Tres disparos para enterrar la paz
'Rabin, The Last Day', de Amos Gitai, investiga en el concurso del festival de Venecia el asesinato del primer ministro israel¨ª
De desayuno, cappuccino, croissant y una pel¨ªcula de dos horas y media sobre el asesinato del primer ministro israel¨ª Isaac Rabin. A veces un festival de cine regala despertares que, al menos a priori, no suenan demasiado apetecibles. Pero los cin¨¦filos parecen tener un entusiasmo inquebrantable, y esta ma?ana de nuevo han llenado la sala Grande de La Mostra para ver Rabin, The Last Day, del veterano director israel¨ª Amos Gitai. Cuando, sin embargo, descubrieron que el festival hab¨ªa olvidado los subt¨ªtulos en ingl¨¦s en la proyecci¨®n, el vaso de su paciencia acab¨® desbord¨¢ndose. As¨ª que los espectadores se empe?aron como pudieron ¨Caplausos, abucheos, gritos, "subtitles!"¨C en hac¨¦rselo saber a La Mostra. Resultado: suspensi¨®n tras 15 minutos, vuelta a empezar, y duraci¨®n ya cercana las tres horas.
Aun as¨ª, Rabin, The Last Day, presentado a concurso, ha recibido unos cuantos aplausos convencidos. El filme de Gitai, que muchas veces en su carrera ha afrontado los problemas de su tierra y ya trajo a Venecia Promised Land, sobre la trata de mujeres, arranca con una pregunta que deja remordimientos y varios porqu¨¦s para la posteridad.
¨C?Sin la muerte de Rabin se hubiese alcanzado quiz¨¢s no la paz pero s¨ª al menos una situaci¨®n m¨¢s estable?
¨CS¨ª.
La respuesta tajante es de Simon Peres, entonces ministro de Exteriores y mano derecha del l¨ªder laborista que junto con Arafat llev¨® Israel y Palestina m¨¢s cerca que nunca de un acuerdo duradero. Sin embargo, los hist¨®ricos pactos alcanzados en Oslo entre ambos provocaron en el pa¨ªs una fractura entre apoyo incondicional y cr¨ªtica enfurecida. Hasta que el 4 de noviembre de 1995 la divisi¨®n se escenific¨® de la forma m¨¢s tr¨¢gica: tras un mitin triunfal con miles de personas, Rabin recibi¨® tres disparos del estudiante radical de derechas Yigal Amir, que acabaron con su vida y con las esperanzas de cerrar el conflicto.
Gitai reproduce tanto el v¨ªdeo original del asesinato, como una reconstrucci¨®n ficticia. Y toda la pel¨ªcula se mueve a partir de ah¨ª seg¨²n estas dos l¨ªneas paralelas. Por un lado, v¨ªdeos de archivo y noticiarios de la ¨¦poca. Por otro, varios actores recrean tanto los testimonios frente a la Comisi¨®n que investig¨® ¨Ccon un mandato extremadamente limitado, como denunci¨® en sus conclusiones¨C los hechos, como el interrogatorio a Amir. El resultado arroja dos certezas: el clima de violencia verbal en Israel, con rabinos y extremistas incitando al homicidio de Rabin y tach¨¢ndole de "nazi" y "esquizofr¨¦nico", contribuy¨® al desenlace; y aquella noche hubo demasiados fallos en la seguridad. De ah¨ª que Rabin, The Last Day tambi¨¦n deje muchas preguntas en el aire: ?Por qu¨¦ tantas cosas no funcionaron?
"No creo que hubo un complot para matarle, es una idea que defiende la ultraderecha israel¨ª para liberarse de sus responsabilidades. Estaba escrito en las paredes, hab¨ªa incitaciones a eliminarlo. Ya que era un hombre de una integridad enorme y no pudieron derrotarlo pol¨ªticamente, lo asesinaron", afirm¨® ante la prensa Gitai, que antes del comienzo de la conferencia pidi¨® algunos instantes de silencio por una mujer fallecida ayer, v¨ªctima m¨¢s reciente del conflicto entre Israel y Palestina. El director dijo que espera que este proyecto deje huellas en los espectadores y se mostr¨® muy pesimista respecto al futuro pol¨ªtico de su pa¨ªs. De hecho, uno de los ¨²ltimos planos de la pel¨ªcula es un p¨®ster electoral del actual primer ministro, el conservador Benjamin Netanyahu, reelegido recientemente y de ideas precisamente opuestas respecto a Rabin.
"Cuando el presente parece tan oscuro hay que mirar atr¨¢s para encontrar la luz. Hubo un breve momento de esperanza que se disolvi¨®", defendi¨® Gitai sobre la utilidad del filme. "Israel es tambi¨¦n la tierra de los palestinos y hay que encontrar una convivencia. En el fondo era el proyecto de Rabin", a?adi¨®. El director reconoci¨®, ante el muy buen ojo de una periodista, que en efecto aparece un peque?¨ªsimo papel para la pel¨ªcula as¨ª como cont¨® sus contactos directos con el fallecido l¨ªder: "Le entrevist¨¦ durante las negociaciones de paz, es un modelo de israel¨ª que amo mucho. Era sincero, hablaba desde el coraz¨®n. Su funeral fue el ¨²nico momento en Oriente Medio en que las fronteras se fusionaron y todos los l¨ªderes ¨¢rabes vinieron a Jerusal¨¦n".
Mientras ese hombre descansa bajo tierra, Amir lo hace en la c¨¢rcel. Gitai relat¨® indignado que en Israel es "muy tutelado", que apenas nadie habla de ¨¦l y que, seg¨²n sus estimaciones, "en cuatro y cinco a?os saldr¨¢ de prisi¨®n". En realidad, Amir est¨¢ condenado a cadena perpetua, aunque ha habido y hay campa?as que piden su libertad. Sea como fuere, seg¨²n Gitai, "era parte de algo m¨¢s grande, era solo una pistola". Por desgracia, bast¨® para cambiar la historia.
Babelia
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