El fantasma de la indignaci¨®n
Bauman y Bordoni debaten entre s¨ª: esta crisis no es transitoria, sino permanente, y es sobre legitimidad y representaci¨®n
¡°Un fantasma recorre el mundo: el fantasma de la indignaci¨®n¡±. Si Marx y Engels, aquellos dos exaltados e irascibles j¨®venes renanos, se propusieran redactar hoy su ya casi bicentenario Manifiesto comunista, es muy posible que lo comenzasen con esta frase inicial. Eso es lo que proponen los soci¨®logos polaco e italiano Zygmunt Bauman y Carlo Bordoni, que han escrito un libro (Estado de crisis) a cuatro manos, mediante una larga conversaci¨®n en la que cada p¨¢rrafo es una sugerencia, una idea, que dar¨ªa para muchos desarrollos y discusiones posteriores.
Esta indignaci¨®n que recorre el mundo, con muy diferentes manifestaciones, ha dado lugar a lo que los autores denominan ¡°antipol¨ªtica¡±, en relaci¨®n con las cr¨ªticas contra la gigantesca desigualdad de oportunidades y de resultados, contra la corrupci¨®n, los esc¨¢ndalos, la dilapidaci¨®n de dinero p¨²blico y su malversaci¨®n con fines privados, contra la ineficiencia de los controles en forma de autorregulaci¨®n o desregulaci¨®n¡ El efecto de todo ello no pod¨ªa ser otro que un profundo sentimiento de ultraje, seguido de un alejamiento de la pol¨ªtica tradicional, con una sensaci¨®n de n¨¢usea e inutilidad. Esa ¡°antipol¨ªtica¡± se manifiesta a veces en la aparici¨®n de formaciones pol¨ªticas nuevas que pretenden ser coherentes con las reglas de la democracia, pero que a veces tambi¨¦n dan pie a fen¨®menos populistas y nacionalistas que suelen ser el preludio de reg¨ªmenes autoritarios.
Unas y otras hacen suya la sugerencia de Richard Rorty de que tenemos ahora una clase superior que toma todas las grandes decisiones econ¨®micas y lo hace con independencia de los Parlamentos y, con mayor motivo, de la voluntad de los votantes de cualquier pa¨ªs dado. Esas ¨¦lites son las que inician el alejamiento de la democracia y consiguen la separaci¨®n del poder y la pol¨ªtica, que es una de las razones que explican la incapacidad de los Estados para tomar las decisiones apropiadas. As¨ª surge la indignaci¨®n.
Por esas circunstancias, entre otras, surge la tesis principal de la conversaci¨®n entre Bauman y Bordoni: la crisis, que es mucho m¨¢s que econ¨®mica, que es tambi¨¦n una crisis de la democracia, no es transitoria sino duradera, sintom¨¢tica de un cambio profundo que afecta al conjunto del sistema. Recu¨¦rdese que, en sus libros anteriores, Bauman instal¨® en la teor¨ªa pol¨ªtica el concepto de lo ¡°l¨ªquido¡±. La era moderna l¨ªquida iba a ser aquel periodo de la historia en el que se iban a dejar atr¨¢s los temores del pasado, y en el que los ciudadanos se iban a hacer con el control de sus vidas y dome?ar¨ªan las fuerzas descontroladas de la pol¨ªtica y la econom¨ªa.
Estado de crisis es la constataci¨®n de que no ha sido as¨ª. La idea del progreso como un trayecto esencialmente lineal, recto, predeterminado e inseparable de la condici¨®n humana desde el salvajismo hacia la civilizaci¨®n era una enso?aci¨®n y ha devenido en un mito. Por la acci¨®n de aquella ¡°antipol¨ªtica¡± sucia, de esas ¨¦lites que han vaciado de contenido el concepto de la democracia y han instalado el de ¡°posdemocracia¡± (una crisis del igualitarismo y una trivializaci¨®n de los procesos democr¨¢ticos en la que la pol¨ªtica pierde progresivamente el contacto con los ciudadanos), muchos de ¨¦stos ya no creen que el futuro pueda garantizar una mejora en su modo de vida. Esto explica las crisis de legitimidad y de representaci¨®n que se est¨¢n viviendo.
Estado de crisis. Zygmunt Bauman y Carlo Bordoni. Traducci¨®n de Albino Santos Mosquera. Paid¨®s. Barcelona, 2016. 157 p¨¢ginas. 16,95 euros.
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