Muere Kurt Masur, director em¨¦rito de la Filarm¨®nica de Nueva York
El alem¨¢n transform¨® la orquesta neoyorquina durante su crucial direcci¨®n entre 1991 y 2002
A?Kurt Masur muchos le recordar¨¢n por aquel emotivo R¨¦quiem de Brahms que dirigi¨® con la Filarm¨®nica de Nueva York durante el funeral de los atentados del 11 de septiembre de 2001, pero su nombre siempre resonar¨¢ por su trascendental labor al frente de una orquesta, la neoyorquina, que elev¨® a lo m¨¢s alto y a la que transform¨® por completo. Un trabajo que le vali¨® el reconocimiento internacional y, a la postre, convertirse en director musical em¨¦rito de la Filarm¨®nica de Nueva York, a la que dirigi¨® con gran ¨¦xito durante 11 a?os, uno de los periodos m¨¢s largos de un director al frente de esa filarm¨®nica.
Masur muri¨® ayer a los 88 a?os en Greenwich, en Connecticut (Estados Unidos), seg¨²n inform¨® en un comunicado el actual presidente de la orquesta, Matthew VanBesien. ¡°Masur estableci¨® un est¨¢ndar y dej¨® un legado que perdura hasta hoy¡±, se?al¨®. El director alem¨¢n fallecido estaba enfermo de Parkinson.
Nacido en la localidad de Brieg en 1927, Masur estudi¨® piano y violonchelo en Breslau y composici¨®n y direcci¨®n musical en el Conservatorio de Leipzig, aunque su inclinaci¨®n hacia el piano se frustr¨® por una fractura en un dedo. Su trayectoria profesional comenz¨® como director de orquesta del Teatro de Halle y como maestro de Capilla del Teatro de la Opera de Erfurt. En 1955 tom¨® su primera batuta al frente de la Orquesta Filarm¨®nica de Dresde, que dirigi¨® en dos periodos diferentes (1955-58 y 1967-72). Esta experiencia le permiti¨® convertirse en director principal de la Komische Oper de Berl¨ªn Este.
Gran defensor del Gobierno de Erich Honecker, recibi¨® en 1982 el Premio Nacional de Alemania del Este, pero se fue distanciando del r¨¦gimen comunista de la RDA y acab¨® interviniendo en octubre de 1989 en las manifestaciones antiguberamentales en Leipzig, firmando un llamamiento de paz, junto con algunos dirigentes locales del Partido. Su papel fue muy activo en la revoluci¨®n pac¨ªfica que propici¨® la ca¨ªda del muro de Berl¨ªn y del r¨¦gimen comunista de la RDA.
En 1990 fue nombrado director de la Orquesta Filarm¨®nica de Nueva York en sustituci¨®n de Zubin Mehta y durante su gesti¨®n se emprendieron iniciativas como la vuelta de las emisiones radiof¨®nicas en directo y la creaci¨®n del sello de grabaci¨®n New York Philharmonic Special Editions.
Experto en la m¨²sica de los grandes compositores de Europa Central, como Brahms, Beethoven, Mahler, Mendelssohn y Bruckner, el director alem¨¢n no lo tuvo f¨¢cil al llegar a Nueva York. Su filosof¨ªa de trabajo choc¨® de lleno con la de la orquesta. En Alemania del Este, los dirigentes ten¨ªan todo el poder. Masur incluso supervisaba la contrataci¨®n de los componentes y funcionarios. En Nueva York, la orquesta, compuesta por 107 m¨²sicos de gran talla, era indomable. Sus componentes ten¨ªan la ¨²ltima palabra en la ejecuci¨®n del sonido y pod¨ªan frenar las ¨®rdenes de los directores. Pero Masur impuso sus m¨¦todos, aun cuando muchos m¨²sicos le acusaron de tirano. Hizo contrataciones importantes, revolucion¨® el trabajo interno de la orquesta e incluso se trajo ingenieros europeos para mejorar las ac¨²sticas. El sonido de la Filarm¨®nica mejor¨® en su brillantez. Tambi¨¦n fue director de la Orquesta Filarm¨®nica de Londres y la Orquesta Nacional de Francia.
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