Mario Vargas Llosa: ¡°No tengo talento natural. Me cuesta escribir¡±
El Nobel de Literatura ha terminado su ¨²ltima novela, 'Cinco esquinas', y se declara plet¨®rico en su nuevo momento vital. Eso s¨ª, reflexiona, la ¡°privacidad ha desaparecido¡±
Este es Mario Vargas Llosa de cuerpo entero, el escritor de ficciones y el hombre. En marzo cumple 80 a?os; su vida personal ha conocido una transformaci¨®n radical, que incluye una nueva relaci¨®n sentimental que ha dado m¨¢s que hablar de lo que ¨¦l hubiera imaginado nunca, y ahora anuncia su editorial, Alfaguara, que cuando el Nobel de Literatura peruano cumpla aquella edad saldr¨¢ a la calle en todo el mundo de habla espa?ola su ¨²ltimo libro, la novela Cinco esquinas. En esa obra, como en Conversaci¨®n en La Catedral o en La ciudad y los perros, Vargas Llosa regresa a su tierra, Per¨², el fundamento de su narrativa y el gran pesar y el gran gozo de su coraz¨®n y de su memoria. Esta entrevista versa sobre los temas capitales de su escritura, para qu¨¦ le ha servido y le sirve escribir, y sobre aspectos actuales de su vida personal. Se la concedi¨® a EL PA?S, el peri¨®dico en el que colabora desde hace a?os, el pasado domingo a mediod¨ªa en el apartamento en el que vive en Nueva York, donde da clases en la Universidad de Princeton. Antes y despu¨¦s de la conversaci¨®n, que aqu¨ª se transcribe tal como fue y enteramente, el personaje y la persona se juntan en un ejercicio extraordinario de memoria, de peque?os detalles, de historias que describe, oralmente, con la precisi¨®n que luego se conoce por la extrema eficacia narrativa, descriptiva, que hay en su obra completa. Por eso la primera pregunta va sobre su memoria.
PREGUNTA.??De d¨®nde le viene esa capacidad para recordar tantas cosas?
Respuesta.?No creas, recuerdo las cosas que tienen que ver con mi trabajo, las muy personales o familiares, y olvido much¨ªsimas m¨¢s de las que recuerdo, a todos nos pasa. S¨ª, me he dado cuenta de que recuerdo bastantes im¨¢genes, episodios que se convierten luego en materia prima para mi trabajo.
P.??C¨®mo funciona eso?
R.?De una manera totalmente inconsciente. Como todo el mundo, vivo toda clase de experiencias, pero hay algunas que la imaginaci¨®n rescata, preserva, y de pronto de esas im¨¢genes empieza a surgir una especie de fantaseo, pero sin yo darme cuenta. Hasta que de pronto me doy cuenta de que he estado trabajando inconscientemente en alguna peque?a historia, muy embri¨®n de historia, a partir de alg¨²n hecho vivido, o¨ªdo o le¨ªdo. Siempre me ha parecido muy misterioso ese comienzo de todas las cosas que he escrito, por qu¨¦ ciertos hechos tienen esa facultad de encender la imaginaci¨®n, poner en movimiento la fantas¨ªa. Seguramente es porque esas experiencias tocan alg¨²n centro vital muy importante, pero que est¨¢ hundido en el subconsciente. Nunca he sabido exactamente por qu¨¦ ciertas experiencias tienen esa facultad y por qu¨¦ tant¨ªsimas otras no.
P.??Qu¨¦ centro vital cree que es ese?
R.?No s¨¦, probablemente si lo supiera el mecanismo no funcionar¨ªa con esa naturalidad. Tiene que ver con algunos hechos clave que constituyen la personalidad, la fuente de lo que es la psicolog¨ªa de un personaje. Lo que s¨¦ es que siempre ha ocurrido as¨ª, siempre es algo vivido el punto de partida de la fantas¨ªa, de la imaginaci¨®n que est¨¢ detr¨¢s de las novelas, de las historias. De las obras de teatro tambi¨¦n. Creo que no de los ensayos; los ensayos son mucho m¨¢s racionados, eliges los temas sobre los que quieres escribir, pero en el caso de la ficci¨®n no eliges, los hechos eligen a la persona y le empujan en determinada direcci¨®n. Aunque a partir de entonces empieces a trabajar con una gran libertad, creo que el punto de partida no es libre, es algo que la realidad impone a trav¨¦s de la experiencia vivida.
P.?En su caso, la realidad tiene que ver muchas veces con su propia juventud o infancia, pero tambi¨¦n con la realidad peruana.
R.?S¨ª, s¨ª, los a?os de formaci¨®n de la personalidad son los a?os de la juventud, esos yo los viv¨ª en Per¨² y son los que m¨¢s me han marcado. Mis primeros 10 a?os los pas¨¦ en Bolivia, una ¨¦poca que yo recuerdo como totalmente feliz, y jam¨¢s se me ocurrir¨ªa contar una historia inspirada en unos hechos de esos a?os, tal vez porque fui feliz, porque viv¨ª sin ning¨²n tipo de traumas. Creo que las experiencias traum¨¢ticas son mucho m¨¢s fecundas para un escritor, por lo menos para un escritor moderno, que las experiencias felices. Las experiencias que para m¨ª son m¨¢s fecundas desde el punto de vista literario tienen que ver con conflictos, traumas, con momentos dif¨ªciles, con alg¨²n tipo de frustraci¨®n o desgarramiento; o tambi¨¦n de gran exaltaci¨®n. No son hechos convencionales, esos hechos que no dejan mayor huella en la memoria; son hechos m¨¢s bien conflictivos y muchas veces traum¨¢ticos.
P.??Ese es el caso de Cinco esquinas?
R.?El caso de Cinco esquinas es muy interesante; a diferencia de otras historias, no tengo muy claro c¨®mo se fue insinuando en m¨ª la idea de esa novela. Comenz¨® con una imagen m¨¢s bien er¨®tica de dos se?oras amigas que de pronto una noche, de una manera impensada para ambas, viven una situaci¨®n er¨®tica. Como era una imagen que me persegu¨ªa, empec¨¦ a escribirla, y ese fue el punto de partida. Luego se fue convirtiendo en una historia policial, casi en un thriller, y el thriller se fue transformando en una especie de mural de la sociedad peruana en los ¨²ltimos meses o semanas de la dictadura de Fujimori y Montesinos, en un momento en que el sistema que hab¨ªan construido comenzaba a descalabrarse por todas partes. Y en medio de una gran violencia, una violencia m¨²ltiple por el terrorismo; tambi¨¦n por la violencia de la represi¨®n policial y militar y el gran desconcierto, des¨¢nimo psicol¨®gico y pol¨ªtico colectivo e individual que viv¨ªa Per¨². Y eso es lo que ha resultado. Cinco Esquinas fue un barrio importante de Lima; en ¨¦l estaban las principales embajadas, la de Francia, Gran Breta?a y EE UU; un barrio que en la colonia hab¨ªa tenido una gran vitalidad, quiz¨¢ las principales iglesias coloniales de Lima est¨¢n en Cinco Esquinas. Luego decay¨® brutalmente, aunque a comienzos del siglo XX tuvo una especie de apogeo de otra ¨ªndole porque se convirti¨® en el barrio del criollismo, de la m¨²sica peruana, de los grandes guitarristas¡ Despu¨¦s continu¨® su decadencia hasta convertirse en un barrio muy peligroso, con mucho comercio de narcotraficantes y mucha delincuencia p¨²blica. Tanto que la ¨²ltima vez que estuve en Lima fui dos o tres veces a caminar por el barrio y a plena luz del d¨ªa me advirtieron que no deb¨ªa ir por all¨ª porque era muy peligroso, porque pod¨ªa ser asaltado, y que ah¨ª solo estaban seguros los del barrio. Me pareci¨® que en todo eso hab¨ªa como un s¨ªmbolo de la sociedad y de la problem¨¢tica peruana y me gust¨® la idea de que la historia se llamase Cinco esquinas como un barrio que de alguna manera es emblem¨¢tico de Lima, de Per¨² y tambi¨¦n de la ¨¦poca en la que est¨¢ situada la historia.
Nunca he tenido la exaltaci¨®n, las ilusiones que tengo hoy d¨ªa a una edad en la que no suele haber tantos entusiasmos¡±
P.?Per¨² nunca se disuelve en usted.
R.?No, no, las experiencias b¨¢sicas, que son las de la formaci¨®n de la personalidad, las viv¨ª en Per¨². Conoc¨ª Per¨² cuando ya ten¨ªa 10 a?os; antes hab¨ªa vivido en Bolivia y siempre con la idea de que Per¨² era mi pa¨ªs, mi patria. Y regres¨¦ a un pa¨ªs en el que en Piura me consideraban un extranjero porque hablaba como un chico boliviano y los compa?eros de colegio se burlaban de m¨ª, dec¨ªan que hablaba como los serranitos.
P.?Quienes han le¨ªdo Cinco esquinas dicen que tiene una fuerte carga er¨®tica y tambi¨¦n¡
R.??Pues s¨ª, s¨ª! Una de las caras de la historia es una relaci¨®n er¨®tica muy fuerte que seguramente es como un refugio. Cuando no puedes escapar de la realidad por otros medios, el erotismo es una manera de escapar de la realidad, de no vivir la realidad que rechazas. Pero si hay un tema en Cinco esquinas que permea, que impregna toda la historia, es el periodismo, el periodismo amarillo. Fue un caso muy interesante porque la dictadura de Fujimori, sobre todo con Montesinos, el hombre fuerte de la dictadura, utiliz¨® el periodismo amarillo, el periodismo de esc¨¢ndalo, como un arma pol¨ªtica para desprestigiar y aniquilar moralmente a todos sus adversarios. ?l contrataba periodistas, pagaba ¨®rganos de prensa para que aniquilaran moralmente a los adversarios y cr¨ªticos. Esto ensuci¨® terriblemente el periodismo, le dio al periodismo una dimensi¨®n canalla, vil. En ninguna de las experiencias dictatoriales que ha vivido Per¨² el periodismo se hab¨ªa convertido en un instrumento tan eficaz para acallar y liquidar a la oposici¨®n sin hacer pol¨ªtica aparentemente, simplemente descubriendo que los opositores eran escandalosos, ladrones, pervertidos¡ En fin, toda una serie de calumnias viles impregnaba a quien se atrev¨ªa a enfrentar y criticar al r¨¦gimen. Ese es uno de los temas centrales de la historia. Al mismo tiempo tambi¨¦n est¨¢ la otra cara, c¨®mo el periodismo, que puede ser algo vil y sucio, puede convertirse de pronto en un instrumento de liberaci¨®n, de defensa moral y c¨ªvica de una sociedad. Esas dos caras del periodismo, que no solo aparecen en Per¨², sino en todos los pa¨ªses y sociedades del mundo, son uno de los temas centrales de Cinco esquinas.
P.?Usted sufre ahora el embate del periodismo canalla.
R.?De la chismograf¨ªa period¨ªstica, s¨ª, s¨ª.
P.??C¨®mo se siente al respecto?
R.?Sab¨ªa que con esta nueva relaci¨®n habr¨ªa cierta repercusi¨®n de tipo period¨ªstico, pero nunca en la vida imagin¨¦ que tendr¨ªa esa repercusi¨®n continental, que hubiera semejante especulaci¨®n period¨ªstica en torno. Tanto para Isabel [Preysler] como para m¨ª ha sido muy, muy pesada en estos ¨²ltimos meses. Bueno, es una realidad de nuestro tiempo, me ha permitido conocer un poco mejor un oficio que es el m¨ªo tambi¨¦n. El periodismo ha sido central en mi vida, ha sido compa?ero de mi vocaci¨®n literaria desde que era pr¨¢cticamente un ni?o, porque empec¨¦ a hacer periodismo cuando estaba todav¨ªa en el colegio y nunca he dejado de hacerlo hasta hoy. Claro, yo he conocido sobre todo la mejor cara del periodismo. Ahora me ha tocado vivir la peor y comprobar que el periodismo como espect¨¢culo no solo est¨¢ presente en el periodismo especializado en el esc¨¢ndalo, en la chismograf¨ªa, sino que el periodismo m¨¢s serio se contamina tambi¨¦n por esa necesidad contempor¨¢nea de que el periodismo sea entretenido, divertido; que la misi¨®n primera ya no sea informar, sino entretener a los lectores, oyentes o espectadores. Creo que es una realidad de nuestro tiempo. Y sin darme cuenta esto ha ido impregnando mucho la historia que escrib¨ª, nunca hab¨ªa pensado que fuera una historia sobre el periodismo ni sobre esta deriva del periodismo moderno.
P.?El libro ha sido impregnado por la realidad que a usted mismo le ha ido sucediendo.
R.?Por la realidad vivida, s¨ª, s¨ª. No solamente en los aspectos negativos, tambi¨¦n en aspectos positivos de la experiencia que he vivido, aspectos sumamente exaltantes, rejuvenecedores, desde luego.
P.??Le ha herido todo esto?
R.??No, herido no! Me ha sorprendido mucho y me he visto muy desconcertado con esa trasgresi¨®n de la privacidad. Me mandaron los recortes de una revista en la que me hab¨ªan fotografiado cort¨¢ndome el pelo en una peluquer¨ªa, saliendo de este edificio al ir a caminar por las ma?anas. ?Jam¨¢s descubr¨ª que hab¨ªa un fot¨®grafo! Salgo a las seis de la ma?ana, y a esas horas ya hab¨ªa un fot¨®grafo que luego se meti¨® en la peluquer¨ªa donde me estaba cortando el pelo. Es sorprendente esa rama de periodismo que pr¨¢cticamente nada tiene que ver con el periodismo de informaci¨®n, de comentario, el periodismo que tiene la vocaci¨®n de defender o criticar ciertas cosas. No, no. Se trata de entrar a la privacidad por esa curiosidad malsana que la privacidad de las personas despierta en much¨ªsima gente, y quiz¨¢ en toda la gente, desde la m¨¢s culta hasta la m¨¢s inculta.
P.?Una privacidad de toda su familia.
R.?Han seguido absolutamente a toda la familia, todo el mundo ha tenido que pagar un poco cosas que hac¨ªa yo. Lo siento much¨ªsimo, pero no hab¨ªa manera de evitarlo, y creo que en la vida presente no hay manera de evitarlo. Una de las caracter¨ªsticas de la vida presente es que la privacidad ha desaparecido, ya no existe, hay una tecnolog¨ªa capaz de transgredir la privacidad a todos los niveles. Esto tiene efectos econ¨®micos, pol¨ªticos, culturales, pero una de las consecuencias es que lo que entend¨ªamos por privacidad, pura y simplemente, ya no existe.
P.?En cierto modo le ha venido al encuentro lo mismo que usted anunciaba en su libro La civilizaci¨®n del espect¨¢culo.
R.??Bueno, pues me toc¨® vivirla! Es un libro que escrib¨ª porque realmente creo que es un problema de nuestro tiempo, y de pronto ciertas circunstancias de mi vida privada han hecho que viviera desde dentro, desde el coraz¨®n mismo, La civilizaci¨®n del espect¨¢culo.
Escribir es un refugio extraordinario para encontrar la paz en momentos de desasosiego e incertidumbre¡±
P.??Le sirven los libros, la escritura, para ponerle serenidad a momentos as¨ª?
R.?S¨ª, mucho. Escribir es un refugio extraordinario para encontrar la paz, la calma en momentos de gran desasosiego, de incertidumbre. S¨ª, escribir, encerrarme en el mundo que estoy tratando de inventar me arranca de la problem¨¢tica personal y me hace vivir la fantas¨ªa. Mientras estoy escribiendo me siento invulnerable; cuando dejo escribir, las cosas cambian [risas]. Lo que no quisiera es darte una idea falsa y decirte que esta ¨¦poca para m¨ª ha sido desastrosa. Por una parte ha sido muy complicada y muy dif¨ªcil por much¨ªsimas razones, pero por otra ha sido una ¨¦poca maravillosa de mi vida y quisiera que quedara muy claro. Nunca he tenido la exaltaci¨®n, el entusiasmo, las ilusiones que tengo hoy d¨ªa a una edad en la que generalmente ya no hay tantos entusiasmos [risas].
P.?Dec¨ªa que a esta edad querr¨ªa estar con un gran dan¨¦s e invernar.
R.??Qui¨¦n iba a decir que iba a estar viviendo una gran pasi¨®n y organizando mi vida como si fuera a vivir eternamente!
P.?A lo mejor vive eternamente escribiendo.
R.?[Risas]. ?Ojal¨¢!
P.??C¨®mo le ha dejado la escritura de Cinco esquinas?
R.?Como todos los libros que he escrito, salvo quiz¨¢ La casa verde, donde creo que hay un engolosinamiento exagerado con la prosa, con el medio, con el instrumento. En todos mis libros la prosa ha tratado de ser funcional, estar al servicio de una historia y no la historia al servicio de una demostraci¨®n de tipo ret¨®rico. No. Salvo en La casa verde, quiz¨¢ ah¨ª s¨ª se pueda decir que la historia sirve tanto a la forma como la forma a la historia. En Cinco esquinas, como en las novelas anteriores, la prosa trata de ser invisible, de desaparecer detr¨¢s de la historia que cuenta para que sea la historia la que parezca vivir por s¨ª misma. El m¨¦todo flaubertiano, que ha sido siempre el m¨ªo. Pero ten¨ªa un problema que resolver: la diversidad que tiene la sociedad peruana; los peruanos de una clase social encumbrada, los de clase media y los de un medio popular no hablan exactamente de la misma manera, hay muchas diferencias y modismos. Hay una naturaleza del lenguaje que expresa clar¨ªsimamente esa situaci¨®n social, econ¨®mica o cultural, es algo que he tenido muy presente y al mismo tiempo he evitado mucho ser folcl¨®rico, que la manera de hablar fuera al final m¨¢s importante que el propio personaje, que se luciera ya desprendida del propio personaje. No, es algo con lo que siempre estuve en contra y creo que mi generaci¨®n ha sido una generaci¨®n de escritores que reaccion¨® much¨ªsimo contra eso, la explotaci¨®n del color local, contra esa especie de estript¨ªs ling¨¹¨ªstico que hac¨ªa toda la literatura criollista, localista. Ha sido un trabajo del lenguaje para que fuera lo m¨¢s invisible posible, pero que al mismo tiempo sirviera mucho para mostrar las diferencias sociales, econ¨®micas y culturales de una sociedad tan compleja y diversa como la peruana.
P.?La gente puede tener la tentaci¨®n de pensar que esa excursi¨®n er¨®tica que constituye tambi¨¦n la novela es una novedad. Evidentemente, no lo es, porque est¨¢n Los cuadernos de don Rigoberto, Elogio de la madrastra, Las aventuras de la ni?a mala¡
R.?Carmen Balcells, pobre, una amiga tan querida, fue una de las primeras en leer Cinco esquinas en manuscrito y me pregunt¨®: ¡°?Las escenas er¨®ticas las has escrito recientemente o las has escrito antes de¡?¡± [risas]. Le dije que esa era una pregunta insolente que no le iba a responder. [Risas].
P.?Ni ahora tampoco.
R.?[Risas]. No, tampoco.
P.?Pero es cierto que siempre tuvo el erotismo como una l¨ªnea. La ni?a mala, por ejemplo.
R.?Cuando estaba en segundo o tercer a?o de universidad trabaj¨¦ como ayudante de bibliotecario en el Club Nacional, el club de la oligarqu¨ªa peruana en esa ¨¦poca, y all¨ª descubr¨ª el erotismo literario en su rama francesa. Lo le¨ª porque hab¨ªa una colecci¨®n maravillosa de literatura er¨®tica francesa. En alg¨²n momento, un bibliotecario hab¨ªa adquirido entre otras cosas toda la colecci¨®n de los maestros del amor, que dirigi¨® Apollinaire, prologada por ¨¦l, con muchos libros anotados por ¨¦l. En esa ¨¦poca, igual que los grandes maestros del erotismo del siglo XVIII, yo llegu¨¦ a creer que el erotismo era la fuerza revolucionaria principal de una cultura, de una ¨¦poca, y que a trav¨¦s del erotismo se pod¨ªa transformar una sociedad tan profundamente como con una revoluci¨®n pol¨ªtica. Era una gran ingenuidad, pero siempre he cre¨ªdo que el erotismo de alguna manera expresa profundamente las limitaciones, las libertades, las represiones que vive una sociedad. S¨ª, el erotismo ha estado muy presente dentro de lo que es una literatura que ha tenido mucha fascinaci¨®n siempre por lo que es la lucha contra las represiones, los prejuicios, contra esa deformaci¨®n del ser humano por razones religiosas o ideol¨®gicas. S¨ª creo que la libertad se expresa tambi¨¦n en la cama, que la cama es donde se manifiesta el grado de libertad que existe, igual que el grado de represi¨®n, de limitaci¨®n de los instintos, de los deseos que expresa toda una sociedad.
P.?Va a cumplir 80 a?os.
R.?No me lo recuerdes, por favor. ?Si eres mi amigo, no s¨¦ por qu¨¦ me lo recuerdas! [risas].
P.?S¨ª es interesante constatar que no ha dejado de trabajar nunca.
R.??Ni voy a parar, ni voy a parar!
P.??Recuerda que haya habido alg¨²n momento de baj¨®n en su vida, una interrupci¨®n?
R.?S¨ª, ha habido momentos de gran depresi¨®n que he superado r¨¢pidamente y en gran parte gracias a mi vocaci¨®n. Mi vocaci¨®n es la gran defensa que yo he tenido contra la desmoralizaci¨®n, la depresi¨®n. Hace poco he visto en Nueva York la magn¨ªfica exposici¨®n sobre Hemingway. Es impresionante comprobar c¨®mo por un lado existe la cara p¨²blica de este personaje, un aventurero, boxeaba, cazaba, pescaba, corr¨ªa toda clase de riesgos, daba la impresi¨®n de ser un hombre que viv¨ªa la vida en toda su riqueza. Y en realidad te das cuenta de que era una fachada, que detr¨¢s de eso hab¨ªa un hombre desgarrado, con depresiones, desmoralizaciones, que buscaba en el alcohol una especie de salvaci¨®n que no consegu¨ªa, que la lucha contra la impotencia, contra la falta de memoria, fue un drama de los ¨²ltimos 10 a?os de su vida y que, al final, acaba mat¨¢ndose derrotado por esos demonios de los que nunca pudo liberarse. En un momento dado, la literatura ya no le sirve, ya no lo defiende, ya no lo redime. Yo espero que en mi caso nunca llegue ese momento. Al mismo tiempo uno tiene que aceptar la muerte, no tiene sentido rebelarse contra lo irremediable, pero es muy importante llegar vivo hasta el final, no morirse en vida, es el espect¨¢culo m¨¢s triste que puede dar un ser humano, perder las ilusiones, convertirse en un ser pasivo. Hay much¨ªsimos casos y no solo de escritores, pero es el espect¨¢culo que siempre me ha parecido m¨¢s lamentable. A m¨ª me gustar¨ªa llegar vivo hasta el final. Recuerdo la madrugada en la que me dijeron que me hab¨ªan dado el Premio Nobel de Literatura porque inmediatamente pens¨¦: ¡°No voy a dejar que este premio me convierta en una estatua, en una especie de figura de cart¨®n piedra, voy a seguir vivo hasta el final actuando y escribiendo con la misma libertad con la que escrib¨ªa antes de recibirlo¡±. Existe la idea de que el Premio Nobel te convierte en una estatua y de que te mueres en vida, ?pues no!, no ha ocurrido y espero que no ocurra. Y espero que la muerte llegue como una especie de accidente¡
P.?Como dec¨ªa Alberti, mientras est¨¢ conversando.
R.?Eso es. Me parece la forma ideal de morir, con una vida que hasta el final haya sido una vida intensa, espl¨¦ndida.
P.?En 1990 tuvo un incidente p¨²blico importante, perdi¨® las elecciones en Per¨². Entonces hizo unas declaraciones en la revista Paris Review que siempre me llamaron la atenci¨®n: ¡°Me niego a admitir la posibilidad de que ya he dejado atr¨¢s mis mejores a?os y no lo admitir¨¦ ni aunque me viera enfrentado a las evidencias¡±. El periodista luego le pregunta por qu¨¦ escribe y usted contesta: ¡°Escribo porque soy desdichado. Escribo porque es una manera de combatir la desdicha¡±.
R.?Es una gran injusticia decir que soy desdichado, la vida ha sido muy generosa conmigo, me ha dado cosas maravillosas como, por ejemplo, poder dedicarme a escribir, poder dedicar mi vida a lo que me gusta, lo mejor que le puede pasar a una persona. He tenido much¨ªsimas experiencias maravillosas. No soy desdichado, lo que ocurre es que nadie que no sea un tonto es feliz siempre, es imposible ser feliz siempre, pero creo que he vivido m¨¢s momentos de felicidad que momentos de dolor y de sufrimiento, sin ninguna duda. Creo que estoy llegando a los 80 a?os en un estado realmente maravilloso de vida, de vitalidad, abierto al mundo, viviendo experiencias riqu¨ªsimas que me rejuvenecen y que, sobre todo, me dan una gran fuerza para hacer proyectos como si no hubiera l¨ªmites. Es lo mejor que le puede ocurrir a una persona.
No podr¨ªa juzgar mi obra en comparaci¨®n con otros. Mi obra es lo que yo soy y yo no s¨¦ exactamente c¨®mo soy¡±
P.?A medida que ha pasado el tiempo, sus libros han ido siendo m¨¢s luminosos y m¨¢s aventureros, tanto los de ficci¨®n como los de no ficci¨®n.
R.?Quiz¨¢ puedo vivir ahora m¨¢s aventuras con la imaginaci¨®n, con la fantas¨ªa que en la realidad. Tengo ciertas limitaciones que impone la edad, pero la verdad es que, a pesar de ello, procuro tambi¨¦n no quedarme inm¨®vil ni intelectual ni f¨ªsicamente, es importante moverse, siempre me estoy moviendo y voy a seguir movi¨¦ndome mientras pueda.
P.?Quer¨ªa decir que en La ciudad y los perros, en La casa verde y sobre todo en Conversaci¨®n en La Catedral, Mario Vargas Llosa analiza o mira la realidad con cierta melancol¨ªa, como se dice al principio de Conversaci¨®n en La Catedral. Y en esos libros hay como una lucha del autor por narrar por qu¨¦ no le gusta la realidad que ve. Sin embargo, luego ha estado en la Amazon¨ªa, en Congo, ha buscado a Paul Gauguin, ha buscado en la aventura de otros tambi¨¦n la aventura propia.
R.?S¨ª, eso es muy exacto, he buscado en la aventura de otros la aventura propia, experiencias que desde luego me hubiera gustado vivir. Muchos de los personajes hist¨®ricos que aparecen en mis novelas son personajes que de alguna manera me habr¨ªa gustado encarnar, no solo buenos, sino malos personajes tambi¨¦n en lo que representa vivir un poco en los l¨ªmites, m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites, rompiendo los l¨ªmites. Es un tipo de personaje que siempre me ha fascinado en la literatura y desde luego en mis propios personajes hay un eco de esa actitud. Pero la gran aventura de mi vida ha sido la literatura, sin ninguna duda, no solo lo que he escrito, sino lo que he le¨ªdo. La lectura, experiencia fundamental para m¨ª, me ha hecho vivir de una manera maravillosa, y por eso veo con cierta angustia la posibilidad de que la lectura pudiera ir, no desapareciendo, pero s¨ª empobreci¨¦ndose cada vez m¨¢s, llegando a menos gente. La lectura ha sido una fuente tan rica de goce, de placer, justamente de vivir las vidas intensas de la aventura, que se cegar¨ªa una fuente fundamental de la vida si la lectura pasara a ser en el futuro una actividad de minor¨ªas, de catacumbas.
P.?Aquellos libros primitivos tan densos y preocupados por la realidad, sobre todo Conversaci¨®n en La Catedral, La casa verde o La ciudad y los perros, ?c¨®mo le dejaron como ser humano?, ?c¨®mo le hicieron como persona?
R.?Son libros que me hicieron madurar mucho, entender mejor el mundo en el que viv¨ªa. Esa es una de las funciones que tiene la literatura; la que escribes y la que lees te sit¨²a mucho mejor en el mundo, no digo que te d¨¦ seguridades porque a veces te da muchas incertidumbres, pero creo que entiendo mucho mejor el mundo gracias a aquello que he le¨ªdo y a aquello que he escrito que antes de que leyera o escribiera ciertas cosas. Te da una cierta perspectiva sobre la realidad, sobre la experiencia humana; tambi¨¦n sobre la vida pol¨ªtica y la sociedad que no necesariamente se traduce en conformismo, pero s¨ª en una comprensi¨®n mayor, m¨¢s cabal. Y quiz¨¢ una menor intransigencia que la que tienes cuando eres joven frente a esa cosa compleja, diversa, que son las relaciones humanas. Espero que tambi¨¦n se haya reflejado en lo que escribo, es desde luego una actitud m¨ªa frente a la vida, soy menos intolerante que cuando era joven, quiz¨¢ porque veo que las cosas son menos terribles desde el punto de vista social y pol¨ªtico en mi propio pa¨ªs, en Am¨¦rica Latina, de lo que eran cuando yo era joven. Cuando era joven ten¨ªa la sensaci¨®n de que no hab¨ªa salida y esa desesperaci¨®n est¨¢ muy presente en La ciudad y los perros; quiz¨¢ en Conversaci¨®n en La Catedral tambi¨¦n hay un pesimismo muy profundo que ya no tengo ahora. Cuando sal¨ª de Per¨², en 1958, s¨ª lo ten¨ªa, quer¨ªa escapar como de una especie de c¨¢rcel perpetua de la que si no sal¨ªa, jam¨¢s iba a ser un escritor, jam¨¢s iba a tener la posibilidad de la felicidad. Esa actitud no la tengo ahora, ha habido y hay un progreso en Per¨² y en Am¨¦rica Latina, estamos muy lejos de alcanzar lo ideal, por supuesto, pero sin ninguna duda ha habido un progreso, y creo que en el mundo tambi¨¦n.
P.?En El pez en el agua se advierte esa melancol¨ªa cuya escritura coincide con el momento en el que intentas ir a Per¨² y sin embargo¡
R.?¡porque El pez en el agua es un libro testimonio de un fracaso. Hubo una oportunidad, una movilizaci¨®n de much¨ªsima gente para hacer un gran esfuerzo de modernizaci¨®n del pa¨ªs, y fracasamos. Fracasamos en una campa?a electoral, pero eso no quiere decir nada, a la larga Per¨² ha avanzado. Muchas de las ideas que defendimos quienes nos embarcamos en esa aventura del Movimiento Libertad y el Frente Democr¨¢tico han prosperado, si no exactamente como nosotros lo proyectamos, s¨ª poco a poco, han ido siendo aceptadas por la propia sociedad, la sociedad se ha movido en esa direcci¨®n y ha habido progresos indiscutibles, en Per¨² se vive mucho mejor hoy que en la ¨¦poca de la dictadura. Lo que ocurre en Per¨² ocurre en la mayor parte de los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina, sin enga?arse respecto a los enormes problemas, pero es preferible tener Gobiernos democr¨¢ticos, aunque sean corruptos, que dictaduras, que son tambi¨¦n siempre corruptas y adem¨¢s m¨¢s brutales y sanguinarias. Es preferible ir avanzando poco a poco y renunciar a la idea de la utop¨ªa social si la utop¨ªa social solo nos ha tra¨ªdo guerras civiles, represiones brutales y Gobiernos dictatoriales. En todos esos sentidos hay un progreso en Am¨¦rica Latina y en el mundo, aunque han surgido enormes desaf¨ªos, enormes problemas. Eso es la vida, la vida va a ser siempre eso y no va a cambiar. Y tenemos tambi¨¦n la literatura, que creo que es la mejor manera de mantener viva la esperanza, el esp¨ªritu cr¨ªtico, y un refugio maravilloso para cuando nos sentimos solos, deprimidos, desmoralizados, derrotados. La literatura nos redime, nos salva. Hay que defenderla para que no desaparezca.
P.?En muchos textos suyos se advierte una actitud bastante flaubertiana, referida a su falta de talento, seg¨²n usted, que ha tenido que luchar para hacer¡
R. Es una m¨¢s de las cosas que yo le debo a Flaubert, el haber demostrado que si no ten¨ªas un talento natural, que si no nac¨ªas genio, pod¨ªas llegar a ser un buen escritor a base de perseverancia, de terquedad y de esfuerzo. Es la gran lecci¨®n de Madame Bovary, una novela escrita por un hombre que al mismo tiempo que escribe va conquistando y construyendo mil¨ªmetro a mil¨ªmetro su genio, con un esfuerzo gigantesco a base de voluntad, de terquedad, de trabajo. Esa es la gran ense?anza. Era un gran pesimista, un esc¨¦ptico terrible, pero nos demostr¨® que el genio se pod¨ªa construir si no lo ten¨ªas. Una lecci¨®n absolutamente fundamental para m¨ª.
P.?Lo cierto es que los primeros libros grandes tambi¨¦n parecen un ejercicio de estilo para demostrarse a usted mismo que lo puede hacer.
R.?Un esfuerzo enorme. Siempre tengo la idea de la novela total, la novela como una obra de arte en la que la cantidad es un factor esencial de la calidad, y que mientras m¨¢s niveles de realidad se expresan en una novela, mayor es la posibilidad de que la novela sea mejor. S¨ª, he trabajado much¨ªsimo y creo que est¨¢ muy presente a lo largo de todo lo que he escrito, pero en literatura no hay reglas fijas y las excepciones son tan importantes como las reglas. Puede haber una peque?a obra que simplemente muestre un fragmento m¨ªnimo de realidad y que la muestre con tanto talento, con tanta belleza e intensidad que esa obra sea una gran obra. La metamorfosis es un libro absolutamente genial, o El viejo y el mar, y son peque?as historias, pero que tienen esa capacidad de simbolizar la condici¨®n humana, aquello que de mejor hay en el ser humano. O tambi¨¦n lo peor. S¨ª creo que la novela total es un ideal, pero de ninguna manera el ¨²nico ideal en literatura, hay peque?as obras maestras que lo son.
P.??De veras a estas alturas sigue creyendo que no tiene talento?
R.?No tengo talento natural, me cuesta trabajo escribir, cada vez me cuesta m¨¢s, supongo que porque el sentido autocr¨ªtico se ha agudizado con los a?os y la pr¨¢ctica, pero me cuesta un trabajo enorme. El practicar tantos a?os la literatura no me ha dado m¨¢s facilidad, m¨¢s seguridad, en absoluto; cuando comienzo una historia tengo la misma inseguridad, esa especie de indefensi¨®n que sent¨ªa cuando escrib¨ªa mis primeros textos. Eso no ha cambiado, felizmente, porque creo que ese esfuerzo te exige una convicci¨®n, una pasi¨®n que ojal¨¢ nunca se me acabe. Para m¨ª nunca ha sido algo mec¨¢nico escribir, ni siquiera un texto peque?o ni los art¨ªculos que escribo, siempre me vuelco de una manera ¨ªntegra, total, en lo que trabajo.
P.?En algunas de sus declaraciones y en textos escritos por usted hay una competencia entre dos grandes libros suyos, Conversaci¨®n en La Catedral y La guerra del fin del mundo. A veces parece que entre los libros suyos que no quemar¨ªa estar¨ªa Conversaci¨®n en La catedral y otras veces La guerra del fin del mundo.
R.?Son de los que m¨¢s trabajo me ha costado escribir, muy dif¨ªciles de escribir por distintas razones, por la historia, por d¨®nde estaban situadas, por el contenido hist¨®rico, me han costado un esfuerzo enorme. Es muy dif¨ªcil para un escritor decir qu¨¦ libro de los suyos salvar¨ªa porque todos han representado un periodo de vida, de dedicaci¨®n, de entrega y de ilusiones, es como pedirle a alguien que elija entre sus hijos a qui¨¦n salvar¨ªa o matar¨ªa. No puedes decidirlo con objetividad, es imposible; cuando cito esos libros es simplemente por el esfuerzo que me costaron y el tiempo que les dediqu¨¦, lo que no quiere decir que sean los mejores que he escrito, no necesariamente.
P.??Ser¨ªa leg¨ªtimo pensar que el tiempo tanto como la realidad han afectado a esos libros?
R.?Cuando sale, Conversaci¨®n en La Catedral tiene muy pocos lectores, es la realidad; algunos cr¨ªticos lo elogian, pero muchos no, piensan que es excesivamente oscuro, dif¨ªcil, que plantea demasiado esfuerzo al lector. Sin embargo, la alegr¨ªa que a m¨ª me ha dado es que ha sido un libro que ha ido conquistando lectores poco a poco y que es una novela que est¨¢ viva porque siempre se reedita, incluso los cr¨ªticos tienen ya una opini¨®n favorable. Me alegro mucho, sin ninguna duda es uno de los libros que m¨¢s trabajo me cost¨® escribir y en el que estuve trabajando al principio como a ciegas, sin saber c¨®mo iba a poder integrar toda esa materia anecd¨®tica que ten¨ªa. Por eso digo que si tengo que quedarme con uno, quiz¨¢ me quedar¨ªa con ¨¦l.
P.?Podr¨ªamos pensar que es un libro heredero de ese momento literario que hay alrededor de su escritura.
R.?Seguramente, los libros te reflejan tambi¨¦n la ¨¦poca en que se escriben. Hay un momento de idolatr¨ªas en Am¨¦rica Latina, la de los escritores latinoamericanos con las formas, precisamente para distinguirse de los escritores anteriores que desde?aban tanto la forma y pensaban que era el tema lo que determinaba el ¨¦xito o fracaso de una historia. Mi generaci¨®n descubre que no, que es la forma lo que determina el ¨¦xito o fracaso de una historia. Ese engolosinamiento con la forma, con el lenguaje, con la estructura, la organizaci¨®n del tiempo de una historia, se refleja mucho en La casa verde. De ninguna manera rechazo esa novela, pero es una novela en la que creo que la forma es un personaje, un tema de la historia, y es el ¨²nico caso entre todas las cosas que he escrito del que se pueda decir eso.
Nunca imagin¨¦ que esta nueva relaci¨®n tendr¨ªa esa repercusi¨®n. Me ha permitido conocer mejor un oficio que es el m¨ªo¡±
P.??Cree que uno no sale indemne de una gran novela? Una frase que no s¨¦ si es suya o de Hemingway.
R.?No s¨¦ si es m¨ªa, ojal¨¢ lo fuera, me parece muy bonita, es la pura verdad. Creo que uno no sale indemne de una novela. Leer El Quijote, Los miserables, Guerra y paz, Madame Bovary te transforma¡ Han sido experiencias absolutamente fundamentales. Antes seguramente haber le¨ªdo La condici¨®n humana, de Malraux, un libro que creo est¨¢ muy injustamente descuidado, considerado m¨¢s bien menor, creo que es una de las grandes novelas del siglo XX, la he le¨ªdo varias veces. Y no solo novelas, he le¨ªdo libros de cr¨ªtica; ensayos como La estaci¨®n de Finlandia, de Edmund Wilson, lo he le¨ªdo dos o tres veces y creo que me ha marcado enormemente por la extraordinaria vitalidad que tiene. Es un ensayo sobre c¨®mo nace la idea socialista, en qu¨¦ se transforma, qu¨¦ fen¨®menos sociales y culturales genera. Es un libro en el que las ideas son como personajes, seres de carne y hueso que viven aventuras, tienen efectos sociales, pol¨ªticos, maravillosamente escrito. Me ha marcado mucho. Tambi¨¦n ciertos ensayos de Bataille, como La literatura y el mal, un libro que le¨ª en estado de trance porque me revel¨® un aspecto de la literatura que yo creo que existe y que Bataille vio maravillosamente: que en la literatura se expresa algo que solo se puede expresar en la literatura. ?l dec¨ªa que esos fondos reprimidos que permiten la vida en sociedad, todo aquello que si tuviera derecho de ciudad provocar¨ªa hecatombes, cat¨¢strofes, har¨ªa que nos mat¨¢ramos todos, ciertos instintos, deseos que est¨¢n ah¨ª y no podemos erradicar sumidos en el fondo de nuestra personalidad, encuentran en la literatura un camino privilegiado para expresarse. Me pareci¨® tan absolutamente exacto que estoy seguro de que ese ensayo me ha enriquecido, se debe expresar en lo que escribo aunque yo mismo no sea consciente de c¨®mo.
P.?Durante sus primeros escritos sobre sus influencias literarias ha ido nombrando siempre a los mismos, Faulkner, John Dos Passos¡
R.?¡ser¨ªa muy injusto que no los nombrara.
P.?Quiero decir que ha sido muy consistente, incluso Sartre, al que abandon¨®, pero que sigue estando ah¨ª. ?Se ha diluido ya toda esa influencia y ahora hay un estilo Vargas Llosa? ?Se siente el titular de un estilo?
R.?No, en absoluto, y si lo tuviera, no podr¨ªa darme cuenta de en qu¨¦ consiste. Borges dice que cuando te miras en el espejo no sabes c¨®mo es tu cara. Es muy exacto, cuando escribes no sabes c¨®mo escribes, lo sienten los lectores, los cr¨ªticos, pueden establecer diferencias, similitudes, pero uno mismo es totalmente incapaz de hacerlo. No podr¨ªa juzgar mi obra en comparaci¨®n con otros, no tengo distancia con mi obra, mi obra es lo que yo soy y yo no s¨¦ exactamente c¨®mo soy.
P.??Cree que ya ha hecho lo que ten¨ªa que hacer?
R.?No. Todav¨ªa no, y espero seguir haci¨¦ndolo [risas], espero que mi mejor libro sea el pr¨®ximo que escriba, que no est¨¦ atr¨¢s, sino por delante, que sea un desaf¨ªo y que la muerte me pesque escribiendo mi mejor libro. Ese es mi gran sue?o.
P.?Ha escrito un libro fundamental, El pez en el agua. Las dos situaciones que describe en ese libro, su juventud y su aspiraci¨®n a ser presidente de Per¨², terminan de la misma manera, en un viaje a Par¨ªs. Ahora ha cambiado de vida, ha terminado un libro, ha muerto una de sus grandes amigas, Carmen Balcells¡
R.?¡ y no solamente amiga, una persona que ha sido fundamental en mi trabajo y en mi vocaci¨®n. Ha sido fundamental en la vida cultural y literaria de mi lengua, de Espa?a y de Am¨¦rica Latina, y a la que estoy seguro de que en un futuro tendremos que rendirle muchos homenajes.
P.?Termino. ?Siente como que est¨¢ en medio o a punto de uno de esos viajes que narraba en El pez en el agua?
R.Pues estoy viajando, creo que el viaje ya lo he emprendido, lo estoy haciendo, mi vida privada ha sufrido una especie de transformaci¨®n muy profunda, soy inmensamente feliz porque es una experiencia que me ha enriquecido extraordinariamente y lo ¨²nico que lamento es que la felicidad se consiga muchas veces causando infelicidad a tu alrededor. Desde luego que eso lo lamento much¨ªsimo, pero me siento muy ilusionado, realmente muy rejuvenecido, y tengo mucha esperanza de que en el futuro esto tenga un efecto no solo en mi vida privada, sino tambi¨¦n, y fundamentalmente, en mi trabajo de escritor.
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