Los enigmas sobre El Bosco contin¨²an
El Proyecto de Investigaci¨®n holand¨¦s anuncia nuevas sorpresas tras corregir la autor¨ªa de una tabla que se halla en el Prado con el rechazo del museo
El casco antiguo de la ciudad holandesa de Den Bosch conserva en sus estrechas callejuelas el aire medieval respirado por su vecino m¨¢s famoso, el pintor El Bosco (1450-1516), que disfrutar¨ªa todav¨ªa de una villa rival en su d¨ªa de Amberes y Bruselas. En v¨ªsperas de la exposici¨®n Jheronimus Bosch, visiones de un genio, que conmemorar¨¢ a partir de febrero de 2016 el 500 aniversario de su muerte en el museo local, Noordbrabants, y a punto de publicarse los resultados del Proyecto internacional de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n sobre su obra, Matthijs Ilsink, su coordinador, y Jos Koldeweij, catedr¨¢tico de Historia de Arte Medieval, anuncian que ¡°habr¨¢ sorpresas sobre la autor¨ªa de algunas piezas hoy atribuidas al artista, o bien a su entorno¡±. Ambos causaron ya sensaci¨®n en noviembre pasado al apuntar que La mesa de los pecados capitales, uno de los t¨ªtulos se?eros del Prado, ¡°corresponde probablemente a sus seguidores y no se le debe adjudicar¡±.
El Bosco pintaba en tablas de madera de roble y tambi¨¦n dibuj¨® con tinta sobre papel. Nunca fechaba, no siempre firmaba, y su obra no es muy extensa: apenas 45 piezas repartidas por diez pa¨ªses. ¡°Con los encargos no rubricaba. El cliente ya le conoc¨ªa y no era necesario. Para vender por su cuenta s¨ª lo hac¨ªa. Quer¨ªa ganar notoriedad y latiniz¨® su nombre por Jheronimus y cambi¨® su apellido. Era Van Aken (Aquisgr¨¢n) la ciudad alemana de donde proced¨ªa su familia de pintores, pero prefiri¨® Bosch, como la villa. Hay unos diez cuadros suyos signados y eso es excepcional, aunque parezca poco. Con los dibujos, en cambio, que eran una obra de arte en s¨ª y no un mero boceto, no lo hac¨ªa¡±, seg¨²n Koldeweij.
Madera diferente
Sentado junto a ¨¦l en un despacho del Noordbrabants, su colega Ilsink recuerda que La mesa de los pecados capitales s¨ª est¨¢ firmada, pero difiere de su producci¨®n en varios puntos. ¡°La madera es de chopo, m¨¢s propia del sur de Europa, y el tratamiento y ejecuci¨®n de los personajes es diferente. Y la autor¨ªa se ha discutido desde que Felipe de Guevara ¡ªun cortesano de Felipe II¡ª hablara en 1560 de un disc¨ªpulo¡±.
La pareja a?ade que ¡°la firma parece m¨¢s una copia de su caligraf¨ªa que la suya propia¡±, y razona sus conclusiones. ¡°Despu¨¦s de estudiar la documentaci¨®n de rayos X e infrarrojos aportada por El Prado, y de observar la tabla, creemos que es de otra persona. Pero ojo, no es una copia. Tal vez la ejecut¨® un seguidor queriendo hacerle un homenaje¡±, se?ala Koldeweij. ¡°Por todo ello, carecemos de argumentos para adscribirla al pintor. Es una sugerencia, pero apoyada en la base cient¨ªfica que creemos que nos legitima. Si el Prado llega a otra conclusi¨®n en sus estudios, nos gustar¨ªa contribuir a un debate internacional sobre la obra. Llamando a terceras partes, si es preciso¡±, a?ade Ilsink. La pinacoteca espa?ola reiter¨® el viernes que contin¨²a con sus propios an¨¢lisis, que presentar¨¢ en mayo de 2016, junto con su exposici¨®n sobre El Bosco. Ser¨¢ la m¨¢s extesa dedicada al pintor. El Prado mantuvo la autor¨ªa de La mesa de los pecados capitales cuando el Proyecto anunci¨® sus primeros resultados.
En Holanda, h¨¢bilmente manejada, la ciencia ha hecho posible la muestra del museo Noordbrabants. R¨®terdam es la ¨²nica ciudad con obras del artista, y a cambio de cesiones, se ofreci¨® a otras salas internacionales el estudio y restauraci¨®n de las suyas. Gracias a la excelente respuesta, Den Bosch expondr¨¢ 20 pinturas y 19 dibujos, adem¨¢s de 70 ejemplos de arte medieval de los siglos XV y XVI. Llegados, entre otros, del Louvre, el Prado y la Galer¨ªa veneciana de la Academia-Palacio Grimani, 12 paneles del conjunto han recuperado ya su esplendor.
El protocolo aplicado para lograrlo analiza primero la superficie de la obra sin aparatos. Luego se toman fotos de alta resoluci¨®n para ver c¨®mo dibujaba el artista. Sigue el modo de preparaci¨®n, mostrado por la fotograf¨ªa infrarroja, y la reflectograf¨ªa infrarroja, que incide en los pigmentos. ¡°Estas fotos se pueden superponer para ver las distintas capas de la obra. Tambi¨¦n es posible componer una imagen muy precisa de 30 o 40 gigas. Reunirlo todo ha requerido un programa de software especial, y podremos introducir la informaci¨®n en Internet para que el p¨²blico¡±, sigue Ilsink.
El esfuerzo se traducir¨¢ en febrero en varias publicaciones que aportar¨¢n m¨¢s luz, pero no toda. ¡°Los elementos de su universo plagado de monstruos no se pueden clasificar porque no siempre significan lo mismo¡±, dicen. Quinientos a?os despu¨¦s, El Bosco conserva su misterio.
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