Agust¨ª Villaronga: ¡°La banalidad nos rodea tanto que ya ni reflexiono sobre ella¡±
El cineasta mallorqu¨ªn presenta 'El rey de La Habana', pel¨ªcula que viaja por el bajo mundo de Cuba en los a?os noventa
En la sordidez habita la miseria. Pero tambi¨¦n la verdad, la vida, incluso la belleza y bastante sinceridad. Agust¨ª Villaronga (Palma de Mallorca, 1952) ha sabido encontrarla en cualquiera de los mundos que ha retratado en el cine ¡ªTras el cristal, 99.9, El mar, Aro Tolbukhin o Pa Negre¡ª. ¡°Me gusta fijarme en cosas marginales, cierto, y de ah¨ª voy a mis historias¡±. El rey de La Habana, pel¨ªcula con la que ayer concurs¨® en el festival de San Sebasti¨¢n, adapta una novela del cubano Pedro Juan Guti¨¦rrez, y viaja por los peores a?os, los noventa, de una Cuba decr¨¦pita, de una Habana que acaba arrasada en pantalla por los efectos de la tormenta El Ni?o.
Transexuales, prostitutas y delincuentes exorbitantemente bien dotados en su entrepierna transitan en el cine tan vivos como hambrientos. ¡°Es el momento muy dif¨ªcil de un pa¨ªs que sufre. Por el camino en la historia se pierden muchas cosas que afectan a la ¨¦tica, al amor¡ Porque lo que les pasa internamente refleja lo que ocurre en la naci¨®n¡±, dice.
Una naci¨®n en la que no pudo rodar. Y por eso ha reconstruido ese paisaje en Rep¨²blica Dominicana con actores cubanos. ¡°Nunca dudamos en el proyecto, aunque jugaran con nosotros con los permisos. Yo me mor¨ªa de ganas de filmar esta pel¨ªcula. Es de encargo, pero Pedro Juan y yo compartimos mundos. Yo leo la novela y la entiendo. Aunque no sea cubano, la entiendo¡±. Son personajes atormentados, castigadores y sufridos. ¡°Y por tanto, hay que dejarlos que se muevan as¨ª en la pel¨ªcula¡±.
Villaronga se confiesa nervioso. Su apariencia fr¨¢gil se acent¨²a. Lo cura hablando de la pel¨ªcula y, por qu¨¦ no, de su carrera y de sus principios morales. ¡°Me molesta cuando se enjuicia a las personas de vidas poco fant¨¢sticas¡ Mira, conozco muy bien Cuba. Y no me interesa nada el hotel Nacional¡ En cambio, voy al Cerro, a la V¨ªbora, al centro, y la gente que me encuentro es la que m¨¢s me gusta, aunque a otros les parezca¡ Lo dejo ah¨ª. Esos cubanos, con sus defectos, con sus momentos desaforados, tienen m¨¢s vida y verdad que el lado tur¨ªstico¡±.
Trascender
Como cineasta, traspasadas sus duras tem¨¢ticas, al mallorqu¨ªn le importa mucho la forma. ¡°En el mundo latino a veces acaban siendo muy cutres, y yo quer¨ªa trascender, para llegar a m¨¢s gente. Que pasaran los ecos de tragedia griega de la novela, que es tremenda, al cine, donde hemos suavizado el tono¡±.
Entre el cine que se lava las manos disfrutando del dise?o y el que se regodea en v¨ªsceras y sangre, Villaronga intenta defender ¡°un cine con vida¡±. ¡°Por suerte para m¨ª, El rey de La Habana refleja c¨®mo son los cubanos: megatr¨¢gicos y a la vez saben encontrarle a todo una salida graciosa. Tiran hacia delante. La pel¨ªcula camina ligera hasta que en un momento dado choca con la realidad. Ya no hay m¨¢s salida. Se acaban los chistes¡±.
Estalla la violencia. ¡°Pedro Juan es muy exagerado. Yo he necesitado rebajar el tono para que todo el mundo entre en mi propuesta. En cuanto a la banalizaci¨®n que hoy sufrimos de la sangre y el dolor¡ Nos rodea de tal manera, tanto, que ya ni reflexiono sobre el asunto. S¨ª que me siento algo responsable de la belleza en cine de la violencia, veo su lado atractivo. A m¨ª no me asusta, y a rengl¨®n seguido me freno por no pasarme¡±.
Villaronga para un segundo y reflexiona. ¡°Bueno, no, porque aun haciendo esas cosas bonitas, a la gente les afecta¡±. ?Tiene alg¨²n referente en la violencia cinematogr¨¢fica? ¡°Michael Haneke. Me fijo mucho en su cine. ?l se pone muy a menudo la violencia como tema central y olvida el lado humano. Crea desde un sitio muy raro¡±.
Los sin voz
Villaronga cree en los sin voz. ¡°Fue de lo que m¨¢s me interes¨® de la novela. Los sin voz son gente que vive, que no te cuentan sus cosas. Se expresan con lo que hacen y te regalan pocos pensamientos elaborados. No digo que sean tontos, pero es que hay poco tiempo para elaborar, la energ¨ªa se invierte en subsistir. Me gustar¨ªa que el p¨²blico viera m¨¢s all¨¢ de ellos, y se diera cuenta del amor que albergan. Parecen animales instintivos y no, sienten igual, incluso de forma m¨¢s pura, aunque usen formas salvajes para manifestarlo¡±.
?Qu¨¦ futuro les espera a los cubanos? ¡°Conozco mucho la isla, me gustar¨ªa responder con uno de ellos al lado para que me corrigiera. Cuando veo c¨®mo echan las campanas al vuelo, lo miro todo con cierta distancia. Est¨¢ por ver qu¨¦ ocurrir¨¢. Su gente me gusta much¨ªsimo, he hecho esta pel¨ªcula para hablar de todo un sustrato social. Ahora bien, su r¨¦gimen¡ Va a ser todo complicado¡±.
Babelia
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