Carla Morrison, fen¨®meno del pop mexicano: ¡°No es delito ser cursi¡±

Publicado en noviembre de 2015, Amor supremo tendr¨¢ un largo recorrido este a?o. El disco ha cosechado, casi sin buscarlo, elogiosas cr¨ªticas en Estados Unidos, entre ellas del petulante Pitchfork y The New York Times. Morrison se ha forjado un aura de artista independiente. Ha menospreciado a las disqueras. Mientras grababa su nuevo ¨¢lbum tom¨® un curso de emprendedores y liderazgo v¨ªa Skype para gestionar mejor su carrera. En abril, la cantante originaria de Tecate, una ciudad de Baja California en la frontera con Estados Unidos, se convertir¨¢ en la ¨²nica mexicana en tocar en el festival de Coachella.

Morrison comenz¨® cantando versiones de cl¨¢sicos del rock en espa?ol en bares de su ciudad. Hace 12 a?os se mud¨® a Phoenix, Arizona, donde vive su hermano y parte de su familia materna. ¡°Sufr¨ª mucho porque no me gustaba mucho la cultura americana, como la vida es tan solitaria y la gente tan fr¨ªa¡±. Durante los seis a?os que estuvo en Estados Unidos trabaj¨® como secretaria en servicios al cliente de la cadena Macy¡¯s. Escribi¨® la mayor¨ªa de las letras de sus canciones en folios que se traspapelaban con cheques y cuentas por cobrar. Entr¨® a la escuela de m¨²sica, pero se decepcion¨® al hallar que sus maestros prefirieran que los ritmos salieran de la cabeza y no del coraz¨®n.

En un pa¨ªs que ve siempre a sus ciudadanos ir al norte a buscar una vida mejor, Morrison fue al sur. ¡°Todo el mundo me dijo que era un error volver a M¨¦xico¡±. De vuelta en Tecate, comenz¨® a subir su m¨²sica a la red social de Myspace. La cantante cree que la clave de su ¨¦xito fueron las letras de sus canciones, intensas historias de desamor de melanc¨®licos arreglos. ¡°Nunca me pareci¨® un delito ser cursi¡±, dice.

D¨¦jenme llorar se convirti¨® en un fen¨®meno que la llev¨® a tocar en todo el pa¨ªs. Reconoce que no estaba preparada para el aluvi¨®n que le trajo la fama. Para recuperar la perspectiva, regres¨® a casa. ¡°Estaba muy triste, todo se me dio muy r¨¢pido y ten¨ªa ganas de recordar quien soy¡±. Grab¨® Amor supremo durante ocho meses en Playas de Tijuana con solo cinco personas, entre ellas los hermanos Alejandro y Demi¨¢n Jim¨¦nez, los arquitectos de su nuevo sonido, m¨¢s moderno y atmosf¨¦rico, lleno de sintetizadores y ritmos digitales.

Morrison se encuentra preparando los puentes que unir¨¢n D¨¦jenme llorar con Amor Supremo. Su nuevo sonido ha desplazado los arreglos ac¨²sticos que la hicieron famosa. ¡°Cuando escucho ahora mis canciones viejas pienso que son muy feas, no me gustan la producci¨®n que tienen¡±. La cantante presentar¨¢ nuevas versiones de sus ¨¦xitos anteriores en la gira que comienza el pr¨®ximo 12 de febrero en el Estado de M¨¦xico y que la llevar¨¢ a recorrer todo el pa¨ªs.

A pesar de lo que ha logrado, Morrison no ve su futuro necesariamente ligado a los escenarios y a la vida licenciosa de los ¨ªdolos musicales. La curiosidad y el hambre de conocimiento la llevan a seguir estudiando, ya sea tutoriales sobre programas para componer m¨²sica o sobre los misterios del universo. Se ha apuntado a clases de astronom¨ªa los domingos. ¡°Ser cantante no es lo primero ni lo ¨²ltimo que quiero hacer en mi vida. No quiero depender solo de mi voz¡±, cuenta. Sus sue?os son los de una mujer de su edad. ¡°Quisiera ser mam¨¢, ser una muy buena cocinera y poner un negocio¡±. Carla Morrison no es una estrella pop com¨²n.