De taxista a magnate comprador de ¡®modiglianis¡¯

A pesar de que no lo parezca, Liu Yiqian tiene gustos caros. La barba de tres d¨ªas y la descolorida camisa con la que suele aparecer en p¨²blico camuflan bien a este multimillonario de Shangh¨¢i, pero la careta se le cae en cuanto una obra de arte que le interesa aparece en el estrado de una subasta. La ¨²ltima ha sido el ¨®leo ¡®Desnudo acostado¡¯, firmado por el pintor italiano Amedeo Modigliani, y el lunes tuvo que desembolsar 170,4 millones de d¨®lares (158 millones de euros) para hacerse con ¨¦l durante una subasta de Christie¡¯s en Nueva York. Media docena de coleccionistas pujaron al tel¨¦fono en una noche loca que acab¨® con Liu cantando victoria tras haber abonado la segunda suma m¨¢s abultada jam¨¢s pagada por un cuadro. Solo ¡®Las mujeres de Argel¡¯, de Picasso, ha sido m¨¢s cotizado en una subasta.

La obra de Modigliani se podr¨¢ admirar pronto en la capital econ¨®mica de China, pero para hacerlo no har¨¢ falta pedir audiencia a Liu en su residencia privada. Porque el coleccionista ha afirmado que su intenci¨®n es exponerla en uno de los dos coquetos museos que ha fundado en Shangh¨¢i junto a su mujer, Wang Wei. ¡°Esta es una magn¨ªfica oportunidad para hacernos con una obra maestra de nivel mundial y lograr que nuestro museo entre en una nueva era¡±, coment¨® ayer al diario The Wall Street Journal. Y es tambi¨¦n la culminaci¨®n de una trepidante carrera que ejemplifica a la perfecci¨®n la idiosincrasia del nuevo coleccionista chino que sacude el mercado del arte.

No en vano, la de Liu es una historia que se repite a menudo entre los multimillonarios del gigante asi¨¢tico. Como suele recordar siempre que tiene ocasi¨®n, naci¨® en 1963, poco antes de que comenzase la nefasta Revoluci¨®n Cultural, y a los 14 a?os abandon¨® la escuela para dedicarse con su familia a la venta de bolsos. ¡°Vosotros id a la escuela, que yo voy a hacer dinero¡±, les dijo a sus compa?eros de clase. Y, a los 20 a?os, cuando Deng Xiaoping ya hab¨ªa proclamado que ¡®enriquecerse es glorioso¡¯, Liu ya hab¨ªa logrado ahorrar los 6.000 yuanes -¡°toda una fortuna¡±- que costaba la licencia para ejercer de taxista en 1984. ¡°Supe que ser¨ªa un buen negocio porque cada vez que llegaba en tren a Shangh¨¢i me desesperaba no poder encontrar uno¡±, record¨® en una entrevista concedida a la revista china Modern Weekly.

Pero lo que realmente cambi¨® la vida de Liu fue la irrupci¨®n en China del mercado de valores. No en vano, fue de los primeros inversores que vieron el potencial de la bolsa, y dio pronto su primer pelotazo: en 1990 gast¨® 60.000 yuanes en la adquisici¨®n de 300 acciones de una empresa, y dos a?os despu¨¦s las vendi¨® a 10.009 yuanes cada una. Esa es la f¨®rmula m¨¢gica que, con los a?os, le ha reportado gran parte de la fortuna de 1.272 millones de euros que le atribuye Forbes, una suma que lleva su nombre a la posici¨®n 163 de la lista de los m¨¢s ricos de China.

¡°Comenc¨¦ a interesarme por el arte a mediados de la d¨¦cada de 1990. Ten¨ªa algunos amigos que hac¨ªan negocio con diferentes tipos de piezas y eso me permiti¨® ver todo tipo de estilos y de modalidades. Entonces el mercado era muy peque?o y los tratos se hac¨ªan de forma casi clandestina entre particulares. Eso no me atra¨ªa porque me parec¨ªa peligroso, pero en 1994 le¨ª en un peri¨®dico que una empresa comenzar¨ªa a hacer subastas en Pek¨ªn, y me pic¨® la curiosidad¡±, explic¨® Liu a la revista especializada Artron. ¡°Me gustan las subastas porque son p¨²blicas y transparentes, as¨ª que me estren¨¦ como coleccionista en aquella ocasi¨®n con dos piezas de caligraf¨ªa tradicional china¡±.

Liu reconoce que, al principio, no ten¨ªa ni idea de arte. ¡°Me limitaba a comprar lo m¨¢s caro para evitar cometer errores¡±, dijo. Sin embargo, poco a poco, fue desarrollando un gusto por el arte cl¨¢sico de su pa¨ªs. ¡°Coleccionando obras he podido comprobar lo rica en matices que es la cultura china, por eso me atraen especialmente las piezas de dinast¨ªas antiguas¡±. No obstante, el a?o pasado muchos compatriotas criticaron la falta de tacto de Liu despu¨¦s de ver una fotograf¨ªa en la que utilizaba la ¡®Taza del Pollo¡¯, una pieza cer¨¢mica del siglo XV que adquiri¨® por 32 millones de euros utilizando una tarjeta de cr¨¦dito American Express, para beber t¨¦.

Y volvieron a saltarle a la yugular cuando circul¨® otra instant¨¢nea en la que se le ve¨ªa imitando en calzoncillos la posici¨®n de un Buda de bronce que compr¨® por 4,45 millones de euros. No obstante, Liu asegura que solo bromea, y que sus intenciones son buenas. ¡°Si me he enriquecido es gracias a la sociedad china. Por eso, creo que es mi deber contribuir de alguna forma al pa¨ªs, y creo que la divulgaci¨®n del arte es una de las mejores¡±, explic¨® al diario Xinmin Evening News. Por eso, en 2012 inaugur¨® el primero de los dos locales que ocupa en Shangh¨¢i el Museo Long, en el que muestra muchas de las 2.500 piezas de arte que le convierten en uno de los coleccionistas m¨¢s prominentes de China.