Herzog & de Meuron & la ciudad que fue la m¨¢s violenta del mundo

En el estudio de Jacques Herzog y Pierre de Meuron, la pareja estrella de la arquitectura mundial, se gesta desde hace tres a?os el embri¨®n de un reto que cada vez est¨¢n m¨¢s cerca de abordar: crear belleza en Ciudad Ju¨¢rez. En la gris, ¨¢rida, obrera, sufrida ¨Ctan sufrida¨C Ciudad Ju¨¢rez.

Los autores del Nido de Pek¨ªn (donde Usa¨ªn Bolt reinvent¨® la velocidad humana), de la et¨¦rea, deliciosa tienda de Prada en la avenida tokiota de Omotesando, de la reconversi¨®n de una central el¨¦ctrica al borde del T¨¢mesis en el templo sacro del arte contempor¨¢neo,?la Tate Modern, han pasado esta semana por M¨¦xico DF para tratar de dar el impulso definitivo a lo que Herzog define como "uno de los proyectos m¨¢s interesantes de nuestra carrera".

"Ser¨¢ una mezcla de catedral, centro social y casa de la m¨²sica que tiene el potencial de marcar la diferencia, de ayudar a la ciudad, de crear comunidad en una zona deprimida", explica el arquitecto, suizo como su socio De Meuron, los dos de Basilea, amigos desde los seis a?os, los dos nacidos en 1950, De Meuron 19 d¨ªas m¨¢s peque?o que Herzog, Herzog m¨¢s hablador que De Meuron y con buen manejo del espa?ol (tiene casa en las Canarias), De Meuron de traje azul oscuro y mocasines marrones, su socio de conjunto beis claro y aerodin¨¢micas zapatillas deportivas con fosforescencias amarillas y naranjas, los dos presentes este martes en una visita-conversatorio en el estudio de la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao.

Al d¨ªa siguiente viajar¨ªan a Los ?ngeles, pero antes se reunir¨ªan en el DF con donantes del proyecto de Ciudad Ju¨¢rez. Ya tienen el anteproyecto (un gran caparaz¨®n en forma de cruz con un amplio anfiteatro al aire libre) y conf¨ªan en superar la dilatada fase de acuerdos (es una obra de la Iglesia en terreno del ayuntamiento con inversi¨®n privada) para empezar en 2016 esta construcci¨®n llamada a marcar un hito en la resurrecci¨®n de la urbe mexicana m¨¢s poblada de la frontera. Un mill¨®n y medio de habitantes; pr¨®spero e inequitativo centro industrial de mano de obra para Estados Unidos; campo abierto de feminicidios entre los noventa y principios de los 2000; hoyo de sangre en la peor fase de la guerra contra el narco: 2009 y 2010 ¨Ca?o en el que fue, con 3.075 asesinatos, la ciudad con la ratio de homicidios m¨¢s alta del mundo.

Una ciudad de frontera dura. Sin el encanto californiano-mexicano de Tijuana. Muy lejos del mar. G¨¦lida en invierno e infernal en verano. Gemela pobre de El Paso.

Pero tambi¨¦n ¨Cy am¨¦n de su dinamismo econ¨®mico¨C:?sede de la primera reuni¨®n en la historia entre un presidente de Estados Unidos y uno de M¨¦xico (William Howard Taft y Porfirio D¨ªaz, 1909), plaza decisiva para la Revoluci¨®n mexicana, viejo meollo de cultura fronteriza y orgullosa cuna de la lucha libre mexicana, de la margarita y de los imponderables burritos.

De Meuron y Herzog ya han estado all¨ª para ver el terreno. Est¨¢ pegado a la frontera, al R¨ªo Bravo, o como le llaman en Estados Unidos, el R¨ªo Grande, o como lo describe Herzog "un canal con m¨¢s hormig¨®n que agua"; aunque las particulares condiciones est¨¦ticas de Ju¨¢rez no arredran a los ganadores del premio Pritzker: "La obra tiene un potencial incre¨ªble, m¨¢s que la mayor¨ªa de todos los proyectos que hemos hecho. No ser¨¢ solamente una forma, un volumen monumental. Tiene que ser, como dijo Joseph Beuys sobre el arte en general, una escultura social".

Inspir¨¢ndose en el entorno des¨¦rtico, utilizar¨¢n el adobe como principal material constructivo, buscando una combinaci¨®n de elegancia formal y contextualidad primaria, tomando como modelo "aquellas iglesias tan bonitas que hicieron en el pasado los espa?oles".?Herzog?& de Meuron, colmados de reconocimientos, tienen un nuevo objetivo. Ayudar a curar a Ciudad Ju¨¢rez con una "catedral" hecha de tierra seca.