La memoria de Chile contada desde el tr¨®pico
Rafael Gumucio da voz a una mujer en ¡®Milagro en Hait¨ª¡¯
La novela Milagro en Hait¨ª (Literatura Random House), de Rafael Gumucio (Santiago de Chile, 1970), es el tr¨®pico. El relato de la convalecencia de Carmen Prado, diplom¨¢tica chilena encallada en un hospital de Puerto Pr¨ªncipe a sus 60 a?os, trepa por las p¨¢ginas con la desmesura de las madreselvas. El autor elige un ritmo fren¨¦tico para que el personaje recorra su memoria. ¡°En esta obra quise ser caribe?o, quise ser realista m¨¢gico, pero no me result¨®. Habr¨ªa que nacer nuevamente para lograrlo¡±, afirma Gumucio, quien destaca ¡°el desparpajo con el lenguaje¡± y la soledad del poder en El oto?o del patriarca, de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, como el modelo de la ambici¨®n de su novela.
Carmen Prado cuenta su historia tendida la cama de un hospital que unos seis a?os despu¨¦s, en 2010, no dar¨¢ abasto para atender a las casi 350.000 v¨ªctimas del terremoto. La mala reputaci¨®n del sistema sanitario del pa¨ªs (1,3 camas hospitalarias por cada 1.000 habitantes), en el que su esposo dan¨¦s era embajador, no vale para que desista de la idea de hacerse all¨ª una operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica.
El aire decadente de una ciudad consumida por el salitre y el abandono sirve como escenario para que esta burguesa chilena haga balance de su vida. ¡°Creo que esta es una mujer muchas veces contada, pero nunca con la maldad con la que lo he hecho yo, con la misma corporeidad o las mismas manchas de sangre¡±, sostiene el tambi¨¦n autor de las novelas Comedia nupcial (2002) y La deuda (2009).
En Milagro en Hait¨ª quiso luchar contra las ¡°narraciones as¨¦pticas¡± de sus contempor¨¢neos y dejarse llevar por el lenguaje. ¡°Soy el escritor desconocido m¨¢s conocido de Chile¡±, sentencia Gumucio. ¡°El p¨²blico que me ve en televisi¨®n o que me escucha en radio no me reconoce en mis libros, que pretenden tener un di¨¢logo complejo con la gran literatura¡±, en la l¨ªnea de Carpentier, Donoso o del mismo Garc¨ªa M¨¢rquez. El autor, no obstante, no reniega de su popularidad como periodista.
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