La paz de la muerte

Los h¨¦roes rom¨¢nticos del western est¨¢n condenados a la tragedia. El viejo Oeste, territorio para desalmados y canallas, nunca fue territorio para la b¨²squeda de la persona amada; el romance, si acaso, se encuentra, pero nunca se busca. Y el escoc¨¦s John Maclean lo aplica en su primera pel¨ªcula como director, la estupenda Slow West, obra sobre la universalidad del amor y de la muerte, con estructura de tragedia cl¨¢sica en movimiento (llamada de la aventura, encuentro con diversos aliados y enemigos, rosario de pruebas...), que por momentos parece un western metaf¨ªsico aunque siempre avance de un modo rom¨¢ntico, y que s¨®lo en el ¨²ltimo tercio se vuelve ir¨®nico y est¨¦tico.

Hiperrealista y crepuscular, Slow West mantiene un imposible esp¨ªritu de conquista en un camino en el que ya nada se puede conquistar. Maclean, tambi¨¦n guionista, retrata a sus criaturas con la l¨ªrica de la derrota y, en la l¨ªnea del Tommy Lee Jones de The homesman (de estreno aqu¨ª en noviembre), con la l¨®gica de la pobreza, tanto f¨ªsica como espiritual. As¨ª, sus secundarios, m¨¢s que buscadores de oro en una tierra prometida, son inmigrantes muertos de hambre (escoceses, holandeses) que roban y matan simplemente para poder comerse un mendrugo de pan. Una dicotom¨ªa dominadora, la de los sue?os y la lucha, con la derrota como el mejor de los triunfos, que encuentra apoyo constante en la magn¨ªfica banda sonora de Jed Kurzel. Maclean, m¨²sico antes que cineasta, integrante de los portentosos The Beta Band, creador de la inmensa Dry the rain, ya puede morirse tranquilo. Como sus h¨¦roes.