Costa-Gavras
El cineasta griego mantiene un combativo esp¨ªritu joven asombroso en el festival de Lyon
En Lyon han tenido que prolongar la exposici¨®n que el Festival Lumi¨¨re viene dedicando al cineasta griego Costa-Gavras tras haber proyectado todas sus pel¨ªculas. Este festival tambi¨¦n ha rendido homenaje a Martin Scorsese, pero en su caso es m¨¢s l¨®gico el ¨¦xito entre espectadores j¨®venes por tratarse de un cineasta mejor conocido, es decir, americano, y con repartos de actores muy populares. Costa-Gavras es otra cosa. Por ejemplo, el Oscar que obtuvo a la mejor pel¨ªcula fue en su condici¨®n de habla no inglesa ¨CZ, en 1969, que tambi¨¦n se alz¨® en la misma categor¨ªa con el Globo de oro-; y aunque el de mejor gui¨®n, en 1982, fue para Missing (Desaparecido), hablada en ingl¨¦s, trataba de la complicidad de Estados Unidos en el golpe de Augusto Pinochet, no siendo probablemente hoy en d¨ªa un tema de mayoritario inter¨¦s juvenil. Como seguramente ocurre con Estado de sitio, donde Costa-Gavras denunciaba la connivencia de la CIA con la asesina dictadura uruguaya de los a?os sesenta, o en La confesi¨®n, en la que hablaba sin tapujos de las torturas del estalinismo, o en Secci¨®n especial del colaboracionismo del gobierno de Vichy con los invasores nazis, o en La caja de m¨²sica de los criminales de guerra a¨²n ocultos¡ Costa-Gavras ha mantenido a lo largo de su carrera un rotundo inter¨¦s por temas sociales y pol¨ªticos, provocando a veces agresivas pol¨¦micas, como cuando fue acusado de antisemita por Hanna K, o de est¨®mago poco agradecido cuando en la pel¨ªcula norteamericana El sendero de la traici¨®n habl¨® del fascismo latente en zonas profundas de Estados Unidos.
Porque, a pesar de su valiente activismo, Costa-Gavras fue reclamado por los estudios de Hollywood y all¨ª, unas veces con aciertos y otras no tanto, les dio repetidas veces en los morros hablando de sus miserias. Al regresar a Europa denunci¨® las buenas relaciones que hubo entre el Vaticano y Hitler ¨CAm¨¦n¨C, las angustias de los emigrantes ¨CEd¨¦n al Oeste?-, y del paro ¨CArcadia-, o la voracidad de los banqueros ¨CEl capital-. En definitiva, su cine compone una cr¨®nica pol¨ªtica de las principales p¨¢ginas de la segunda mitad del siglo pasado¡ y que a¨²n contin¨²a reflejando el presente. A sus 82 a?os, Gavras mantiene un combativo esp¨ªritu joven que ha asombrado a los j¨®venes en el festival de Lyon. Hace 12 a?os ocurri¨® lo mismo en la semana de cine de Valladolid, que le dedic¨® una amplia retrospectiva. Ojal¨¢ vinieran m¨¢s muestras, porque el conjunto de las pel¨ªculas de este autor sigue siendo imprescindible.
Babelia
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