Solo cinco obras del legado Gurlitt se identifican como fruto del expolio nazi

Uno de los mayores esc¨¢ndalos que ha sacudido la vida cultural alemana en los ¨²ltimos a?os llega a su fin. El Museo de Arte de Berna acept¨® a finales de 2014 acoger la parte leg¨ªtima de la fabulosa colecci¨®n de Gurlitt, compuesta por unas 1.500 obras. Pero entretanto un comit¨¦ de expertos deber¨ªa analizarla para dictaminar cu¨¢les proced¨ªan del expolio nazi ¨Cy tratar de restituirla a los herederos de sus leg¨ªtimos propietarios- y cu¨¢les pod¨ªan viajar a Suiza sin problemas. Pero la tarea es mucho m¨¢s complicada de lo que parec¨ªa entonces. Dos a?os despu¨¦s de fundar la comisi¨®n de expertos, estos solo han identificado cinco como ileg¨ªtimas. Y dos ¨Cun cuadro de Camille Pisarro y otro de Henri Matisse- han sido devueltas.

Lo complicado de la operaci¨®n qued¨® claro en la presentaci¨®n del informe que la comisi¨®n hizo el jueves en Berl¨ªn, tras finalizar su actividad. Las obras analizadas se reparten en tres grandes grupos: aquellas de las que se descarta un origen sucio (m¨¢s de 600), sobre las que hay sospechas (m¨¢s de 500) y un tercer grupo que a¨²n ha de ser categorizado (m¨¢s de 300).

Cornelius Gurlitt, hijo de uno de los marchantes de arte m¨¢s importantes del nacionalsocialismo, acapar¨® la atenci¨®n de medio mundo en noviembre de 2013. Entonces, la revista Focus public¨® la incre¨ªble historia de que en su piso de un barrio burgu¨¦s de M¨²nich guardaba pinturas de maestros como Picasso, Renoir, C¨¦zanne o Liebermann.

Pese a las muchas esperanzas depositadas en la comisi¨®n, que ha contado con una financiaci¨®n de casi dos millones de euros por parte del Gobierno alem¨¢n y del Estado de Baviera, sus resultados son un tanto decepcionantes. Su m¨¢xima responsable, Ingeborg Berggreen-Merkel, se defendi¨® de las cr¨ªticas explicando lo herc¨²leo de la tarea que los expertos hab¨ªan llevado a cabo, con el an¨¢lisis de unos 15.000 bancos de datos y 4.200 publicaciones.

La ministra de Cultura alemana, Monika Gr¨¹tters, explic¨® que el comit¨¦ interdisciplinar formado por personas de siete nacionalidades se hab¨ªa enfrentado al dilema de la rapidez que reclamaban las v¨ªctimas con el rigor cient¨ªfico necesario. ¡°No se trataba solo de una cuesti¨®n de naturaleza personal, sino que era necesario saldar una deuda moral¡±, asegur¨® la pol¨ªtica democristiana.

Ahora, una nueva comisi¨®n continuar¨¢ el trabajo heredado. No ser¨¢ f¨¢cil determinar el origen de todas las obras del tesoro Gurlitt. El historiador Wulf Herzogenrath confirma la complejidad de la tarea llevada a cabo hasta ahora ¨Clo que explica sus magros resultados-, pero critica que los museos alemanes no se hayan preocupado de esta cuesti¨®n hasta tiempos muy recientes.