Creadores y cobardes
El artista fue tenido, a menudo, por un estrafalario o por un loco. La genialidad iba aparejada a la marginalidad y dentro de tal cant¨®n viv¨ªa enfrascado en pensamientos solitarios. Ahora, sin embargo, el artista no s¨®lo ha dejado de vivir o estar en la higuera sino que hasta forma parte del centro de la hoguera.
Muchos son hoy artistas, creadores o creativos. Y todos ellos comparten el lema de Matisse: ¡°Para crear hay que tener coraje¡±. El mayor veneno para la creaci¨®n (tambi¨¦n llamada innovaci¨®n) es comportarse humildemente. La humildad arrincona, aunque tambi¨¦n la arrogancia provoque su desd¨¦n. En el centro de ambas opciones se halla el bendito atrevimiento. Un impulso temerario y hasta suicida, pero ?qu¨¦ ser¨ªa del arte sin el inminente acantilado de la muerte?
Pr¨¢cticamente todos los que cambiaron el curso de las cosas de Caravaggio a Einstein o de C¨¦zanne a Coco Chanel se lanzaron a una experimentaci¨®n que f¨¢cilmente les conducir¨ªa al rid¨ªculo. El hazmerre¨ªr de las gentes es contiguo a la pretensi¨®n de hacer de otra manera. Incluso si el nuevo modelo consiste en combinar elementos conocidos de otra manera, persiste el riesgo. Este es el caso de Picasso, Joyce o diferentes versiones del vintage. No pocos ingenieros en biotecnolog¨ªa, expertos en inform¨¢tica y entrenadores de f¨²tbol han llegado a resultados victoriosos gracias a proyectar sobre lo preexistente una mirada esc¨¦ptica y sacar esquirlas de sus esquinas.
Y nunca como ahora el mundo del trabajo o la producci¨®n art¨ªstica dispuso de tan densa plaga de creativos. O bien: creativos somos todos. La causa que impide censarlos al 100% es que en un porcentaje notable son cobardes. Para crear hay que arriesgar y para salir de la corriente dominante hay que remar con mucha convicci¨®n y fuerza.
?Qu¨¦ ser¨ªa del arte sin el inminente acantilado de la muerte?
La editorial Taurus acaba de publicar un libro de Will Gompertz titulado Piensa como un artista para deducir del convencional trabajo art¨ªstico una gu¨ªa para la eficiente producci¨®n en otros ¨¢mbitos. Gompertz ha sido nombrado uno de los 50 pensadores m¨¢s originales a nivel mundial por la revista Creativity de Nueva York.
Quiz¨¢ este librito no d¨¦ para tanta gloria como eso, pero sirve para repasar c¨®mo llegaron al ¨¦xito Andy Warhol, Mary Quant, Dick Fosbury o Bobby Fischer. Todos pertenecientes a ese grupo de tipos sin miedo, que afrontaron el escarnio y morir incluso en el intento. Una vez indemnes, el p¨²blico los aclama. Llegan las amplias audiencias, las grandes tiradas, el principio del monumento que lo convertir¨¢ en hito. Y mito.
Pero se trata de individuos que, sencillamente, han cuestionado lo com¨²n, han resembrado el bancal y han alcanzado (divirti¨¦ndose) que muchos degustemos nuevos sabores, nuevas comunicaciones y hasta infinitos implantes de c¨¦lulas madres. El h¨¦roe de toda la vida ha venido a convertirse as¨ª en el m¨²ltiple mantillo social que creativamente cambia el color, la direcci¨®n y hasta el sexy de la vida.
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