Una borrachera de arte
Una limpiadora de un museo italiano env¨ªa a la basura una instalaci¨®n que confundi¨® con los restos de una fiesta
Le ordenaron que limpiara la planta baja del museo, y eso fue, exactamente, lo que ella hizo, recoger toda aquella inmundicia ¡ªbotellas vac¨ªas de champ¨¢n tiradas por el suelo, cajetillas de tabaco, confeti pisoteado y hasta una de esas viejas bolas de espejos¡ª y dejar aquella sala espaciosa del Museion, el museo de arte moderno de Bolzano, como los chorros del oro. El disgusto lleg¨® despu¨¦s.
Cuando, al d¨ªa siguiente bien temprano, los responsables del museo se percataron de que la instalaci¨®n ?D¨®nde vamos a bailar esta noche?, de Sara Goldschmied y Eleonora Chiari, hab¨ªa quedado reducida a dos grandes bolsas de basura. Lo que para las artistas radicadas en Mil¨¢n era ¡°una met¨¢fora de la d¨¦cada de los ochenta, el fin de la fiesta del consumismo y la especulaci¨®n financiera¡±, para ¡°la nueva chica de la limpieza¡± ¡ªseg¨²n definici¨®n del propio museo¡ª solo era una monta?a de porquer¨ªa.
¡°Hay quien ha llegado a pensar que se trataba de una broma o de una estrategia publicitaria, pero no, aunque parezca mentira, sucedi¨® realmente el pasado s¨¢bado¡±, asegura Caterina Longo, la portavoz del Museion. ¡°El viernes d¨ªa 23¡±, explica Longo, ¡°se hab¨ªa presentado un libro en la planta baja y por eso se le pidi¨® a esta se?ora, que pertenece a una empresa de limpieza ajena al museo y que adem¨¢s lleva poco tiempo trabajando aqu¨ª, que limpiara esa estancia¡±. Pero tal vez las instrucciones no fueron muy precisas, o quiz¨¢s la se?ora se hizo un l¨ªo ¡ª¡°dej¨¦moslo en el t¨¦rmino medio¡±, contemporiza la responsable del museo¡ª, el caso es que la instalaci¨®n art¨ªstica sucumbi¨® bajo el empuje de escobas y fregonas.
¡°En un primer momento¡±, reconoce Caterina Longo, ¡°las artistas se llevaron un gran disgusto, pero el lunes se pusieron manos a la obra con nosotros para reconstruir la obra¡±. O, seg¨²n el color del cristal por el que se mira, para volver a dejarlo todo hecho una pena. Porque ¡ªal mal tiempo buena cara¡ª, los responsables del museo de arte moderno demostraron una habilidad muy italiana para aprovechar en su propio beneficio aquel fiasco.
¡°Hay que tener en cuenta¡±, razona Letizia Ragaglia, la directora del Museion, ¡°que este no es el primer caso en el arte contempor¨¢neo. Y por tanto hemos aprovechado para suscitar un gran debate tanto en la prensa como en la sociedad. Ello demuestra cu¨¢nto inter¨¦s, y tambi¨¦n cu¨¢nta irritaci¨®n, puede provocar el arte contempor¨¢neo¡±. Y concluye: ¡°Consideramos que nuestro deber fundamental es mantener vivo este di¨¢logo¡±.
Otros casos
Un di¨¢logo, por cierto, construido a base de disgustos, para el mundo del arte y tambi¨¦n para el gremio de la limpieza. Hace ahora cuatro a?os, en Alemania, una limpiadora del museo Ostwall de Dortmund estrope¨® una obra valorada en 800.000 euros porque pensaba que estaba sucia. Y no solo. En su p¨¢gina de Facebook, el propio Museion se encarga de recordar que ellos no son los ¨²nicos: ¡°Ha habido ilustres precedentes, como con la ba?era de Joseph Beuys o la puerta de Duchamp¡±.
La obra de Beuys a la cual se refiere el museo estaba en 1986 en la Academia de Buen Arte de D¨¹sseldorf. Era una ba?era sucia con una capa de grasa en los bordes. Lo que el empleado de la limpieza hizo fue dejarla como una patena.
La instalaci¨®n ?D¨®nde vamos a bailar esta noche?, en cualquier caso, ya ha sido reconstruida por Goldschmied & Chiari, la marca bajo la que trabajan desde 2001 Sara Goldschmied (1975) y Eleonora Chiari (1971). Utilizan diferentes medios de expresi¨®n como fotograf¨ªa, v¨ªdeo, instalaciones y han firmado numerosas exposiciones en Italia y en el extranjero. Destaca su participaci¨®n en la Bienal de Venecia 2009. Pero aunque en el 2012 ganaron el premio del museo de arte contempor¨¢neo Castello di Rivoli a mejores artistas j¨®venes italianas, nunca hasta ahora sus obras hab¨ªan tenido tal repercusi¨®n internacional.[/TEX]
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.