Bartra: ¡°El individuo hiperconectado est¨¢ m¨¢s solo que nunca¡±
El antrop¨®logo mexicano ahond¨® en la idiosincrasia de su pa¨ªs y en la idea de melancol¨ªa Despu¨¦s salt¨® al estudio de la conciencia y decidi¨® "invadir" el terreno de la neurociencia
La Real Academia Espa?ola dice que el ajolote ¡ªdel n¨¢huatl axolotl¡ª es una ¡°larva de cierto anfibio urodelo¡± ¡ª??¡ª¡°con branquias externas muy largas, cuatro extremidades y cola comprimida lateralmente¡± que ¡°puede conservar durante mucho tiempo la forma larvaria y adquirir la aptitud para reproducirse antes de tomar la forma t¨ªpica del adulto¡±.
En La jaula de la melancol¨ªa (1987) Roger Bartra hizo de esta especie de renacuajo freak en peligro de extinci¨®n una met¨¢fora cr¨ªtica del lugar com¨²n del mexicano como ser inmaduro y arrumbado en la nostalgia por el ed¨¦n prehisp¨¢nico.
Despu¨¦s de acu?ar su visi¨®n de la autoconciencia nacional, el antrop¨®logo rastre¨® sus ra¨ªces de sentido en la tradici¨®n occidental con libros como Cultura y melancol¨ªa (2001) o El duelo de los ¨¢ngeles (2004) y en adelante se ha centrado en el estudio del fen¨®meno general de la conciencia con Antropolog¨ªa del cerebro (2014). Bartra, nacido en Ciudad de M¨¦xico en 1942, hijo de exiliados catalanes, recorre su pensamiento en el sof¨¢ de su casa de la calle del Cerro del Dios del Hacha.
Pregunta. ?C¨®mo definir¨ªa hoy a M¨¦xico?
Respuesta. Yo dir¨ªa que es indefinible. Es un pa¨ªs lleno de contradicciones, de estratos antiguos que coexisten con formas modernas y hasta posmodernas, un conglomerado ca¨®tico de distintas ¨¦pocas.
P. ?En qu¨¦ ha cambiado m¨¢s?
R. Lo m¨¢s importante ha sido el derrumbe de la idea de que exist¨ªa un car¨¢cter nacional del mexicano, una manera de ser mexicano, una identidad can¨®nica que emanaba del r¨¦gimen nacionalista revolucionario.
P. ?Cu¨¢l era ese canon?
R. Es el canon del ajolote, el arquetipo de un ser en parte melanc¨®lico-apabullado y en parte agresivo-feroz. Hay una tonelada de literatura de novelistas, poetas, psicoanalistas y ensayistas sobre la identidad. Creo que todo intelectual mexicano que se respete ha escrito sobre ello.
P. ?M¨¦xico tiene una especial obsesi¨®n con su identidad?
R. No, es una b¨²squeda ligada a la construcci¨®n de los estados nacionales. En Francia fue tremendamente fuerte, y el nacionalismo de Estados Unidos nos deja p¨¢lidos a los mexicanos. Tambi¨¦n en Espa?a hay un nacionalismo centralista muy poderoso y los nacionalismos perif¨¦ricos vasco y catal¨¢n.
P. ?Sus padres eran nacionalistas?
R. Mi madre durante la guerra s¨ª. Mi padre no. Y con el tiempo en M¨¦xico mi madre abandon¨® ese nacionalismo y su principal preocupaci¨®n por Espa?a era que cayese la dictadura. Pero los dos eran muy catalanes. En casa se hablaba catal¨¢n. Es mi lengua materna.
Coordenadas
- Un libro. Anatom¨ªa de la melancol¨ªa, una recopilaci¨®n enciclop¨¦dica sobre el tema de un autor del siglo XVII, Robert Burton.
- Una voz. Alexis de Tocqueville, porque a¨²n siendo un arist¨®crata fue el m¨¢s grande analista de la democracia moderna.
- Una certeza. La sospecha de que no hay certezas absolutas.
P. ?A¨²n piensa en catal¨¢n?
R. Pienso en varias lenguas, a veces tambi¨¦n en franc¨¦s o en ingl¨¦s. Pero las que m¨¢s se mezclan en mi cabeza son el catal¨¢n y el espa?ol. Y muy arm¨®nicamente.
P. ?C¨®mo ha llegado el nacionalismo mexicano al mundo globalizado?
R. Muy maltrecho, por causas internas y por las nuevas formas avasalladoras de este capitalismo cognitivo basado en redes inform¨¢ticas que penetra con fuerza todos los poros de la sociedad.
P. Pero el mexicano sigue sinti¨¦ndose muy mexicano.
R. No creo que sea para tanto. Ha habido encuestas que han preguntado si estar¨ªan dispuestos a que M¨¦xico se anexase a Estados Unidos si ello significara elevar el nivel de vida y una mayor¨ªa lo aceptaba. Es una situaci¨®n contradictoria, porque eso no quiere decir que la gente no sienta que pertenece a este pa¨ªs, o que algunos pol¨ªticos no puedan manifestar posiciones nacionalistas muy virulentas.
P. ?El concepto de modernidad casa bien con Am¨¦rica Latina?
R. S¨ª, pero es una forma abreviada para referirnos a situaciones complejas. El capitalismo tard¨ªo est¨¢ sufriendo importantes mutaciones. La modernidad est¨¢ mutando y no sabemos hacia d¨®nde. La globalizaci¨®n es una globalizaci¨®n llena de grietas, y eso se padece especialmente en Am¨¦rica Latina, donde partes de la sociedad viven inmersas en la posmodernidad y otras contin¨²an en otro siglo.
P. ?Y d¨®nde queda la cuesti¨®n ind¨ªgena?
R. En M¨¦xico la poblaci¨®n ind¨ªgena ha sido aniquilada, destrozada, mutilada. Ya son como ruinas ¨¦tnicas, igual que se habla de ruinas arqueol¨®gicas. Es un pa¨ªs que exalta la simbolog¨ªa de lo ind¨ªgena en el Museo Nacional de Antropolog¨ªa y a la vez ha dejado a los ind¨ªgenas reales en proceso de disoluci¨®n.
P. ?Existe un problema racial?
R. Es un racismo diferente al de Estados Unidos, donde se divide sobre todo entre blancos y negros. Tiene que ver con los h¨¢bitos de los conquistadores, que ten¨ªan unas concepciones distintas a las de los anglosajones que colonizaron Norteam¨¦rica. Aqu¨ª hubo un mestizaje generalizado y por eso es un racismo lleno de matices, m¨¢s sutil pero profundo, diseminado en todos los poros.
P. ?Los cat¨®licos fueron menos racistas?
R. Digamos que los protestantes ten¨ªan una idea m¨¢s firme de la familia.
¡°La globalizaci¨®n est¨¢ llena de grietas, y eso se padece m¨¢s en Am¨¦rica Latina, donde partes de la sociedad viven en la posmodernidad y otras siguen en otro siglo¡±
P. ?Por qu¨¦ se dice que M¨¦xico es un pa¨ªs melanc¨®lico?
R. Porque el canon asumi¨® que el mexicano es un ser melanc¨®lico. Pero no es una idea s¨®lo mexicana. Forma parte de la definici¨®n de la identidad nacional en muchas partes del mundo. Est¨¢ la melancol¨ªa de la p¨¦rdida de las colonias en la Generaci¨®n del 98 en Espa?a, el spleen en Inglaterra, la saudade en Portugal. Es un concepto antiguo, por eso lo que caracteriza la melancol¨ªa de un portugu¨¦s es lo mismo que caracteriza la de un mexicano, la misma sustancia negra de la nostalgia por un pasado perdido. Es la tristeza de la p¨¦rdida del para¨ªso original, algo que tienen en com¨²n todos los nacionalismos.
P. ?Qu¨¦ es el spleen?
R. Es una de las encarnaciones de la idea de melancol¨ªa, famosa por el poema de Baudelaire El Spleen de Par¨ªs y com¨²n en la literatura inglesa. En griego quer¨ªa decir bazo: el ¨®rgano en que cre¨ªan que se concentraban los humores negros.
P. Luego, usted pas¨® de la melancol¨ªa mexicana a la melancol¨ªa europea.
R. Porque me di cuenta de que las supuestas caracter¨ªsticas instr¨ªnsecas del mexicano, lo melanc¨®lico y lo salvaje, proven¨ªan de antiguos mitos europeos, as¨ª que me puse a estudiarlos, sobre todo la tradici¨®n espa?ola de la melancol¨ªa.
P. ?Qu¨¦ particularidades le encontr¨®?
R. Una importante es que en la Espa?a medieval se asociaba la melancol¨ªa a la poblaci¨®n jud¨ªa. Pero donde se da un desarrollo enorme del concepto es en el Siglo de Oro. En las ciencias naturales, en la filosof¨ªa, en la literatura y de manera destacada en el Quijote de Cervantes. Posteriormente la Generaci¨®n del 98 es una matriz de melancol¨ªa que influye en la literatura espa?ola y desde luego en los escritores mexicanos, en primer lugar Octavio Paz. Lo que para los del 98 fue la p¨¦rdida del Imperio, en la cultura mexicana es la p¨¦rdida del supuesto ed¨¦n originario, el pasado prehisp¨¢nico del que subsiste s¨®lo la figura del indio triste.
P. Una autora que le llam¨® la atenci¨®n fue Rosal¨ªa de Castro.
R. Esa s¨ª que era melanc¨®lica. Creo que es el m¨¢s brillante exponente del romanticismo espa?ol, m¨¢s que Gustavo Adolfo B¨¦cquer. Y no me interesa s¨®lo por la calidad de su poes¨ªa sino porque rescata la saudade. Recogi¨® el esp¨ªritu de la melancol¨ªa rom¨¢ntica y lo tradujo en versos hermosos en gallego y espa?ol.
P. ?Por qu¨¦ ha insistido en la conexi¨®n de la modernidad con la melancol¨ªa?
R. Tradicionalmente se ha pensado que la melancol¨ªa es un sentimiento antiguo, caracter¨ªstico del romanticismo como queja ante el capitalismo. Pero si se examina bien es un sentimiento que est¨¢ dentro de la modernidad. El propio Max Webber desarrolla la idea como parte del esp¨ªritu capitalista. La melancol¨ªa es exaltada desde los albores del capitalismo: Hamlet es el gran melanc¨®lico ingl¨¦s. El capitalismo no llega s¨®lo con un aura de modernidad que traer¨¢ la felicidad y a un hombre nuevo. Tambi¨¦n llega te?ido de negruras y esp¨ªritu saturnino.
¡°Ahora, a la melancol¨ªa se la llama s¨ªndrome bipolar o enfermedad man¨ªaco-depresiva¡±
P. ?Y ahora la melancol¨ªa ha pasado de moda?
R. Ha adquirido tonalidades nuevas. Ya no se le llama melancol¨ªa sino s¨ªndrome bipolar o enfermedad man¨ªaco-depresiva. Es la ¨¦poca del combate contra la depresi¨®n, de la expansi¨®n del sentimiento de soledad, que crece enormemente en los centros urbanos. Podemos decir, por ejemplo, que Estados Unidos desprecia el sentimiento de melancol¨ªa, pero al mismo tiempo reconoce su presencia en todos los polos de la sociedad. Yo creo que es un elemento central de su cultura aunque no le den ese nombre sino otros, como la Multitud solitaria, t¨ªtulo de un cl¨¢sico de la psicolog¨ªa norteamericana, o Naci¨®n Prozac. En la serie Los Soprano tienes a un mafioso que va a la psicoanalista porque es un ser esencialmente melanc¨®lico, solitario, profundamente solitario. En The Wire el sentimiento de soledad, de melancol¨ªa, permea a los pobres chicos camellos, a los polic¨ªas, a los pol¨ªticos. Es una realidad sumida en la tristeza.
P. ?C¨®mo salt¨® de estas cuestiones a la neurociencia?
R. Cuando termin¨¦ con el tema de la melancol¨ªa decid¨ª pasar del an¨¢lisis de la identidad colectiva al de la identidad individual, al de la conciencia: al hecho de ser conscientes de que estamos conscientes, la base del individualismo moderno. Yo, como antrop¨®logo, decid¨ª invadir la neurociencia y empec¨¦ a meterme en sus estudios, hasta que un d¨ªa paseando por Barcelona, por la calle Tallers, una calle que est¨¢ como a un lado del Raval, se me ocurri¨® la hip¨®tesis del exocerebro.
P. ?Qu¨¦ es?
R. La teor¨ªa de que la conciencia no est¨¢ encerrada en el cr¨¢neo sino que existe un conjunto de pr¨®tesis simb¨®licas, de circuitos culturales externos, que cumplen funciones que los sistemas neuronales no pueden llevar a cabo. Ocurre por ejemplo con el habla, que funciona b¨¢sicamente en ¨¢reas del hemisferio izquierdo del cerebro pero s¨®lo se puede entender dentro de los circuitos sociales.
P. ?Y c¨®mo se integr¨® esta teor¨ªa en su trayectoria intelectual?
R. Para m¨ª fue importante. Es el momento en el que me introduzco de manera sistem¨¢tica en la reflexi¨®n sobre un tema que ha inquietado a los pensadores desde la antig¨¹edad: c¨®mo es ese sentimiento, esa subjetividad de que est¨¢s ah¨ª y eres t¨², nadie m¨¢s, un sentimiento de individualidad que llega a lo angustioso.
P. ?Ha o¨ªdo que las redes sociales van a disolver la identidad?
R. Lo he o¨ªdo, pero no lo entiendo muy bien. La cultura de las redes implica una hiperconectividad pero tambi¨¦n una extrema soledad, la soledad de un individuo ante una pantalla, mucho m¨¢s conectado que antes pero m¨¢s solo que nunca.
Babelia
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