Hemingway contra el ISIS
Las ventas de 'Par¨ªs era una fiesta', obra biogr¨¢fica del escritor estadounidense, se disparan tras los atentados en Francia
Frente a los cristales agujereados por los Kal¨¢shnikov, los parisienses han depositado estos d¨ªas cientos de flores, velas y mensajes en memoria de los ca¨ªdos. Pero, en esos bares asaltados por los terroristas, tambi¨¦n han colocado un libro escrito en un tiempo ya lejano, cuando todav¨ªa era la ciudad bohemia y jovial en la que ahora se esfuerza en volver a convertirse. Par¨ªs era una fiesta,el libro biogr¨¢fico de Ernest Hemingway sobre los c¨ªrculos intelectuales que frecuent¨® en los a?os veinte, se ha convertido en inesperado superventas en Francia.
Solo entre el martes y el viernes, la editorial Folio distribuy¨® cerca de 12.000 nuevas copias a librer¨ªas de todo el territorio franc¨¦s. La editorial acaba de encargar una reimpresi¨®n de 20.000 ejemplares para satisfacer una demanda que no disminuye. ¡°El mi¨¦rcoles ten¨ªan que ser solo 10.000, pero al final tuvimos que duplicar el n¨²mero. Desde principios de semana, el inter¨¦s no ha dejado de aumentar¡±, confirma David Ducreux, de la editorial Folio. Durante todo el a?o pasado se vendieron solo 8.000 vol¨²menes. ¡°El libro habla de cosas distintas de las que estamos viviendo, pero describe un Par¨ªs intelectual lleno de terrazas, donde la gente se encontraba para beber caf¨¦s y copas de vino. Su esp¨ªritu corresponde a lo que les apetece reivindicar ahora a los parisienses, ese esp¨ªritu eterno. Su t¨ªtulo emblem¨¢tico sirve para decir que Par¨ªs siempre ser¨¢ una fiesta¡±, a?ade Ducreux.
En el libro, el escritor recuerda los d¨ªas de juventud de Hemingway y su primera esposa en esta ciudad en la que vivieron siendo ¡°muy pobres y muy felices¡±. Luego afirm¨® que le acompa?ar¨ªa durante el resto de su vida, como a todos los que hayan vivido en ella siendo j¨®venes. ¡°Par¨ªs es una fiesta que nos sigue¡±, reza una de las frases m¨¢s c¨¦lebres del libro, que le da su t¨ªtulo en ingl¨¦s (A moveable feast). En ¨¦l, el autor pasa revista a los expatriados que dominaban la vida cultural en la ciudad, como, F. Scott Fitzgerald, Ezra Pound, James Joyce o Gertrude Stein.
Un v¨ªdeo viral donde Danielle M¨¦rian, una carism¨¢tica septuagenaria entrevistada por un canal televisivo, aconsejaba leer el libro de Hemingway para reivindicar ese esp¨ªritu parisiense ha hecho aumentar todav¨ªa m¨¢s su popularidad. En enero, tras el atentado contra Charlie Hebdo y el supermercado jud¨ªo en Par¨ªs, otro libro protagoniz¨® un fen¨®meno similar: el Tratado de la tolerancia de Voltaire. Desde principios de este a?o, se habr¨ªan vendido m¨¢s de 165.000 ejemplares, en comparaci¨®n con los solo 6.800 de 2014.
¡°En realidad, el ¨¦xito de Par¨ªs era una fiesta es muy distinto al del libro de Voltaire¡±, sostiene el escritor y cr¨ªtico literario Pierre Assouline, miembro del jurado que concede el premio Goncourt. ¡°Entonces era el contenido del libro el que cobraba sentido para denunciar la masacre. Esta vez es el t¨ªtulo el que ha sido adoptado como un eslogan, y no su contenido, que poca gente recuerda hoy. Pero, en ambos casos, nos recuerda que Francia es una naci¨®n literaria, donde los libros sirven siempre de s¨ªmbolos¡±, concluye.
Al hojear el libro, la mayor¨ªa de pasajes parece remitir, en efecto, a un tiempo pret¨¦rito y no necesariamente conectado con la actualidad. Con algunas excepciones, que irrumpen en la lectura d¨¢ndole un eco inesperado. ¡°Cuando las lluvias persist¨ªan y mataban la primavera, era como si una persona joven muriera sin raz¨®n¡±, escribe Hemingway. ¡°En aquellos d¨ªas, de todos modos, al fin volv¨ªa siempre la primavera, pero era aterrador que por poco nos fallara¡±. Y algo m¨¢s all¨¢: ¡°Par¨ªs nunca volver¨ªa a ser igual, aunque segu¨ªa siendo Par¨ªs. T¨² cambiabas a medida que ella cambiaba¡±. Los parisienses que busquen consuelo en su lectura quedar¨¢n m¨¢s que satisfechos.
Babelia
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