Eduardo Chirinos, poeta referente de su generaci¨®n
El creador peruano fue adem¨¢s cr¨ªtico, profesor, editor y ensayista
Comenc¨¦ a leer a Eduardo Chirinos (Lima, 1960-Missoula, 2016) 20 a?os antes de la publicaci¨®n de su primer libro de poemas, porque nuestras madres fueron compa?eras de colegio y nuestros padres compa?eros de estudios. Crecimos compartiendo cumplea?os, casas, veraneos, juguetes, canciones (de los Beatles), lecturas, estudios, viajes y trabajos, y as¨ª me fui preparando para ser su lector incondicional. Quiz¨¢ no soy el m¨¢s indicado para hablar sobre el lugar de sus versos en la historia de la poes¨ªa en espa?ol, mas pienso que s¨ª puedo decir que a lo largo de su vida Eduardo disfrut¨® del cari?o y la admiraci¨®n de un n¨²mero incalculable de personas, pues adem¨¢s de poeta era cr¨ªtico, profesor universitario, cronista y editor.
Eduardo Chirinos fue uno de los poetas latinoamericanos m¨¢s celebrados de su generaci¨®n, como lo demuestran las antolog¨ªas, reediciones y homenajes que le dedicaron por Espa?a, Colombia, M¨¦xico, Ecuador, Estados Unidos y ¡ªpor supuesto¡ª el Per¨², donde con sus tres primeros poemarios gan¨® los premios m¨¢s prestigiosos que entonces exist¨ªan. A saber, los Juegos Florales de la Universidad Cat¨®lica con Cuadernos de Horacio Morell (1981), el premio de la municipalidad de Lima con Cr¨®nicas de un ocioso (1983) y el Cop¨¦ de Poes¨ªa con Archivo de huellas digitales (1985).
A comienzos de los noventa Eduardo Chirinos se traslad¨® a Estados Unidos, donde obtuvo un doctorado en Literatura Latinoamericana en la Rutgers University y acredit¨® su val¨ªa acad¨¦mica publicando estudios cr¨ªticos como El techo de la ballena (1991), Infame turba (1992) y La morada del silencio (1998). Para entonces hab¨ªan salido ya los libros de poemas Serm¨®n sobre la muerte (1986), Rituales del conocimiento y del sue?o (1987), El libro de los encuentros (1988), Canciones del herrero del arca (1989), Recuerda, cuerpo (1991) y El equilibrista de Bayard Street (1998), t¨ªtulos que fueron la base de la primera antolog¨ªa de Eduardo Chirinos publicada en Espa?a bajo el t¨ªtulo Naufragio de los d¨ªas (1999), que el poeta Vicente Tortajada prepar¨® para la editorial sevillana Renacimiento.
La poes¨ªa de Eduardo Chirinos fue muy bien recibida en Espa?a y as¨ª fueron apareciendo nuevos t¨ªtulos suyos en prestigiosas colecciones como Visor, Pre-Textos y la misma Renacimiento. Me refiero a libros como Abecedario del agua (2000), Breve historia de la m¨²sica (premio Casa de Am¨¦rica, 2001), Escrito en Missoula (2003), No tengo ruise?ores en el dedo (2006), Coloquio de los animales (2008), Humo de incendios lejanos (2009) y Mientras el lobo est¨¢ (premio de Poes¨ªa Generaci¨®n del 27, 2010). Por aquellos a?os Eduardo Chirinos antolog¨® por primera vez en Espa?a al poeta Jos¨¦ Watanabe, cuyo Elogio del refrenamiento (2003) apareci¨® en Renacimiento y supuso un acontecimiento extraordinario.
Durante los ¨²ltimos seis a?os Eduardo Chirinos libr¨® una dur¨ªsima batalla contra el c¨¢ncer, aunque el poeta dialog¨® con la enfermedad y sus estragos a trav¨¦s de libros como Anuario m¨ªnimo 1960-2010 (2012), 35 lecciones de biolog¨ªa (y tres cr¨®nicas did¨¢cticas) (2013), Fragmentos para incendiar la quimera (2014), Medicinas para quebrantamientos del halc¨®n (2014) y Siete d¨ªas para la eternidad (2015). Eduardo Chirinos no solo continu¨® escribiendo poes¨ªa hasta el final, sino que sigui¨® impartiendo sus clases en la Universidad de Montana e incluso puliendo exquisitas investigaciones, como su Rosa polip¨¦tala. Artefactos modernos en la poes¨ªa espa?ola de vanguardia (1918-1931), reeditada en 2015 por el Centro de Estudios del 27 de M¨¢laga.
Casado con Jannine Montauban ¡ªfil¨®loga especialista en Siglo de Oro¡ª, Eduardo Chirinos nos ha dejado como entrevi¨® en uno de sus ¨²ltimos poemas: leo y escribo para huir del humo, para huir / de m¨ª. Leo y escribo hasta que llega la noche. / La noche viene de Asia y no hace preguntas.
Fernando Iwasaki es escritor y fil¨®logo peruano.
Babelia
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