Teatro abierto las 24 horas
El artista belga Jan Fabre presenta en Sevilla 'Monte Olimpo', un espect¨¢culo con el que se sumerge sin pausa durante un d¨ªa entero en las tragedias griegas
Se apagan las luces y por los altavoces se escucha: ¡°Buenas tardes, buenas noches, buenos d¨ªas y, de nuevo, buenas tardes. Han sido ustedes convocados para una experiencia teatral ¨²nica e inolvidable¡±. Tiene raz¨®n esa c¨¢lida voz femenina que se ha dirigido a los espectadores que llenan el teatro Toneelhuis de Amberes (B¨¦lgica) una tarde de s¨¢bado de finales de enero. Las 24 horas siguientes ser¨¢n inolvidables para los 900 asistentes al ¨²ltimo espect¨¢culo del provocador dramaturgo belga Jan Fabre (Amberes, 1958). Monte Olimpo (Mount Olympus), la obra con la que Fabre y su compa?¨ªa Troubleyn celebran sus 30 a?os en el mundo del teatro y el arte, se salta todas las convenciones dramat¨²rgicas. Rompe con el tiempo, con la resistencia f¨ªsica de los 27 actores en escena, con la belleza de la escenograf¨ªa y la pl¨¢stica, pero tambi¨¦n con la locura, la provocaci¨®n, el ritmo y la conmoci¨®n del p¨²blico. Veinticuatro horas ininterrumpidas de una representaci¨®n muy personal, que se sumerge en las tragedias griegas. Monte Olimpo, tras su estreno en Berl¨ªn en junio de 2015 y su pase por distintas ciudades europeas, recala en Sevilla el pr¨®ximo s¨¢bado en el Teatro Central, con un aforo de 600 butacas, todas las entradas vendidas desde hace meses y una larga lista de espera.
Jan Fabre: ¡°Mi teatro es una especie de teatro purificador. Apelo a los impulsos violentos, a los sue?os y la lujuria¡±
La apoteosis de Monte Olimpo es total. El p¨²blico, ya lo dice el propio Fabre, juega un papel crucial, no solo porque una representaci¨®n de un d¨ªa entero requiere de una participaci¨®n activa por su parte, sino porque el espect¨¢culo es toda una experiencia f¨ªsica, con sus momentos de angustia y de rechazo ante esa performance teatral dividida en 14 cap¨ªtulos. El recorrido es de una fascinaci¨®n total, hipn¨®tico aunque en momentos desagradable, con escenas de violencia, sangre y v¨ªsceras por los aires, org¨ªas sexuales, que contrastan con mon¨®logos de una belleza casi m¨ªstica, como el sue?o de H¨¦cuba. El viaje termina con una euforia que se hace interminable. Con una energ¨ªa milagrosa, como de otra galaxia, los 27 actores de la compa?¨ªa, de tres generaciones, semidesnudos, se lanzan a una carrera enloquecida, sin moverse de su sitio, embadurnados de confeti, arena, purpurina y pintura, mientras el p¨²blico puesto en pie les anima con aplausos y gritos. Son 30 minutos en los que el espectador muestra as¨ª su solidaridad y admiraci¨®n ante tama?a org¨ªa dramat¨²rgica. A esos 30 minutos se le a?aden otros 40 cuando el espect¨¢culo finaliza. Nadie se mueve. Nadie quiere salir a la calle. En un estado casi de catarsis, extenuados y excitados tambi¨¦n, los asistentes no cesan de rendir pleites¨ªa a los actores y al propio Jan Fabre, que no se mueve de su mesa de direcci¨®n y no sale al escenario. ?l es el primero que aplaude a los que llama ¡°guerreros de la belleza¡±.
La creaci¨®n de Monte Olimpo comenz¨® hace tres a?os cuando Fabre empez¨® a escribir textos sobre los sue?os, las pesadillas y el insomnio junto con el alem¨¢n Hans-Thies Lehmann y Maria Martens, su dramaturga de siempre, y el escritor belga Jeroen Olyslaegers. La matriz griega recorre la carrera de este core¨®grafo, pintor y hombre de teatro, pero es con este ¨²ltimo montaje con el que materializa la estrecha relaci¨®n entre las tragedias y los sue?os. ¡°Todas las tragedias responden a presagios aparecidos en sue?os. La sociedad griega cre¨ªa en la idea de las visiones. Eleg¨ª como base todas las tragedias familiares, en las que se pueden ver las luchas de poder, de clase y de sexo¡±, responde el artista por e-mail. As¨ª, van desfilando a lo largo de la representaci¨®n H¨¦cuba, Odisea y Edipo, Dionisio, Fedra, H¨¦rcules, Clitemestra, Agamen¨®n, Electra, Medea o Ant¨ªgona.
¡°Los temas de los peri¨®dicos de hoy no difieren de los que trataron los griegos. Monte Olimpo trae viejas historias y les otorga nuevo significado¡±, explica Fabre. ¡°En la sociedad occidental tenemos una soluci¨®n para cada problema, pero la griega rend¨ªa homenaje al ideal del conflicto. Es la esencia del drama: todo gira en torno al conflicto. Todav¨ªa seguimos viendo c¨®mo esas tragedias griegas suceden en nuestra sociedad. Ah¨ª est¨¢ la historia de Medea, una madre que prefiere matar a sus hijos antes que verlos crecer en una sociedad patriarcal. Es una met¨¢fora de lo que podr¨ªa sentir una madre siria hoy: preferir¨ªa matar a sus hijos antes que verlos caer en manos del Estado Isl¨¢mico¡±.
A la entrada del teatro, se reparte un folleto con el horario minutado de cada cap¨ªtulo. No ha lugar a la improvisaci¨®n. Un profundo escenario con ocho mesas rectangulares a cada lado cubiertas por telas blancas y una iluminaci¨®n bell¨ªsima a cargo de treinta globos de luz. Tres descansos ¡ª¡°tiempo de dormir¡±, lo llaman¡ª, el primero de 55 minutos, el segundo de una hora y 40 minutos y el ¨²ltimo de media hora, jalonan el espect¨¢culo. Los actores salen a escena con una especie de edredones blancos y all¨ª, sin apagar las luces, descansan o duermen en el tiempo establecido, pero siempre acompa?ados de m¨²sica y de alg¨²n bailar¨ªn activo. Al p¨²blico, que entra y sale a placer, se le ofrece las 24 horas una sala de yoga, adem¨¢s de un servicio de comida y bebidas. En los guardarropas uno puede adquirir toallitas hidratantes, adem¨¢s de un kit con cepillo y pasta de dientes. Los asientos, numerados, se pierden en cuanto uno hace su primera salida del teatro y le habilitan una pulsera para poder volver a acceder.
Fabre nunca ha dejado de jugar con los l¨ªmites del tiempo. Hace tres a?os present¨® tambi¨¦n en Sevilla Esto es teatro como era de esperar y prever, una obra antigua de ocho horas de duraci¨®n. Peter Brook puso tambi¨¦n en escena toda una noche su Mahabarata. Pero Monte Olimpo es un reto m¨¢s radical. ¡°El tiempo ha sido y sigue siendo un factor esencial de mi obra. Funciona como piedra angular, como una red de repetici¨®n, y por la repetici¨®n se produce el cambio de contenido. Convivimos con todas esas nuevas redes sociales; todo el mundo tiene un tel¨¦fono m¨®vil. Llevamos a los espectadores a hacer un viaje con nosotros. Les muestro im¨¢genes del hombre que han reprimido y olvidado. Apelo a sus impulsos violentos, a sus sue?os, a su lujuria. Incito un proceso de cambio, no solo la metamorfosis del actor, sino tambi¨¦n la del espectador. Al enfrentarse a ese profundo sufrimiento, la mente se purifica. Mi teatro es una especie de ritual purificador. Compartir una experiencia en tiempo real durante 24 horas con otras personas se convierte en algo muy espiritual¡±, dice el director.
Actores y h¨¦roes son esos 27 int¨¦rpretes, de nacionalidades distintas, que se someten a unos extenuantes ejercicios, al borde de la resistencia f¨ªsica. Como esos cinco hombres y cuatro mujeres saltando a la comba (una gruesa cadena de metal) durante tres cuartos de hora que provocan estallidos de admiraci¨®n. ¡°En Monte Olimpo, los int¨¦rpretes habitan un exilio autoimpuesto en el que el p¨²blico va a visitarlos. Quiero crear un paisaje milagroso y on¨ªrico en el que los actores, alternativamente despiertos y dormidos, representen y sue?en sus deseos ut¨®picos, sus temores y visiones. Los int¨¦rpretes descansan y duermen en el escenario durante la representaci¨®n. He dise?ado mecanismos para despertarlos. En el momento en que duermen realmente, sus sue?os, su estado f¨ªsico y mental, influyen en su acci¨®n. Cada funci¨®n es una nueva experiencia para los actores y los bailarines. Ellos son los que determinan la verdadera calidad del espect¨¢culo. Es necesario encontrar el equilibrio correcto de tal manera que ellos tengan la suficiente libertad para que lleguen a un resultado que les parezca que han alcanzado por s¨ª mismos y, al mismo tiempo, poder intervenir yo y plasmar lo que tengo en mente¡±.
Treinta a?os en el mundo del espect¨¢culo han hecho de Jan Fabre y su compa?¨ªa una de las m¨¢s reconocidas en Europa. Sus proyectos para este aniversario se centran no solo en la presentaci¨®n de Monte Olimpo, sino en una exposici¨®n, Spiritual Guards (Guardas espirituales), en tres escenarios diferentes en Florencia desde el 14 de mayo a finales de octubre, as¨ª como una muestra en el Museo del Ermitage, en San Petersburgo, que se inaugurar¨¢ el 21 de octubre de este a?o y se prolongar¨¢ hasta abril de 2017, titulada Knight of Despair?/ Warrior of Beauty (Caballero de la desesperaci¨®n / Guerrero de la belleza). Es indudable que Monte Olimpo refleja la pr¨¢ctica y el pensamiento teatral de este artista. Con un tono testimonial, no cree Fabre que esta sea la m¨¢s radical de sus propuestas. ¡°Mis proyectos m¨¢s radicales son los ut¨®picos, los que nunca podr¨¦ realizar¡±.
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