¡®NN¡¯, las secuelas de 20 a?os de violencia en Per¨²
El director H¨¦ctor G¨¢lvez relata el drama de los desaparecidos en el fuego cruzado entre la guerrilla de Sendero Luminoso y el Ej¨¦rcito
Los a?os de la violencia en Per¨² (1980-2000), causada por el terrorismo de Sendero Luminoso y las operaciones antisubversivas de las Fuerzas Armadas, dejaron m¨¢s de 69.000 muertos y casi 16.000 desaparecidos. Pero sus secuelas, su recuerdo y, sobre todo, la lucha de sus familiares por recuperar los restos de los seres queridos siguen presentes. Este es el punto de partida de NN, Sin identidad, la pel¨ªcula del director peruano H¨¦ctor G¨¢lvez, que retrata el drama y la complejidad forense de asociar un nombre a los huesos humanos y prendas enterradas durante los a?os del plomo en Per¨².
NN, del lat¨ªn Nomen nescio (literalmente, ¡°desconozco el nombre¡±) ha sido seleccionada por The Hollywood Reporter entre sus 10 pel¨ªculas preferidas de las 81 que competir¨¢n en diciembre por lograr la candidatura al Oscar en lengua extranjera (¡°una historia cautivadora de un pasado que resurge¡±, ha dicho la revista) y ha recibido un espaldarazo del m¨¢s prestigioso cr¨ªtico de cine de Per¨², Ricardo Bedoya. El filme, galardonado con el premio al Mejor Director en el Festival de Cine de Cartagena de Indias 2015, ha participado tambi¨¦n en los festivales de Roma, Rotterdam, Palm Springs y se ha convertido en un ¨¦xito en los cines peruanos, donde lleva seis semanas de exhibici¨®n, un hecho in¨¦dito en el pa¨ªs, con m¨¢s de 15.000 espectadores.
¡°Para ser un estreno peque?o, iniciamos solo con cinco salas (en Lima) y la recepci¨®n en cuanto a p¨²blico y cr¨ªtica ha sido buena. Sab¨ªamos que era una pel¨ªcula -si se quiere llamarlo- exigente y por eso nos alegra y sorprende la acogida. Por lo que leo en la p¨¢gina de Facebook de NN, a mucha gente le gusta la sobriedad y respeto con el que se ha tomado el tema¡±, comenta el director y guionista a EL PA?S.
En la pel¨ªcula, basada en un hecho real, Fidel (Paul Vega) es un forense, un personaje inspirado en Jos¨¦ Pablo Bar¨¢ybar, fundador del Equipo Peruano de Antropolog¨ªa Forense (EPAF). Cuando recibe un cuerpo del que no se saben m¨¢s datos (de ah¨ª el NN) que la fotograf¨ªa de una joven que aparece escondida entre sus ropas, Fidel decide, contra todo riesgo, ayudar a una mujer a averiguar si puede tratarse de su marido, desaparecido hace a?os. En una de las escenas que retratan el trato del Estado a las v¨ªctimas, un bur¨®crata dispone trasladar las cajas del s¨®tano a la azotea del edificio en el centro de Lima, Fidel aplasta el?masking tape envejecido de una caja deforme y mal cerrada que un operario carga en el ascensor. D¨ªas despu¨¦s, las ver¨¢ tiradas como bultos tapados con pl¨¢stico, a la intemperie, al lado de monitores inservibles de computadoras y alguna pantalla de televisi¨®n de bulbos.
La proyecci¨®n de la pel¨ªcula ha coincidido con una campa?a de familiares de v¨ªctimas de la violencia, llamada ¡®Re¨²ne¡¯, que pide al Gobierno aprobar la ley de b¨²squeda de desaparecidos para que el Ministerio P¨²blico realice exhumaciones humanitarias, no para se?alar a los responsables de las muertes, sino para identificar los restos y entregarlos a sus familias. La campa?a ha logrado m¨¢s de 15.000 firmas de ciudadanos que respaldan el petitorio de la ley y sus promotores -parientes de desaparecidos- asistieron a un preestreno de NN. El director del largometraje ha se?alado al diario Per¨²21 que le gusta que la pel¨ªcula se enmarque en dicha iniciativa. ¡°Me gustar¨ªa que trascienda m¨¢s all¨¢ del medio cinematogr¨¢fico¡±, coment¨®.
G¨¢lvez, quien dirigi¨® anteriormente el filme Para¨ªso ¨Cun cl¨¢sico del cine peruano, a decir de Bedoya¨C ha optado por una puesta en escena con econom¨ªa de drama y di¨¢logos cortos, especialmente cuando interviene Fidel, un hombre con dificultad para dormir, al igual que sus compa?eros de equipo varones. La parquedad de la narraci¨®n, sin referencias evidentes al caso peruano, hace la historia extrapolable a otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y del resto del planeta que siguen con la espina clavada de los desaparecidos, de los casos sin resolver, de las preguntas sin respuesta y de un Estado que no puede o no quiere abrir miles de fosas y entregar los restos a los familiares.
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