La novia de Lear
N¨²ria Espert ha vuelto al Lliure con El rei Lear. Decir que es un papel exigente es quedarse muy corto: casi tres horas en escena. Quiero saber c¨®mo se lidia ese miura cada d¨ªa. Me lo cuenta:
¡°Vida de monja, querido. O de atleta de competici¨®n. O de novia de Lear, porque le dedico todas mis horas. Intento leer, pero la cabeza se me va una y otra vez al texto de Shakespeare y a los movimientos del montaje, donde est¨¢ todo pautado. Lear es un novio celoso, que no me deja salir a cenar con los amigos. Me dice: Has de cuidarte, todo a la plancha, has de dormir, dormir mucho. Y mucho silencio para darme toda tu voz. As¨ª que duermo y callo y como lo justo, y a media tarde voy hacia el teatro, dos horas antes de la funci¨®n, para no apresurar nada. Tomo un t¨¦ y galletas con Teresa Lozano, que interpreta al buf¨®n. Luego me encierro, me voy cambiando de ropa muy lentamente y hago mis ejercicios vocales: proyecci¨®n, colocaci¨®n de voz¡ Comenc¨¦ a hacerlos en los noventa, cuando ?Qui¨¦n teme a Virginia Woolf? En Madrid descubr¨ª a una foniatra sensacional, Roxana Coll, argentina-catalana, y sigo sus pautas. Cuando acabo los ejercicios bajo a que me pongan el micro y pruebo la voz, sola en el escenario. Llu¨ªs Pasqual ya est¨¢ all¨ª, siempre con nosotros, no se pierde una funci¨®n. Su presencia es fundamental, porque el gran peligro de este papel es deslizarse sin darte cuenta hacia la sentimentalizaci¨®n. Por supuesto que ha de haber sentimiento, pero muy controlado: la emoci¨®n no me conviene en el escenario. Los ojos quieren llorar pero no han de llorar. Cuando digo ¡®Estas l¨¢grimas calientes que brotan de m¨ª sin querer¡¯ trato de no soltar ni una l¨¢grima: es el p¨²blico quien ha de emocionarse. ?El trabajo de volver a un texto as¨ª despu¨¦s de un tiempo, como ahora? No, miedo ninguno, todo lo contrario: me da un subid¨®n que no te imaginas. Un mes antes de volver al Lliure no pod¨ªa estar dentro de m¨ª misma. Ah, s¨ª, temores siempre, pero una cosa es el temor y otra es el miedo. Temor a no tener la misma potencia del estreno: no es lo mismo cumplir a?os a los treinta que a la edad que tengo ahora. Pero el texto sigue ah¨ª dentro, grabado a fuego en el disco duro. Algo m¨¢s dif¨ªcil, pensaba, lo tienen los compa?eros, porque muchos han estado haciendo otras funciones, y lo mismo, ni un traspi¨¦s. ?Qu¨¦ viene luego? Presentar La violaci¨®n de Lucrecia en Colombia. Y en primavera comenzar¨¦ los ensayos de Incendios, de Wajdi Mouawad, donde interpreto a la madre y a la abuela. Lo estrenaremos en septiembre en la Abad¨ªa, a las ¨®rdenes de Mario Gas¡±.
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