El gran Kurosawa
Realiz¨® su ¨²ltima pel¨ªcula hace 23 a?os y falleci¨® hace 17 pero la obra de Akira Kurosawa sigue influyendo de forma notable en el cine de nuestros d¨ªas. As¨ª lo reconoci¨® George Lucas cuando en 1977 inici¨® la saga de Star Wars, refiri¨¦ndose concretamente a La fortaleza escondida en la que se hab¨ªa inspirado y que Kurosawa hab¨ªa filmado 19 a?os antes. Quien a partir de hoy vaya a ver la espectacular Macbeth del australiano Justin Kurzel quiz¨¢s no deje de recordar, adem¨¢s de las espl¨¦ndidas versiones de Welles y de Polanski, la genial de Kurosawa, Trono de sangre, de 1957, cuya grandeza es reconocida en todas las historias del cine, y particularmente por Wim Wenders, que la valora como una de sus pel¨ªculas favoritas. Es efectivamente extraordinaria, aunque no menos que otra adaptaci¨®n de Shakespeare que realiz¨® Kurosawa, El rey Lear, en Ran (1985). L¨¢stima que la extra?a belleza de la Lady Macbeth de su Trono de sangre no sea comparable al esplendor de Marion Cotillard en la versi¨®n brit¨¢nica que se estrena hoy.
?La influencia de Kurosawa en el cine occidental no se limita a esta versi¨®n de Macbeth. Bien es conocido que tanto Los siete samur¨¢is como Rashomon tuvieron diversas versiones en el cine estadounidense, por no hablar de algunas pel¨ªculas de Sergio Leone. La fascinaci¨®n de Kurosawa por la literatura occidental le llev¨® a trasladar al cine japon¨¦s directa o indirectamente historias de Dostoievski, Tolstoi, Gorki, Simenon, Dashiell Hammett¡ incluso a rodar en la Uni¨®n Sovi¨¦tica una pel¨ªcula, Dersu Uzala (El cazador) (1975), por la que obtuvo en Hollywood el Oscar al mejor filme de habla no inglesa. No fue el ¨²nico. Previamente lo hab¨ªa logrado con Rashomon, en 1951, y en 1990 recibi¨® el honor¨ªfico a toda una carrera, que le fue entregado en escena por George Lucas y Steven Spielberg ante un p¨²blico entusiasta y puesto en pie.
Con ocasi¨®n de que en la cartelera espa?ola se estrenan ahora dos pel¨ªculas que alimentan su recuerdo, es buen momento para rendir tributo a su talento e invitar al lector a revisar sus pel¨ªculas o verlas por primera vez si a¨²n no ha tenido ocasi¨®n de hacerlo. No s¨®lo no defraudar¨¢n sino que permitir¨¢n apreciar mejor el valor de las dos pel¨ªculas. O discutirlas.
Babelia
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