El escandalillo

Siempre hay que preguntarse a qui¨¦n beneficia cada foll¨®n que se monta y el porqu¨¦ del momento en que surge. En el mundillo del cine hay, en este sentido, numerosas especulaciones ante el esc¨¢ndalo de las supuestas recaudaciones falsas de unas cuarenta pel¨ªculas en los ¨²ltimos a?os. Surge ahora y no antes aunque, como se ha dicho oportunamente en este peri¨®dico, era algo bien conocido. Ya en 2011 el productor catal¨¢n Xavier Catafal lo denunci¨® ante el ICAA, acusando a este organismo de ¡°ser consciente del fraude ya que con ello consigue aumentar las cifras de espectadores del cine espa?ol¡±.

A algunas de estas pel¨ªculas sospechosas se les ha negado de momento la ayuda econ¨®mica o se les ha pedido la devoluci¨®n del dinero precisamente por ofrecer datos falsos. En otros casos el Ministerio ha tenido que rectificar y pagar lo que se les debe. Pero prevalece cierto af¨¢n de esc¨¢ndalo y de gruesos ep¨ªgrafes, aun mejor si versan sobre gentes del cine, y se acaba extrapolando con gran facilidad. Para muchos ya no se trata del caso de algunos listillos sino de todo el gremio del cine. Hemos le¨ªdo estos d¨ªas titulares como ¡°Estalla la gran verg¨¹enza del cine espa?ol¡± o ¡°El cine espa?ol estafa al contribuyente¡±¡­ Este pa¨ªs nuestro invent¨® la picaresca. Y la chapuza. En el caso que nos ocupa los supuestos p¨ªcaros, si finalmente los hay, han sido descubiertos, aunque no in fraganti puesto que los primeras inspecciones datan nada menos que de 2012.

Los productores est¨¢n en otro frente. Hace unos d¨ªas enviaron al Ministerio de Cultura un pliego de alegaciones ante la sorprendente prisa del Gobierno para poner en marcha un nuevo sistema de ayudas al cine ¡°de forma precipitada en puertas de unas elecciones generales y en la m¨¢s profunda de las crisis econ¨®micas que distorsionan, considerablemente, las necesidades presentes y futuras del sector audiovisual en concreto y de todos los sectores en general.¡± ?Por qu¨¦ no esperar a enero, cuando se sepa qui¨¦n va a dirigir finalmente la pol¨ªtica cinematogr¨¢fica? Los productores opinan que no ha mediado una reflexi¨®n suficiente sobre el modelo que se quiere imponer ?C¨®mo es posible, por ejemplo, que en las pel¨ªculas que se hagan a partir de ahora se prioricen sus acuerdos previos con alguna cadena televisiva? ?Van las teles a determinar, a¨²n con m¨¢s autoridad que la actual, el cine espa?ol que se va a hacer? Es l¨®gico reclamar calma, no es cabal tanta precipitaci¨®n. ?A qui¨¦n beneficia?