
Soy m¨¢s corrector que escritor. Puedo estar leyendo un p¨¢rrafo meses, hasta que suene como una oraci¨®n. Entonces s¨¦ que no hay nada que cambiar¡±
El protagonista de entre culebras y extra?os es un adolescente de 16 a?os, enfermizo, sobreprotegido por su madre y enfrentado a su padre, devorador (el padre) de los cl¨¢sicos rusos mientras el hijo lee a los cl¨¢sicos de la filosof¨ªa: Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard. Y sobre todo, est¨¢ enamorado de Sof¨ªa. Un amor que una revelaci¨®n un tanto folletinesca har¨¢ imposible. ¡°Lo de que un adolescente amante de la filosof¨ªa este enamorado de una chica que se llama Sof¨ªa ser¨ªa un gui?o obvio y vulgar. Lo que pasa es que el nombre de ella se me ocurri¨® antes de que a ¨¦l le diese por leer a Schopenhauer, y cuando me di cuenta, Sof¨ªa ya era muy Sof¨ªa¡¡±, justifica Castro.
El escritor dice que para construir una novela se limita a ¡°plantar una voz narrativa¡±. ¡°Y a partir de ah¨ª, la sigo, van surgiendo los personajes. Al principio no s¨¦ si habr¨¢ partes, cap¨ªtulos, no tengo clara la estructura, el final. No s¨¦ lo que va a pasar¡±, dice. El proceso es laborioso: ¡°Soy m¨¢s corrector que escritor. Puedo estar leyendo un p¨¢rrafo meses, hasta que suene como una oraci¨®n. Entonces s¨¦ que no hay nada que cambiar¡±. Todo ese proceso es para conseguir un aire de espontaneidad. ¡°Para que el lector lo viva como yo lo vivo. La novela, me refiero al g¨¦nero, ya est¨¢ muy hecha, y necesita contener algo espurio, como que no est¨¢ bien escrita¡±.
En el afinador de habitaciones y astillas el protagonista (el mismo en las dos) era tambi¨¦n un adolescente obsesionado por la cultura, el amor, y el sentido de la vida, pero adem¨¢s en la ecuaci¨®n interven¨ªan un cierto abuso del co?ac, de las anfetaminas, el fantasma de la madre en la primera de las obras y la presencia de la abuela en la otra, y del fantasma de la abuela en la segunda. En comparaci¨®n con ¨¦l, el protagonista de entre culebras es un Holden Caufield de clase media. ¡°Claro que hay cosas autobiogr¨¢ficas, pero no hechos, sino lo que sent¨ªa cuando lo escrib¨ª. S¨ª que fui un adolescente muy sensible, enfermizo, que ten¨ªa muchas obsesiones religiosas, pero no era nada problem¨¢tico¡±.
Celso Castro, que asegura que lo ¨²ltimo que ha le¨ªdo es a Thomas Bernhard ¡ª¡°porque lo que busco en un autor es que deje algo personal en lo que escribe, y ahora se hace una literatura muy pobre, muy para los curr¨ªculos¡±¡ª a?ade otra muesca a su rev¨®lver de matar formalidades: ¡°Siempre utilizar¨¦ la primera persona. Lo que escribo son relatos del yo, engranajes de un yo imaginario. Eso me da una libertad absoluta, la de poder hablar directamente al lector¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.