¡°Nos tiene secuestrados toda la murga medi¨¢tica¡±
El escritor busca el doble, cultiva la paradoja. Ha ganado el premio de la FIL de Guadalajara.
?Cu¨¢l es la realidad de la calle? Ahora veo Borgen, una serie sobre intrigas presidenciales en interiores de Dinamarca, donde tanto pol¨ªticos como periodistas est¨¢n en estrecha relaci¨®n y parecen vivir en un plat¨®. Pasa igual en el parlamento catal¨¢n o espa?ol: viven en una brubuja sin salida al exterior y creen que esa es la realidad, la suya, porque es la que transmiten, y contiene siempre m¨¢s de una noticia por d¨ªa.
En la tele parece que la vida es lo que ah¨ª sucede, no lo que pasa en la calle¡ S¨ª. Y cuando no pasa en ese plat¨® el guionista se saca de la manga una discusi¨®n sobre si el nuevo presidente tiene que cortarse o no el flequillo. Ya me dir¨¢s si esto es la realidad.
?La situaci¨®n le hace desear aparecer de pronto en otro pa¨ªs? S¨ª, pero aqu¨ª te voy a citar a Kafka. En la primera p¨¢gina de su primer diario dice: ¡°?Segu¨ªa estando el bosque all¨ª? Segu¨ªa estando en buena parte. Pero apenas mi mirada se alejaba diez pasos, yo desist¨ªa; atrapado otra vez por la aburrida conversaci¨®n¡±. Bueno, la aburrida conversaci¨®n que nos tiene secuestrados es esa programaci¨®n ¨²nica de la realidad que nos da la televisi¨®n, toda la murga medi¨¢tica.
?Es un buen novelista el que hace este gui¨®n o un creador de best sellers? Es uno que se ha cre¨ªdo lo de que la realidad supera a la ficci¨®n y lo lleva a rajatabla.
?Qu¨¦ pel¨ªcula habr¨ªa que ver para que se pareciera a nuestra realidad? Los muertos, de John Huston, ser¨ªa muy adecuada, creo. O bien una programaci¨®n entera de dos semanas dedicada a la utop¨ªa de las ciudades felices.
A esa utop¨ªa no llegar¨ªamos jam¨¢s¡ Sin embargo, se olvida que la funci¨®n de los pol¨ªticos deber¨ªa estar al servicio de esa utop¨ªa. La vida es muy dura y ya tenemos muchas complicaciones como para que ellos nos la compliquen m¨¢s, pensando s¨®lo en sus propios intereses.
Los pol¨ªticos se venden como si anunciaran art¨ªculos de limpieza. Parec¨ªa que ese ego era privativo de los artistas¡ Yo leo modificando. Y veo televisi¨®n tambi¨¦n igual, modificando lo que veo. Detr¨¢s de cada noticia del informativo, por ejemplo, siempre leo otra cosa, el por qu¨¦ de esa noticia y qu¨¦ hay detr¨¢s de ese inter¨¦s en darla. Modifico todo, riendo. No es cuesti¨®n de perder el humor.
Y si le quitamos el sonido a los tertulianos se ve que la mayor parte r¨ªe¡ Por lo que tengo comprobado, cuando en una tertulia hay alguien por fin que dice algo inteligente es inmediatamente interrumpido por el m¨¢s tonto. Ilustran lo que pasa en este pa¨ªs: que no llegaremos nunca a nada.
?Qu¨¦ le preocupa de la realidad, de lo que es verdaderamente real? Juan Mars¨¦ me ha dicho m¨¢s de una vez que me acerco ¡°cautelosamente a la realidad¡±. Y yo todos los d¨ªas me acerco cautelosamente a su frase. La estudio, la pienso, trato de averiguar qu¨¦ ha querido decir. S¨®lo s¨¦ por el momento que la realidad es dolorosa, no descubro nada. Pero encontramos tambi¨¦n a la realidad en el descubrimiento de que la literatura es lo mejor de la vida. Pero lo es a condici¨®n de que la vida sea lo mejor de la literatura.
En sus libros, en sus art¨ªculos, expresa esa aspiraci¨®n borgiana de ser otro. ?De d¨®nde le viene? Imagino que desde un primer momento, aunque sin yo saberlo, viene de El Quijote, la historia de alguien que sale al campo para ser otro. La creencia de que tenemos una personalidad compacta se rompi¨® hace mucho tiempo.
Y, aparte de Enrique Vila-Matas, ?qui¨¦n es usted? Puedo ser usted perfectamente, no veo a nadie m¨¢s alrededor, ?ja ja ja!
?Y qui¨¦n es Vila-Matas? Alguien que ha llegado hasta aqu¨ª escribiendo toda la vida buscando saber algo sobre s¨ª mismo y que cada vez se desconoce m¨¢s gracias a la literatura.
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