Crimen y econom¨ªa
Como todos los buenos dramas criminales, 'Montecristo', del suizo Martin Suter, es una intriga moral sobre hablar o callar
Un pasajero se cae del tren en un t¨²nel y les amarga a sus compa?eros de viaje la vuelta a Basilea despu¨¦s del trabajo. Un periodista televisivo, Jonas Brand, va con su c¨¢mara en el mismo vag¨®n que Paolo Contini, la v¨ªctima, feliz empleado de banca, sin motivos para matarse, estrella de la especulaci¨®n burs¨¢til. El caso habr¨ªa quedado en suicidio si, a los dos meses, no hubiera encontrado Brand dos billetes de 100 francos suizos con el mismo n¨²mero de serie, id¨¦nticos. Si uno de los dos fuera falso, ya ser¨ªa incre¨ªble que los dos acabaran por casualidad en la misma mano. Pero, al ser aut¨¦nticos, la cosa se convierte en absolutamente improbable aunque inveros¨ªmilmente posible, sobre todo teniendo en cuenta otra coincidencia: la presencia de Brand en la muerte de un individuo involucrado en la duplicaci¨®n de los billetes. Las novelas de Martin Suter (Z¨²rich, 1948) parten de acontecimientos traum¨¢ticos, de un suceso-fractura. Montecristo es, como todos los buenos dramas criminales, una intriga moral. Hay, como m¨ªnimo, tres asesinatos, pero el problema afecta menos a la identidad de los culpables que al dilema entre el deber de decir la verdad y la conveniencia de callar verdades improcedentes. Y aqu¨ª se plantea otra cuesti¨®n: ?qu¨¦ requisitos debe cumplir un asesinato para arrogarse el derecho a la impunidad? Supongamos que uno de los principales bancos suizos se hunde, descapitalizado, despu¨¦s de perder miles de millones en especulaciones con valores rusos. Digamos que la muerte de Contini salv¨® a su banco, gracias a la intervenci¨®n del Estado y sus organismos monetarios.
El periodista es el investigador. Jonas Brand no es un observador distante y as¨¦ptico: se implica en la acci¨®n. Se expone a la violencia como un detective de la serie negra. Vulnerable, lo asaltan, le roban, lo enga?an, lo secuestran. Cuenta con un ayudante, Max Gantmann, analista econ¨®mico de la televisi¨®n, en otros tiempos una celebridad, hinchado bebedor de cerveza, no por puro disfrute, como Nero Wolfe, el genio de las novelas de Rex Stout, sino para destruirse, en proceso de demolici¨®n de s¨ª mismo desde que se qued¨® viudo. Es el h¨¦roe de la historia. Su amigo Brand, dedicado a reportajes sobre famosos, ha sentido la llamada de la verdad arriesgada, del digno y valiente periodismo de investigaci¨®n. ¡°?No es peligroso?¡±, le pregunta su novia. ¡°Estamos en Suiza. Aqu¨ª no liquidan a los periodistas¡±, responde el incauto. A sus 38 a?os, sue?a con ser director de cine y rodar una superproducci¨®n, Montecristo: la conjura de sus socios lleva a un inform¨¢tico millonario a una c¨¢rcel tailandesa, falsamente acusado de tr¨¢fico de hero¨ªna. Y entonces, cuando el proyecto languidece en v¨ªa muerta desde hace mucho tiempo, la productora m¨¢s importante del pa¨ªs decide hacer la pel¨ªcula de Brand, que viajar¨¢ a Bangkok. ?Se har¨¢ realidad el argumento de Montecristo? El rompecabezas es otro: ?hace su pel¨ªcula el periodista, o sigue investigando y jug¨¢ndose la vida? Pero en la novela de Suter no hay cr¨ªmenes. Cuando el monstruo es el sistema financiero en alianza con el Estado, el asesinato puede ser un ideal ¨¦tico. El caso Contini no existe porque admitirlo supondr¨ªa el fin del sistema financiero, el hundimiento universal, la guerra, el acabose.
Si las coincidencias improbables eximen de realidad a la convincente f¨¢bula de Martin Suter, muy veros¨ªmil resulta la cofrad¨ªa del silencio que imagina: una sociedad de algo m¨¢s que patriotas, ¡°ciudadanos del mundo responsables¡± conjurados para mentir callando y salvar a la humanidad. La decisi¨®n de corromperse por el bien com¨²n pertenece aqu¨ª a la categor¨ªa de los buenos sentimientos, y el crimen es un ingrediente de la estabilidad socio?eco?n¨®?mica. Montecristo tiene una ventaja sobre muchas novelas de su g¨¦nero: formula preguntas morales que no da por contestadas de antemano.
Montecristo. Martin Suter. Traducci¨®n de Rosa Pilar Blanco. Libros del Asteroide. Barcelona, 2015. 318 p¨¢ginas. 19,95 euros.
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