Cervantes a trav¨¦s de los ¨²nicos manuscritos de su pu?o y letra

Miguel de Cerbantes Sa avedra, as¨ª, como firmaba y quer¨ªa ser reconocido, escrib¨ªa en la prestigiosa letra bastarda de la ¨¦poca, no usaba signos de puntuaci¨®n, no pon¨ªa puntos sobre las ¨ªes, usaba may¨²sculas de manera inmotivada y las letras eran espaciadas.

Son las huellas del escaso ADN manuscrito que ha sobrevivido del autor de El ingenioso hidaglo don Quijote de La Mancha. Un rastro que se confirma o se revela cuatro siglos despu¨¦s de su muerte a trav¨¦s de los once testimonios formales de su pu?o y letra que se re¨²nen por primera vez en un solo gran libro titulado Aut¨®grafos de Miguel de Cervantes Saavedra. Un regalo con un hallazgo dentro y casi in¨¦dito: el comienzo de un documento cervantino en el Archivo de Simancas, que completa el sustra¨ªdo en dicha instituci¨®n en el siglo XIX y hoy en la Rosenbach Museum Library de Filadelfia, descubierto por la pale¨®grafa Elisa Ruiz Garc¨ªa.

Se trata de una edici¨®n de 1616 ejemplares de gran formato publicada por Taberna Libraria, con pr¨®logo de Dar¨ªo Villanueva, director de la Real Academia Espa?ola (RAE), que lo present¨® ayer en dicha instituci¨®n.

¡°?A estas alturas se puede dar algo nuevo de Cervantes?¡±, se pregunt¨® el acad¨¦mico Juan Gil, que al instante contest¨®: ¡°S¨ª. Porque este libro llena una verdadera laguna¡±. Se trata ¡°del ADN del Cervantes hombre, no del escritor, lo ¨²nico que tenemos y que nos permite disfrutar de sus huellas reales¡±, afirm¨® Jos¨¦ Manuel Luc¨ªa Meg¨ªas, presidente de la Asociaci¨®n de Cervantistas.

El destino ha querido que Cervantes hable en medio de la pol¨¦mica por el desd¨¦n oficial ante la conmemoraci¨®n del IV centenario de su fallecimiento, el 22 de abril de 1616. El libro consta de un cuadernillo con los facs¨ªmiles de sus cartas, documentos, actas o formularios acompa?ados del libro en s¨ª que incluye un an¨¢lisis de la escritura cervantina a cargo de expertos en paleograf¨ªa, ortograf¨ªa y grafolog¨ªa.

En sus p¨¢ginas se recuerda el largo periplo de sue?os, decepciones o incomprensiones que rodearon a Cervantes a lo largo de su vida y que parecen perseguirlo hasta ahora. ¡°Un hombre al que acompa?¨® tenazmente el fracaso y que al final de sus d¨ªas, despu¨¦s de haberse desgastado en afanes indignos de su talento dio a luz una obra genial¡±, escribe en el pr¨®logo Dar¨ªo Villanueva. Record¨® que esta efem¨¦ride se conoc¨ªa hace 400 a?os y ¡°deber¨ªa ser un homenaje de Estado y de la sociedad civil, no porque los homenajes de Inglaterra a Shakespeare sean magn¨ªficos y nos puedan tocar el orgullo nacional, sino porque Cervantes se lo merece por justicia literaria¡±.

Los manuscritos, crean el arco del ¨²nico testimonio directo de Cervantes. Desde que ten¨ªa 34 a?os, en febrero de 1582, hasta 56, en septiembre de 1604, porque se incluye el ¨²nico texto no manuscrito por ¨¦l pero s¨ª firmado donde solicita al Rey permiso para publicar ¡°el ingenioso hidalgo delamancha¡±.

Es un boceto de un autorretrato hecho de palabras sobre la vida corriente y laboral, donde se cuelan intereses, preocupaciones, afanes, sinsabores, anhelos, fatigas, decepciones¡­.

No se sabe ni d¨®nde, ni cuando, ni c¨®mo Cervantes aprendi¨® a escribir, pero su escritura ¡°revela que su educaci¨®n gr¨¢fica discurri¨® por la v¨ªa m¨¢s estimada socialmente y coincidi¨® en el tiempo con la difusi¨®n de un tipo de escritura considerada en proceso de transici¨®n hacia una modalidad bastarda¡±, explica Elisa Ruiz Garc¨ªa, catedr¨¢tica de Paleograf¨ªa y Diplom¨¢tica de la Universidad Complutense de Madrid.

Han tenido que pasar cuatro siglos para reunir estos testimonios. La idea empez¨® en marzo del a?o pasado cuando se le ocurri¨® a Dionisio Redondo, de Taberna Libraria. Entonces, empez¨® a hablar con expertos cervantistas para localizar esos documentos y obtener la autorizaci¨®n y sacar adelante el proyecto. Son aut¨®grafos repartidos en el Archivo General de Simancas, Archivo Hist¨®rico Nacional, Archivo Municipal de Carmona, Biblioteca Nacional de Espa?a y el Rosenbach Museum Library de Filandelfia.

Nuevas revelaciones

Ocho de los manuscritos son completos, tres son parciales y uno solo contiene su firma. ¡°Ponen en limpio todo lo que nos ha llegado escrito de la mano de Cervantes¡±, afirma Villanueva. ¡°Gracias al emprendimiento de esta publicaci¨®n, Elisa Ruiz descubri¨® el fragmento de un documento cervantino en el Archivo de Simancas, que completa el sustra¨ªdo en dicho Archivo en el siglo XIX y hoy en la Rosenbach Museum Library de Filadelfia. Se incorporaci¨®n otro documento, tambi¨¦n del archivo de Simancas, nada menos que el m¨¢s extenso: ocho p¨¢ginas escritas por el alcala¨ªno¡±, cuenta su editor.

?Y que desvela la letra de Cervantes, seg¨²n la grafolog¨ªa? Seg¨²n, la experta Sandra Mar¨ªa Cerro, ¡°al comienzo de los textos no deja entrever emociones, pero a partir de la quinta l¨ªnea se deja llevar por la pasi¨®n. Ten¨ªa gran capacidad de resiliencia, era r¨¢pido de ideas y el singular uso de las letras bajas, como la g, revela su pulsi¨®n sexual¡±.

Todo rematado en una firma que evoluciona con los a?os, que siempre escribe Cerbantes, que al comienzo prescinde del segundo apellido, luego lo incluye a su manera, y finalmente lo quita. Aunque ning¨²n editor respeto su deseo y cuatro siglos despu¨¦s su firma se ve clara: ¡°Miguel de Cerbantes Sa avedra¡±.