¡°No soy siempre un tipo sombr¨ªo, aunque me haya costado que se note¡±
Robert Forster, mitad creativa de The Go-Betweens, presenta 'Songs to play'
Un ataque al coraz¨®n. El infarto se llev¨® a Grant McLennan hace 10 a?os y finiquit¨® The Go-Betweens, siempre encuadrada entre las bandas gloriosas del pop y el rock anglosajones. Pocas bicefalias como las de aquel con Robert Forster (Brisbane, 1957) al frente del grupo australiano. Casi ninguna tan brillante desde Lennon y McCartney, seg¨²n sus apologistas. La aclamaci¨®n de la cr¨ªtica tambi¨¦n acompa?a a Forster en solitario, aunque se prodigue con cuentagotas: Songs to play, el disco que presenta esta semana en Madrid y Barcelona, sucede a The Evangelist siete a?os despu¨¦s. Y eso que en uno de sus nuevos temas se reconoce ¡°falto de paciencia¡±. ¡°Mi idea era solo parar un lustro despu¨¦s de dicho ¨¢lbum [muy marcado por la muerte de su compinche]. La pausa se alarg¨®, cosas que pasan¡±, se justifica.
Y a Forster le ocurre algo infrecuente: puede presumir de estatus como critic¡¯s darling, pero tambi¨¦n como rock critic. Sus columnas desde 2005 para la revista The Monthly han merecido premios y una recopilaci¨®n en forma de libro: el conspicuo The 10 rules of rock and roll (2009). Actividad ahora interrumpida para volcarse en sus memorias, de publicaci¨®n prevista para finales de 2016: ¡°Llevo a?os escribi¨¦ndolas. Pretendo que sean tan originales como mis canciones. Y como la prosa representa un nuevo veh¨ªculo para m¨ª, me ha llevado tiempo encontrar los modos en los que quiero expresarme¡±.
Las consecuencias de Songs to play las tiene muy claras: ¡°Sab¨ªa que me estaba llevando por caminos renovados y que deb¨ªa tomar decisiones en pro de la frescura, como grabarlo en anal¨®gico en vez de en digital, trabajar con m¨²sicos m¨¢s j¨®venes e incluir el viol¨ªn y la voz de mi mujer [la alemana Karin B?umler]¡±. Forster suena en el disco infeccioso y distendido como nunca: ¡°En mi ciudad, Brisbane, hay quienes aseguran que les recuerda a los Go-Betweens primerizos, los de los ¨²ltimos setenta. Y en parte lo entiendo, porque las canciones que compon¨ªa entonces eran a veces divertidas, felices y muy distintas unas de otras. Un poco como estas¡±. Hora de rebatir esquematismos. Como el que le atribuye ser el propenso a lo oscuro en la pareja con McLennan: ¡°No soy siempre un tipo sombr¨ªo, aunque quiz¨¢ me haya costado tiempo que eso se note¡±, advierte. Y puede que al decirlo se acuerde del primero de los diez mandamientos del rock que titulan su compendio como cr¨ªtico: nunca sigas a un artista que se defina a s¨ª mismo o a su trabajo como oscuros.
Uno de los cortes recientes, A poet walks, recuerda a Jonathan Richman y su estilo l¨²dico y primitivista: ¡°De joven signific¨® una gran influencia. Se carg¨® todas las reglas del compositor cantando a asuntos inusuales. Y me deleitaba esa actitud tan anti rock and roll en alguien que en realidad lo amaba¡±. En cambio, en Love is where it is Forster se aproxima a la bossa. ¡°Un feeling que sali¨® de forma natural: Karin se arranc¨® a cantar as¨ª y la iniciativa encajaba. Por supuesto que ambos adoramos a nombres del g¨¦nero como Astrud Gilberto, pero este tema tambi¨¦n posee algo del Paul McCartney de mediados de los sesenta¡±.
Forster y el cine. ¡°Songwriters on the run, otra de las nuevas, es la canci¨®n m¨¢s cinem¨¢tica que he escrito en a?os y servir¨ªa para inspirar una gran pel¨ªcula. La idea de la escapada entronca mucho con el arte del cine, una fuente eterna para mi m¨²sica y la de The Go-Betweens. Grant me introdujo de joven en sus maravillas¡±. El primer single del grupo llevaba el nombre de la actriz Lee Remick, entre otros ejemplos.
Puestos a experimentar y a no dar tregua a la vena hiperactiva, Forster puso m¨²sica hace meses a poemas de W. B. Yeats, en un homenaje colectivo al escritor irland¨¦s por el 150? aniversario de su nacimiento. ¡°La primera vez que he musicado poes¨ªa. Un desaf¨ªo, porque la de Yeats no se caracteriza por ser muy musical. Le preocupaban m¨¢s las ideas, no tanto la l¨ªrica¡±.
Y a¨²n colea desde el verano la monumental caja G stands for Go-Betweens. Volume One, primera de las tres entregas que pretenden abarcar el legado de la formaci¨®n Aussie. Este cap¨ªtulo, mezcla de vinilos y CDs, discos oficiales y rarezas, incluye toda su obra inicial, entre 1978 y 1984. Un trabajo de amor. ¡°A mi familia le gusta, aunque ellos est¨¢n m¨¢s implicados con Songs to play [su hijo Louis, de 17 a?os y ya con banda prometedora, The Goon Sax, toca tambi¨¦n en el nuevo disco]¡±. As¨ª que la archivolog¨ªa puede esperar: ¡°Todav¨ªa no me planteo el segundo volumen, debo terminar mi libro y seguir con las actuaciones. No he salido de gira en siete a?os y estoy excitado¡±.
Robert Forster act¨²a el 13 de enero en Madrid (El Sol) y el 14 en Barcelona (sala Apolo 2).?
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