Gillian Wearing: ¡° Las m¨¢scaras nos sirven para explorar la verdad¡±
El IVAM expone la mayor retrospectiva en Espa?a de la obra de esta artista brit¨¢nica
?A Gillian Wearing (Birmingham, 1963) le fascina la gente. A trav¨¦s de la fotograf¨ªa y el v¨ªdeo pone en escena a personas -mayores, j¨®venes- para producir un tipo de obra que se sumerge en la complejidad de la vida cotidiana y de los ¡°yoes¡± m¨¢s rotundos. El IVAM expone la mayor retrospectiva de su obra en Espa?a desde 2001. En ella se pueden ver sus conocidos autorretratos con m¨¢scaras, una protecci¨®n que, explica en esta entrevista, "nos sirve para dejar relucir la verdad".
Pregunta. Su obra se dio a conocer a mediados de los noventa, cuando muchos artistas volv¨ªan la mirada a los sesenta y setenta en busca de nuevos puntos de partida. En su trabajo mostraba el descontento con un mundo art¨ªstico sensacionalista que a finales de la d¨¦cada anterior parec¨ªa dominado por las estrategias mercantiles. Y, sin embargo, se la incluy¨® dentro de la denominaci¨®n YBAs (Young British Artists), artistas que utilizaban, por as¨ª decir, ¡°t¨¢cticas de choque¡± para conseguir un reconocimiento fulgurante tanto en las instituciones como en el mercado.
Respuesta. Para mi el arte tiene que ver con mirar el mundo de una manera alternativa, no con algo que cause sensaci¨®n. Desde Duchamp hasta Warhol, las estrategias de mercado han existido, incluso el buen arte no se sustrae a ellas. M¨¢s relevante para m¨ª es que las grandes obras puedan nacer sin bombo ni comercializaci¨®n, como es el caso de las fotograf¨ªas de Diane Arbus, tan poderosas y ¨²nicas que no necesitan de ning¨²n impuso para despertar inter¨¦s. Las siglas YBAs se utilizaron para ridiculizarnos en oposici¨®n a otro arte o artistas. Como si estuvi¨¦ramos en una competici¨®n. Lo cierto es que ninguno de nosotros compart¨ªamos un ¨²nico punto de vista est¨¦tico o pol¨ªtico, la mayor¨ªa hab¨ªamos coincidido en el Goldsmiths College y el reconocimiento internacional nos lleg¨® muy j¨®venes. Eso cre¨® un precedente art¨ªstico en Gran Breta?a e hizo que muchas personas se sintieran amenazadas. As¨ª que la etiqueta se convirti¨® en una reacci¨®n m¨¢s que en algo positivo, y tuvo sus consecuencias: algunos artistas abandonaran su propio camino para hacer un arte que encajara en aquellos presupuestos, otros dejaron la pr¨¢ctica art¨ªstica por completo.
P.? En 1997 gana el premio Turner, es el primer a?o en que la lista de finalistas est¨¢ integrada s¨®lo por mujeres. Aquel hecho provoc¨® acusaciones de ¡°correcci¨®n pol¨ªtica¡± -cuando en realidad nadie hab¨ªa puesto en evidencia que el a?o anterior hab¨ªan sido cuatro hombres los finalistas-. Posteriormente, la cr¨ªtica reconoci¨® los grandes logros de una nueva generaci¨®n de mujeres. ?Fue aquel a?o la confirmaci¨®n de la renovaci¨®n del arte ingl¨¦s, tan marcado por la escultura (Deacon, Cragg, Long, Kapoor) y la pintura (Freud, Morley, Hodgkin) masculinas?
R. En mi generaci¨®n siempre hubo el mismo porcentaje de buenos y buenas artistas y muchas muestras colectivas parec¨ªan igualmente equilibradas en t¨¦rminos de g¨¦nero. Es cierto que yo fui la segunda mujer que gan¨® el Turner y eso hizo que me diera cuenta de que hab¨ªa puntos ciegos, no solo en t¨¦rminos de g¨¦nero, tambi¨¦n de raza y clase social. Mientras fui estudiante, en los ochenta, me sorprendi¨® el alto nivel de los alumnos de clase trabajadora, muchos de los cuales (y me incluyo) fueron los primeros de sus familias en tener educaci¨®n superior. Creo que eso cambi¨® la mirada del arte de la generaci¨®n anterior de escultores. Crecimos con el punk y con el esp¨ªritu del Do it Yourself (DIY). Quer¨ªamos experimentar y rechaz¨¢bamos a la generaci¨®n de nuestros padres.
P. En su serie fotogr¨¢fica ¡°?lbum¡± (2003) subvirti¨® la idea de ¨¢lbum familiar al autorretratarse con atuendo y m¨¢scaras para lograr un parecido asombroso con su padre, madre o hermanos. Tambi¨¦n se transfigur¨® para parecerse a fot¨®grafos considerados cl¨¢sicos, como August Sander, y a otros contempor¨¢neos. ?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite de sus m¨¢scaras?
R. Mi primera obra, por as¨ª decir, exitosa, la hice cuando ten¨ªa once a?os y era una m¨¢scara.Tambi¨¦n una de las primeras piezas que hice para ingresar en la escuela de arte fue una m¨¢scara (¡°Yo como artista¡± 1984¡±). Las m¨¢scaras nos sirven para explorar la verdad de los muchos yoes que viven en nosotros, en particular aquellos que ocultamos en el d¨ªa a d¨ªa, como se evidencia en los perfiles an¨®nimos de las redes sociales. Por supuesto que no he agotado este tema y espero poder seguir sondeando las profundidades del pensamiento y la conducta humana.
P. Hablando de redes sociales, en su v¨ªdeo ¡°Dancing in Peckham¡± (1994) se la ve? bailando en unos grandes almacenes al ritmo de la m¨²sica de Gloria Gaynor y ante la mirada del p¨²blico. Hoy youtube est¨¢n plagado de v¨ªdeos de ese tipo.
?R. S¨ª, pero en 1994 no hab¨ªa nada como el Baile de Peckham y youtube no se invent¨® hasta 2005. Tambi¨¦n en la serie fotogr¨¢fica ¡°Signs¡± (¡°Letreros¡¡±1992) quise explorar al adulto en situaciones de desinhibici¨®n. Aquella obra influy¨® en anuncios, campa?as pol¨ªticas y medios sociales. ¡°Signs¡± es probablemente una de las obras de arte m¨¢s copiadas de la historia.
P. Precisamente en ese trabajo pon¨ªa en evidencia la fricci¨®n entre lo p¨²blico y lo privado, entre el impulso individual y el comportamiento normativo. Hoy las personas parece que aceptamos con naturalidad la vigilancia de los Estados. ?Es su pa¨ªs hoy menos democr¨¢tico que hace cincuenta a?os?
R. Vivo en Londres, una ciudad con el sistema de c¨¢maras de vigilancia m¨¢s sofisticado del mundo, pero las drogas se siguen vendiendo en las calles y se comenten delitos violentos. Miles de personas protestamos contra la guerra en Irak pero eso no hizo que Blair cambiara de parecer. Podemos tener la libertad de reaccionar pero una capacidad limitada para cambiar las cosas. Inglaterra no era m¨¢s democr¨¢tica hace 50 a?os, hab¨ªa m¨¢s divisi¨®n de clases, desigualdad ¨¦tnica y de g¨¦nero. Cada ¨¦poca ha vivido un cierto grado de p¨¢nico social. Yo crec¨ª con el miedo a la guerra fr¨ªa, mi abuela pas¨® por dos guerras. El miedo es un estado natural para darte cuenta de que cualquier momento en la vida es potencialmente bueno.
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