Nombrar la vida
En 'El sentimiento de la vista', el nuevo libro de poemas de Miguel Casado, conviven viajes y personajes, lugares y pel¨ªculas con una aguda preocupaci¨®n social
Once a?os han pasado desde que Miguel Casado (Valladolid, 1954) publicara Tienda de fieltro, pero parecen pocos al descubrir que la espera tiene recompensa, pues su ¨²ltimo libro de poemas, El sentimiento de la vista, es sin duda el mejor de los suyos, el fruto de una madura excepcionalidad. El lector sabr¨¢ sentirse parte de esta sucesi¨®n de poemas enhebrados, como si fueran cuentas, en el hilo de la vida, pues s¨®lo le queda ¡°abrir / el texto, que el hilo de las notas / dispersas tambi¨¦n nombre / la vida¡±.
Ver el mundo y registrarlo a trav¨¦s de la mirada es lo que sus poemas hacen con decidida maestr¨ªa: ¡°Mirar es compartir el mundo, / las identidades cambiantes, / el aura en que reposan / las cosas o se afilan¡±. Nombrar la vida es el ¡°n¨²cleo s¨®lido / o humus¡± donde fermentan unas palabras que ¡°van y vienen¡± y que ¡°no pesan¡±. Un nombrar que da unidad a lo que, aparentemente, carece de estructura: sus poemas son ¡°hilos destejidos que all¨ª se anudan¡±, estratos de una corriente alterna que se abren en el flujo de los poemas. Un flujo adem¨¢s pautado por una dimensi¨®n social y comprometida, arropado por lugares donde la existencia busca su significado, en Palestina, T¨²nez o Siria, en plazas como Tahrir, Syntagma o Ti¨¡n¡¯anm¨¦n: ¡°vivir empieza a parecerse / a sobrevivir, las medidas / y contrapesos, esto por lo otro¡±.
La vida refleja lo que acontece en el pasar del tiempo, en lugares y gentes, en la ciudad y la naturaleza, en sue?os y recuerdos, en una pel¨ªcula que se ve, un libro que se lee o un cuadro que se mira, en el amor vivido. Una unidad que tiene que ver con esa extra?a continuidad con la cual funciona el coraz¨®n: ¡°Sin la revoluci¨®n, voy solo registrando / lo que pasa por los ojos del mal / espectador, el que integra en el objeto / sus emociones¡±. Un libro que gana terreno a la realidad en encuadres y planos cercanos y, a la vez, imprevistos, sin artificios ni posados, con un lenguaje acerado y exacto, donde late el poder desplazado de una mirada que provoca un efecto de suspensi¨®n objetiva y de (des)arraigo identitario, y donde el lector apreciar¨¢ el calado de una voz ¨²nica y soberana, la fuerza de unos poemas que son instrumento de indagaci¨®n en la b¨²squeda de la revelaci¨®n: ¡°toda la vida / mirando y sintiendo / el sentimiento de la vista¡±.
El sentimiento de la vista. Miguel Casado. Barcelona. Tusquets, 2015. 139 p¨¢ginas. 13 euros
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