Los significados ocultos de una obra casi maestra
'A love supreme' conserva intacto su poder de fascinaci¨®n

De ser el disco de jazz preferido de los universitarios con ¨ªnfulas en la Norteam¨¦rica del Flower Power a convertirse en lo que hoy llamar¨ªamos un trending topic entre las audiencias generalistas. 50 a?os despu¨¦s de su edici¨®n, A love supreme conserva intacto su poder de fascinaci¨®n. ¡°?C¨®mo se puede examinar el l¨ªo de opciones que es tu vida y convertirlo en una plegaria?, se pregunta el cantante Bono. ¡°Yo no sab¨ªa c¨®mo, pero estaba escuchando a alguien que s¨ª lo hab¨ªa conseguido¡±¡ en 2002, Ashley Kahn dedic¨® un grueso volumen al disco: ¡°pocos ¨¢lbumes¡±, escribe, ¡°han tenido la influencia y la resonancia de A love supreme¡±. ?Exagerado?. Depende de c¨®mo se vea.
La escucha desapasionada de la grabaci¨®n original contenida en John Coltrane/A love supreme: the complete masters, nos revela la grandeza y las flaquezas de una obra hecha para perdurar en la memoria. Por d¨®nde, se admite que A love supreme no es el mejor disco del saxofonista. El propio Coltrane lo defini¨® como ¡°un paso atr¨¢s en su carrera¡±, musicalmente hablando. En ¨²ltima instancia, la leyenda de A love supreme se sustenta en razones tanto musicales como extra musicales, m¨¢s lo segundo que lo primero. Se habla de ¡°un disco que expresa lo inexpresable¡± (Kahn). La clave viene sugerida en el poema de acci¨®n de gracias que acompa?a la edici¨®n y constituye la l¨ªnea argumental de la m¨²sica. Siguiendo el ejemplo de Miles Davis, en 1957 Coltrane experiment¨® un despertar espiritual hacia una vida ¡°m¨¢s rica, m¨¢s llena y m¨¢s productiva¡±. El saxofonista cambi¨® su anterior dieta t¨®xica por un r¨¦gimen vegetariano estricto. Descubri¨® la meditaci¨®n y, con ella, a Dios; un Dios gen¨¦rico presumiblemente inspirado por el budismo. A ?l est¨¢ dedicado el disco.
A love supreme: the complete masters incluye la totalidad de lo grabado el 9 de diciembre de 1964. Coltrane toca ¨²nicamente el saxo tenor; le acompa?an McCoy Tyner, al piano; Jimmy Garrison, al contrabajo; y Elvin Jones, a la bater¨ªa. Todo cuanto A love supreme en sus cuatro movimientos -Acknowledgement, Resolution, Pursuance, Psalm- puede ofrecer al oyente, parece concentrarse en el tantas veces reproducido mantra central de 4 notas anunciado por el contrabajo de Garrison, al que se suma el l¨ªder de la sesi¨®n en su ¨²nica intervenci¨®n cantada registrada en disco. Meticuloso y obsesivo, Coltrane avanza la idea de una ¡°intensidad¡± desconocida en el jazz. Sin embargo, llegado el momento, parece frenarse. La forma -el significado- en A love supreme primasobre la expresi¨®n espontanea, de ah¨ª que algunos, como Dave Liebman, se sintieran hasta cierto punto decepcionados: ¡°tuvimos que esperar a Ascension para volver a encontrarnos con el verdadero Coltrane¡±.Ir¨®nicamente, la misma m¨²sica que para unos signific¨® la entrada en un universo desconocido y desconcertante, para otros resultaba convencional por dem¨¢s; algo que, en ¨²ltima instancia, facilitar¨ªa la conversi¨®n del disco en un objeto fetiche para todos los p¨²blicos.
Junto a los correspondientes descartes y tomas falsas, The complete masters incluye los 6 ¨²nicos cortes que han sobrevivido de la misteriosa segunda sesi¨®n de grabaci¨®n, sucedida al d¨ªa siguiente, y que se daba por perdida. Se trata de cuatro interpretaciones a sexteto de un mismo tema ¨CAcknowledgement- procedentes de las bobinas que el ingeniero Rudy Van Gelder proporcion¨® al saxofonista para su uso particular. En su desconcertante variedad, ¨¦ste material nos proporciona una pista fiable acerca de lo que A love supreme hubiera podido ser y no fue por motivos no del todo claros. Ayudado por un segundo saxofonista ¨CArchie Shepp-, el l¨ªder parece liberado de su cors¨¦. El conjunto bordea los l¨ªmites de la libre improvisaci¨®n.
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