Mil¨¢n propone un viaje hist¨®rico por la relaci¨®n entre comida y arte

La casa en tama?o real de Urs Fischer y el igl¨² de Mario Merz, ambos construidos con pan; el pez de Frank Gehry, grande pero no tanto como el de Barcelona; los hot dogs durmientes de Dennis Oppenheim; el sushi de tela de Issey Miyake y los calabacines f¨¢licos de Sarah Lucas... son solo algunas de las casi 2.000 obras reunidas en Arts & Foods. Rituali dal 1851, la m¨¢s extensa muestra dedicada hasta la fecha al tema de la comida en las artes pl¨¢sticas y audiovisuales. La exposici¨®n, que ocupa los 7.000 metros cuadrados del hist¨®rico edificio de la Trienal, situado en el centro de Mil¨¢n, investiga las multiformes relaciones entre las artes y los alimentos, convirti¨¦ndolas en un instrumento para interpretar la evoluci¨®n econ¨®mica y social desde 1851, fecha de la primera Exposici¨®n Universal en Londres, hasta la actualidad.

¡°El objetivo de esta muestra es acercar el p¨²blico a la complejidad de las relaciones entre arte y comida, ofreciendo una mirada de 360? mediante todos los lenguajes posibles: pintura, escultura, fotograf¨ªa, cine, pero tambi¨¦n c¨®mic, dise?o, m¨²sica, gr¨¢fica, publicaciones, electrodom¨¦sticos, men¨²s y simb¨®licos objetos de uso com¨²n¡±, explica el comisario Germano Celant, quien acu?¨® el t¨¦rmino arte povera para definir el movimiento art¨ªstico italiano m¨¢s relevante del siglo XX.

El recorrido de Arts & Foods se estructura como un viaje en el tiempo a trav¨¦s de la reconstrucci¨®n de 15 espacios dedicados a la producci¨®n y consumaci¨®n de alimentos ¡ªdel comedor particular al restaurante, de la cocina de campamento de la I Guerra Mundial al picnic contempor¨¢neo, de los contenedores para el transporte a la alimentaci¨®n en el espacio¡ª donde todo contribuye a sumergir al visitante en una narraci¨®n potenciada por est¨ªmulos musicales y olfativos. Tambi¨¦n hay proyecciones cinematogr¨¢ficas y de programas televisivos y m¨¢s de 40 vitrinas con objetos y documentos. ¡°Pasas del perfume del caf¨¦ al del pan o al del chocolate en un recorrido que involucra los cinco sentidos y te permite empatizar con los temas de la muestra que habla del disfrute y el goce, pero no oculta la vertiente negativa: carest¨ªa, bulimia o anorexia¡±, indica el arquitecto Italo Rota, responsable del dise?o expositivo, que arranca con las cocinas rurales y aristocr¨¢ticas de la mitad del siglo XIX, que pronto confluyen en los espacios burgueses del inicio del siglo XX.

En un periplo de sugestiones y referencias, el visitante se cruza tanto con la cocina futurista de Marinetti como con el comedor Autarca (1935) de Angelo Fasce, que permite a seis comensales consumar una cena sin tener que levantarse o recurrir a camareros, o la Maison des Jours Meilleurs (1956) de Jean Prouv¨¦, junto a obras de Picasso y Morandi.

Entre el encanto de los mercados inmortalizados por Henri Cartier-Bresson y la explosi¨®n del consumismo representada por los supermercados de Andreas Gursky, se encuentran verdaderas joyas como el Cabaret Voltaire de Z¨²rich, donde se citaban los dada¨ªstas; el Caf¨¦ de l¡¯Aubette de Estrasburgo, realizado por Theo van Doesburg, Hans Arp y Sophie Taeuber-Arp; el Bar Jamaica de Mil¨¢n frecuentado por Lucio Fontana y Piero Manzoni y los puntos de encuentro neoyorquinos de los expresionistas americanos: el Cedar Tavern en el Greenwich Village y el Max¡¯s Kansas City, retratados en las im¨¢genes de Fred McDarrah y las pel¨ªculas de Andy Warhol. No pod¨ªan faltar los restaurantes abiertos y gestionados por artistas, como la Eat Art Galerie de Daniel Spoerri en Dusseldorf, y Food, de Gordon Matta-Clark, en el Soho.

Opulencia y miseria

De los utensilios a los cocineros, de la opulencia a la miseria, hasta el canibalismo y los aspectos m¨¢s repulsivos de los alimentos que se plasman en las pinturas de carne de Marc Quinn y las banderas de arroz coloreado del Food Patriotic Banquet (1973-2010) de Antoni Miralda, que van pudri¨¦ndose y cubri¨¦ndose de moho a lo largo de la muestra. Las ¨²ltimas cenas, diseminadas por todo el recorrido, van desde la pintura de Bonifacio de Pitati (1540-1545) y la tabla atribuida a El Greco (1565), hasta las sagradas representaciones de Andr¨¦s Serrano, Vik Muniz, Sam Taylor-Johnson y Vanessa Beecroft.

Una secci¨®n reservada a ni?os y adolescentes despliega un itinerario paralelo de animaciones, c¨®mics, disfraces y obras creadas especialmente para el p¨²blico infantil. La muestra milanesa, que forma parte de la Expo Universal titulada Nutrir el planeta, permanecer¨¢ abierta al p¨²blico hasta el 1 de noviembre.